A ciencia cierta no sé si el candidato de la coalición de izquierda podrá, en los 38 días que a partir de este miércoles restan para la elección presidencial, empatar al puntero de las encuestas —el priísta Enrique Peña Nieto—. Pero de lo que sí estoy seguro es que Andrés Manuel López Obrador ha comenzado a capitalizar el voto de los indecisos y de aquellos que no quieren el regreso del PRI a Los Pinos, entre quienes hay que incluir a miles de decepcionados con los pobres resultados de los gobiernos del PAN a nivel federal y estatal.

De lo que también estoy seguro es que si Peña Nieto no quiere seguir perdiendo puntos ni comprometer la ventaja que todavía le dan las encuestas, entonces necesita ser más persuasivo entre los jóvenes —que representan el 22% del electorado— y definir, sin ambages ni medias tintas, su posición frente a los poderes fácticos de este país.

Si el abanderado priísta no se deslinda con claridad de actores u organizaciones que personifican el viejo sistema y lo más rancio del PRI —como Elba Esther Gordillo y su cacicazgo en el SNTE; Carlos Romero Deschamps y Napoleón Gómez Urrutia, con sus grotescas y mal habidas fortunas como líderes petrolero y minero, respectivamente; el duopolio de Televisa y TV Azteca; y los corruptos ex gobernadores Ulises Ruiz Ortiz, de Oaxaca, Mario Marín Torres, de Puebla, y Humberto Moreira Valdés, de Coahuila—, corre el riesgo de que las manifestaciones de rechazo se le multipliquen.

Las marchas universitarias de repudio al PRI y Peña Nieto en el Distrito Federal y otras ciudades del país tienen un componente que el ex gobernador mexiquense y sus asesores no pueden ignorar: son un “ya basta” a la impunidad, al cinismo, al despilfarro y la manipulación de partidos y medios de comunicación; un “estamos hasta la madre” de políticos y gobernantes corruptos, ineficientes, cómplices y derrochadores; un grito desesperado de quienes ya no queremos más de lo mismo ni candidatos hipócritas, mentirosos, incoherentes y simuladores.

Si Peña Nieto no lo entiende así y recurre a expresiones descalificadoras como las utilizadas por el dirigente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, en contra de estudiantes de la Universidad Iberoamericana, lo más probable es que su cómoda y publicitada ventaja en las encuestas se le escape como agua entre las manos.

Los doce millones de electores de entre 18 y 30 años pueden marcar la diferencia conforme se acorte la distancia que separa al priísta de su más cercano contendiente: el candidato de la coalición Movimiento Progresista integrada por el PRD, el PT y el PMC, quien a estas alturas de la campaña se muestra como el abanderado que mejor se ha identificado con los estudiantes universitarios.

El desánimo que priva entre los jóvenes ante la falta de representatividad de los partidos políticos y el desgastado sistema de instituciones en México necesita expresarse de alguna manera, y qué bueno que lo haga en la actual coyuntura electoral y en marchas callejeras hasta ahora pacíficas.

Un hecho innegable que ya reflejan algunos estudios demoscópicos es que el candidato de las izquierdas ha venido aumentando su intención de voto entre los electores jóvenes, muchos de los cuales carecen de antecedentes sobre cómo el PRI gobernó el país antes del 2000, cuando se dio la alternancia en la presidencia de la República.

De los 12 millones de electores jóvenes, casi la mitad tendrán la oportunidad de elegir por primera vez a un candidato presidencial, y eso puede hacer la diferencia entre el regreso del PRI con Peña Nieto o el viraje hacia un cambio de régimen y sistema.

Excluyo a la candidata panista por una cuestión de fondo: Josefina Vázquez Mota personifica la continuidad de las dos últimas administraciones panistas, de la fallida estrategia de Fox y Calderón por lograr altas tasas de crecimiento y empleo, y la incapacidad de los gobernantes del PAN para cambiar al viejo y anquilosado régimen priísta por otro diferente y mejor.

Josefina tiene poco que presumir a los jóvenes, sobre todo a aquellos que votarán por primera vez el 1 de julio y que no tienen antecedentes acerca de cómo gobernó el PRI; y sí, en cambio, de los yerros y pifias de los gobiernos panistas, de los cuales —por cierto— formó parte como secretaria de Estado en ambos gabinetes.

***

Simón dice:

“La peor decisión es la indecisión.”

Benjamin Franklin (1706-1790) Estadista y científico estadounidense.

Correos electrónicos: rruiz@e-consulta.com y periodistasoy@hotmail.com

Twitter: @periodistasoy

Andrés Manuel López Obrador se perfila como el candidato que en el estado de Puebla podría ganar las elecciones presidenciales, y modificar de manera sustancial el esquema bipartidista (PRI-PAN) que por décadas ha prevalecido en la entidad.

En las últimas semanas, la intención de voto del candidato de la coalición Movimiento Progresista registra un crecimiento vertiginoso tanto en la entidad como a nivel nacional, en detrimento del PRI y el PAN, sobre todo de este último partido que en Puebla y otras entidades podría caer hasta el tercer lugar.

En la primera semana de abril, Parametría ubicó a López Obrador con el 19% de las preferencias electorales en el país; esta misma encuestadora reportó, en la tercera semana de mayo, que el candidato presidencial de las izquierdas ya tiene el 26% de la intención de voto.

Para desgracia de los priístas y panistas poblanos, esta tendencia favorable al Peje ha comenzado a reflejarse en la entidad y particularmente en la zona metropolitana de Puebla.

De acuerdo con un reciente estudio demoscópico del Centro de Estudios Consultivos (CEC), Andrés Manuel López Obrador encabeza hoy las preferencias electorales en la capital y en algunos municipios conurbados, seguido de Josefina Vázquez Mota —que viene cayendo— y Enrique Peña Nieto, quien también viene perdiendo puntos pero en menor proporción que la panista.

De persistir esta tendencia, en la que claramente se ve que el voto de los indecisos lo está capitalizando López Obrador, lo más probable es que en el estado de Puebla la contienda presidencial se cierre entre este candidato y el priísta Peña Nieto.

Y que esta caída posiblemente arrastre a los candidatos a senadores y diputados federales del PAN.

El desplome de Josefina Vázquez Mota es de tal magnitud que —por increíble que parezca— el PAN en Puebla podría caer al tercer lugar y dejar fuera de la próxima legislatura federal a personajes como Javier Lozano Alarcón, que no llegaría a la Cámara Alta ni siquiera como senador de primera minoría.

***

Simón dice:

“El tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto.”

Charles Chaplin (1889-1977) Actor y director británico.

* El sufragio de los indecisos hará la diferencia en el estado

* Lo máximo que el Panal podría conseguir son 150 mil votos

… a Claudia Morales con mi más sentido pésame por la muerte de su señor padre.

Si en el estado de Puebla hay más o menos 3.9 millones de potenciales votantes, y en las elecciones presidenciales se espera que sufrague el 55% de los inscritos en el listado nominal, eso significa que en la jornada del 1 de julio la votación total computable será de alrededor de 2.1 millones de sufragios.

En ese contexto la meta del PRI y el PAN de lograr en la entidad más de un millón de votos se vislumbra difícil pero no imposible.  Difícil, considerando el escenario local, y viable en el escenario nacional.

Trataré de explicarme.

A nivel nacional, encuestadoras como Consulta Mitofsky o las contratadas por El Universal o Milenio estiman que la votación efectiva de Enrique Peña Nieto y los partidos que lo apoyan como candidato presidencial, el PRI y el PVEM, ronda el 50%, contra el 29% de Josefina Vázquez Mota y el PAN, y el 22% de Andrés Manuel López Obrador y la coalición de partidos de izquierda.

Sin embargo, la realidad local es diferente de acuerdo con algunas mediciones estatales. En la entidad Enrique Peña Nieto y la coalición Compromiso por México tienen una intención de voto de 26.8%, que equivale a 574 mil votos, sobre un nivel de participación del 55%.

Según esta misma encuestadora, la preferencia de Josefina Vázquez Mota y el PAN se sitúa en 31.4%, que representa más o menos 673 mil sufragios, y la de Andrés Manuel López Obrador y la coalición Movimiento Progresista en 14.7%, que equivale a 315 mil sufragios.

El voto de los indecisos

La diferencia entre las primeras encuestadoras y la segunda radica en los indecisos, pues unas toman la votación efectiva, y la firma local sólo la votación real o directa.

De acuerdo con esta última encuestadora, uno de cada cuatro electores aún no sabe o no decide por qué partido o candidato votará el 1 de julio.

Si este porcentaje se traduce en votantes, los indecisos representan más o menos 500 mil.

Calculando una participación del 55% en la jornada del primer domingo de julio, y considerando los porcentajes de votación y efectiva arriba señalados, tenemos lo siguiente:

Que el rango de votos de Peña Nieto en la elección presidencial va de 574 mil a 1 millón 29 mil, que el de Vázquez Mota va de 619 mil a 673 mil, y el de López Obrador de 315 mil a 486 mil.

Conclusiones preliminares

Para que los candidatos presidenciales del PRI o el PAN obtengan en Puebla más de un millón de sufragios en las elecciones del 1 de julio, requieren ganar al menos con el 48% de la votación efectiva.

El candidato que más podría acercarse a esta meta es el priísta Enrique Peña Nieto, pero para lograrlo tendría que incidir de manera directa y efectiva en los indecisos, y que la intención de voto Vázquez Mota no rebasará el 35%.

El Partido Nueva Alianza (Panal) difícilmente superará en la entidad a la coalición de partidos de izquierda. Lo máximo que podría obtener son 150 mil sufragios, es decir el 7% de la votación total.

Para mantener su registro nacional, el Panal necesita de 900 mil votos, de suerte que los 150 mil que Puebla podría aportarle equivaldrían a una sexta parte de su votación nacional.

***

Simón  dice:

“Las matemáticas poseen no sólo la verdad, sino cierta belleza suprema. Una belleza fría y austera, como la de una escultura.”

Bertrand Russell (1872-1970) Filósofo, matemático y escritor británico.

* La segunda fórmula al Senado divide al Movimiento Progresista

* Manuel Bartlett, sin peso dentro de la izquierda poblana

* Luis Alberto Villareal, el coordinador de campaña de Vázquez Mota

Uno de los mayores problemas de Andrés Manuel López Obrador y la coalición de partidos de izquierda que lo postuló para la presidencia de la República radica en los desacuerdos de estas organizaciones en el registro de candidatos a senadores y diputados federales.

Puebla es un claro ejemplo de estas desavenencias o conflictos.

El jueves por la noche, al vencer el plazo para el registro de candidatos ante el Instituto Federal Electoral (IFE), la coalición Movimiento Progresista —integrada por el PRD, el PT y Movimiento Ciudadano— hizo una doble inscripción en la segunda fórmula para el Senado de la República por el estado de Puebla.

Por un lado registró a José Juan Espinosa Torres, y por otro a Armando Etcheverry Beltrán.

Esta situación provocó una airada discusión el viernes por la madrugada, que involucró a los dirigentes nacionales del PT, Alberto Anaya Gutiérrez y Ricardo Cantú Garza; al senador Dante Delgado Rannauro, del Movimiento Ciudadano (antes Convergencia); al ex gobernador Manuel Bartlett Díaz, quien va como candidato de la primera fórmula por la coalición de partidos de izquierda; y a los dirigentes nacionales del PRD, Jesús Zambrano Grijalva y Luis Miguel Barbosa Huerta.

En la discusión, caracterizada por las descalificaciones mutuas, el diputado federal Ricardo Cantú le cuestionó a José Juan Espinosa cómo quería ser candidato a senador de la coalición de partidos de izquierda cuando ni siquiera era capaz de convencer a su esposa (Nancy de la Sierra) de abandonar el PRI, partido que la postuló como candidata a diputada federal.

Éste, a su vez, defendió la trayectoria y carrera política de su cónyuge priísta y afirmó que a diferencia de otros personajes, en clara alusión al petista Alberto Anaya, él no se prestaba a negociaciones para que su esposa fuera nominada a una diputación federal por la vía plurinominal.

Dante Delgado salió en defensa de José Juan y pidió respeto a la vida privada y personal.

Manuel Bartlett quiso sacar ventaja en la discusión y planteó que la segunda fórmula no fuera para José Juan Espinosa, ni para Armando Etcheverry, sino para el joven abogado Mario Bracamonte González, secretario del Club de Empresarios de Puebla.

El caso es que la reunión, que tuvo lugar en uno de los salones del segundo piso del edificio del IFE, terminó sin acuerdos y sí en medio de fuertes fracturas de los dirigentes y protagonistas de la coalición de partidos de izquierda en Puebla.

José Juan Espinosa no sólo se enemistó con Manuel Bartlett, sino que anunció que ya promovió un juicio ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tepjf) para echar abajo la eventual candidatura del petista Armando Etcheverry al Senado por la segunda fórmula, y Luis Miguel Barbosa, en nombre del PRD, se deslindó del ex gobernador poblano, y expresó su apoyo al diputado local convergente para que éste sea finalmente quien se quede con la segunda fórmula al Senado, en lugar de Etcheverry o Bracamonte.

EN CORTO

A pesar de lo que algunos creían en el sentido de que Manuel Bartlett Díaz tendría un gran peso en el registro de candidatos a diputados federales por la coalición Movimiento Progresista en el estado de Puebla, la verdad es que los nombres impulsados por el ex gobernador fueron prácticamente ignorados en la mayoría de los casos.

En el distrito 1 con cabecera en Huauchinango, los bartlistas impulsaron a Omar Lechuga Ríos, pero el nominado fue el ex alcalde panista Carlos Ignacio Miguel López; en el distrito 4 de Zacapoaxtla apoyaron a Teresa Lino Bello, pero el favorecido fue el regidor Marco Antonio Alejo Calderón; en el distrito 5 con cabecera en San Martín, el ex gobernador y sus operadores se apostaron por el ex alcalde Noé Peñaloza Hernández, pero el PRD les ganó la partida por conducto de Elim Garzón Badillo, hija del ex diputado Neftalí Garzón Contreras.

La historia se repitió en el distrito 8 de Ciudad Serdán, donde los bartlistas respaldaban al ex alcalde Mauricio Hidalgo González, y el nominado fue el presidente municipal con licencia de Atzizintla, Arturo de Rosas Cuevas; en el distrito 12 de Puebla, donde apoyaban a Mónica García Rugarcía, y el registrado fue el ex panista Jesús Encinas Meneses; y en el distrito 13 con cabecera en Atlixco, donde los bartlistas querían a Pedro Minutti, en lugar de Mario Vélez Merino, quien finalmente fue el nominado.

***

Tómelo con reserva, pero el coordinador de campaña de Josefina Vázquez Mota en Puebla podría ser un senador del estado de Guanajuato, muy cercano al dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero Muñoz.

Se trata del senador Luis Alberto Villareal García, quien fue diputado federal de 2000 a 2003 y presidente municipal de San Miguel Allende, Guanajuato, de 2003 a 2006.

El también candidato a diputado federal por la vía plurinominal tiene experiencia en campañas electorales y su nombramiento estaría al margen de la pugna que mantiene el gobernador Rafael Moreno Valle con la dirigencia estatal panista encabezada por Juan Carlos Mondragón Quintana.

El estado de Puebla no le es desconocido, pues en las elecciones locales de 2010 fue nombrado delegado del CEN del PAN en Puebla. Humberto Aguilar Coronado, su compañero de partido y de escaño en la Cámara Alta, es el panista poblano con el que mejor se lleva.

***

Simón dice:

“Es sin duda un mal, estar lleno de defectos; pero es todavía un mal mayor estar lleno de ellos y no quererlo reconocer, porque es añadir todavía el de una ilusión voluntaria.”

Blaise Pascal (1623-1662) Científico, filósofo y escritor francés.

A 17 días del inicio formal de las campañas y 107 de la jornada electoral, el escenario político se ha modificado de manera sustancial respecto a lo que se percibía de la contienda presidencial a finales del año pesado.

El priísta Enrique Peña Nieto dejó de parecer un candidato invencible, aún con la ventaja de 15 puntos que todavía le dan algunas encuestadoras como Consulta Mitofsky sobre su más cercano contendiente, en este caso Josefina Vázquez Mota.

La panista ahora es percibida como una candidata que podría colarse a una final cerrada si mejora su discurso, ajusta su imagen y logra consolidarse en la segunda posición, relegando al candidato de las izquierdas al tercer sitio de las preferencias electorales.

Andrés Manuel López Obrador se observa como estancado y con un discurso en torno a la República Amorosa que no logra entusiasmar a los electores volátiles e indecisos, pese a la buena aceptación que entre la comentocracia han tenido las figuras que ha mencionado como posibles integrantes de su gabinete.

Este nuevo escenario obliga a candidatos, partidos y coaliciones a ser más creativos y propositivos, pues en estricto sentido el proceso aún no está definido a favor de nadie.

Ese 19 ó 20% de ciudadanos que todavía no decide por qué candidato, partido o coalición votar puede modificar las tendencias que actualmente reportan las encuestas y más frente a los proyecciones y prospectivas históricas que revelan que la elección se cerrará de aquí al primer domingo de julio.

Para que el PRI regrese a Los Pinos requiere algo más que un candidato presidencial bien posicionado y soportado por un telepromter. Necesita detener el éxodo de militantes que viene sufriendo en algunos estados como Puebla, sacudirse a dirigentes simuladores u oportunistas como Fernando Morales Martínez, y postular candidatos a diputados y senadores “sin cola” pero que además le sumen votos.

Peña Nieto debe pasar de ser el favorito de las encuestas, para convertirse en una opción de gobierno viable, segura y confiable, y eso no lo conseguirá con un discurso lleno de frases y lugares comunes, sin esencia ni sustancia y maquillado para la televisión. Necesita acreditar en los hechos por qué su victoria marcará un cambio de fondo y no el regreso de un PRI con políticos de nueva generación pero con los vicios y prácticas de antaño.

El reto de Vázquez Mota será convencer a los miles de decepcionados de los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón que ahora sí llegará el prometido cambio y que las estructuras del viejo régimen serán desmontadas para terminar con privilegios, cacicazgos y poderes fácticos como los de Elba Esther Gordillo y el duopolio televisivo.

Y eso implica que no sólo debe modificar su discurso —centrado en su condición de mujer—y su actitud ante las dificultades que el país enfrenta y los rezagos y problemas de inseguridad y desempleo que le heredarán sus antecesores panistas, sino convencer a los votantes de que puede ganar pero que su triunfo se traducirá en continuismo. Los mexicanos ya no quieren más de lo mismo.

El desafío de López Obrador no es menor. Por un lado tiene que definir cuál de los dos Pejes es el verdadero. Si el de hace seis años o el actual y luego ir a la conquista de aquellos electores decepcionados del PAN, pero que tampoco quieren el regreso del viejo PRI con Peña Nieto.

El candidato de las izquierdas debe abandonar el discurso del amor y paz, y retomar aquel que le dio autoridad moral como crítico del PRIAN, pero sin radicalismo ni estridencias, pues de lo contrario corre el riesgo de que los electores switcher o indecisos le den la espalda y él se quede anclado en el tercer sitio más cerca de su quinta rústica de Chiapas que de Los Pinos.

***

Simón dice:

“La peor decisión es la indecisión.”

Benjamín Franklin (1706-1790) Estadista y científico estadounidense.

Que este miércoles por la noche se comunicaron vía telefónica el coordinador de campaña de Josefina Vázquez Mota, Roberto Gil Zuarth, y el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, y que como resultado de esa plática el proceso para definir el orden de las fórmulas de candidatos del PAN al Senado de Puebla podría suspenderse.

En otras palabras, lo más probable es que este jueves se anuncie que las elecciones panistas del domingo se suspenden, y que Javier Lozano Alarcón se queda con la primera fórmula al Senado y Augusta Valentina Díaz de Rivera con la segunda.

La negociación entre Gil Zuarth y Moreno Valle se dio al filo de las 21 horas, después que el ex secretario del Trabajo y Previsión Social del gobierno federal, Javier Lozano Alarcón, cerró su precampaña al Senado en la capital poblana.

***

Que en las elecciones internas panistas, los únicos distritos en los que realmente habrá competencia por una candidatura a diputado federal de mayoría relativa son San Martín Texmelucan y Tehuacán, donde los grupos locales no lograron ponerse de acuerdo.

En el distrito 5 con cabecera en Texmelucan tres son los panistas que buscan la nominación: Anahí Romero Alonso, Gustavo Cebada Magaña y Víctor León Castañeda.

Anahí Romero fue delegada de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI); Gustavo Cebada es un joven empresario local que tiene el apoyo de los panistas de la cabecera; y Víctor León fue presidente municipal, diputado federal, diputado local y delegado de la Secretaría de Educación Pública.

En el distrito 15 de Tehuacán la contienda por la candidatura la protagonizan el ex delegado del Infonavit y ex titular de la Comisión de Vivienda del estado, Felipe de Jesús Arroyo Mojarro, y el ex titular de la Unidad Estatal de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria  (Aserca), Jesús Antonio Pacheco Tenorio.

El ex alcalde tehuacanero Felipe Mojarro es apoyado por el actual presidente municipal Eliseo Lezama Prieto, por algunos miembros de la dirigencia estatal y muy recientemente por el gobernador Rafael Moreno Valle.

En cambio a Jesús Antonio Pacheco lo respaldan el Comité Municipal encabezado por Francisco Medina y algunas figuras panistas de Tehuacán como Sergio Gómez Olivier, René Lezama Aradillas, Fernando Herrero Arandia, Beatriz Cin de Herrero, además de José Manuel Bulás Montoro.

***

Que si hoy fueran las elecciones para presidente de la República en el municipio de Puebla, la panista Josefina Vázquez Mota las ganaría con el 33.6% de la intención de voto, seguida por el priísta Enrique Peña Nieto con el 29.1%.

El candidato de la coalición de izquierda Andrés Manuel López Obrador quedaría en tercer lugar con el 24.1% de los votos, según la última encuesta telefónica aplicada por el despacho Indicadores de Elías Aguilar García.

Dicho estudio, que este se lunes de levantó sobre una base de 400 entrevistas a ciudadanos mayores de 18 años que dijeron contar con credencial de elector, tiene un margen de error de más menos 5%.

A la pregunta ¿Por cuál partido votaría si la elección de presidente de la República fuera hoy?, el 34.1% respondió que por el PAN, el 27.6% que el por el PRI, el 17% por el PRD, el 2.7% por el PT, el 0.3% por Convergencia y el 0.2% por el Panal.

***

Simón dice:

“Usar de venganza con el más fuerte es locura, con el igual es peligroso, y con el inferior es vileza.”

Pietro Metastasio (1698-1782) Poeta italiano.

Lo que suceda de aquí a mayo será definitivo para saber quién de los cuatro candidatos a la presidencia de la República vencerá en las elecciones del primer domingo de julio.

Si para entonces Andrés Manuel López Obrador o Josefina Vázquez Mota mantienen porcentajes similares de intención de voto a los actuales, no me queda la menor duda que el PRI, por conducto de Enrique Peña Nieto, regresará a Los Pinos.

Pero si para mayo uno de estos dos se consolida de manera contundente en la segunda posición, con una ventaja significativa sobre su contendiente, entonces el llamado voto útil o los indecisos podrían inclinar la balanza a su favor, incluso por encima de Peña Nieto.

Para afianzar la primacía que hoy le otorgan todas las encuestas, el ex gobernador del Estado de México no sólo debe administrar su caída sin perder cinco puntos cada mes —como ha ocurrido desde su pifia en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara—, sino impedir que uno de sus dos más cercanos adversarios capitalice casi en exclusiva estos puntos.

Mientras las preferencias de los votantes adversos al PRI se repartan casi en porcentajes iguales entre Vázquez Mota y López Obrador, Peña Nieto y sus operadores pueden dormir tranquilos.

Pero si para mayo la intención de voto se concentra mayoritariamente entre el candidato de la coalición del PRI y el PVEM y en alguno de sus opositores —y no en tercios—, entonces el escenario para Peña Nieto sí podría complicarse, pues es muy probable que su más cercano contendiente capitalice en su provecho el voto útil y el de aquellos indecisos que no quisieran ver al PRI de regreso en Los Pinos.

En este escenario, la nominación del candidato presidencial del Panal juega un rol estratégico dentro del ajedrez electoral, pues puede convertirse en un gran aliado del PRI dependiendo de cuál de los dos contendientes de Peña Nieto se consolide en la segunda posición.

De los personajes que se han mencionado como posibles abanderados del partido de la profesora Elba Esther Gordillo —Rosario Robles Berlanga y Esteban Moctezuma Barragán—, creo que la ex jefa de Gobierno del Distrito Federal podría serle de mayor utilidad al ex gobernador mexiquense.

En primer lugar por una cuestión de género, pues la panista Josefina Vázquez Mota ya no sería la única candidata presidencial —ahora que se dice que es el tiempo de las mujeres— y quien mejor podría confrontarla sin el riesgo de acusaciones o ataques misóginos; y en segunda instancia, por sus ligas y antecedentes con los grupos de izquierda, de los que alguna vez fue portavoz.

Esta doble condición le da a Rosario Robles un plus que el ex secretario de Gobernación de Ernesto Zedillo y actual presidente de Fundación Azteca no tiene.

Además, en un escenario de alta competencia electoral, el discurso feminista y de izquierda de Rosario Robles puede orientarse a restarle votos a Vázquez Mota, si ésta fuera la que descollara, o a López Obrador si por ahí de abril y mayo se consolidara como el candidato capaz de capitalizar el voto útil, el voto de los indecisos y el voto antiPRI, que no es menor sobre todo entre los electores de entre 30 y 50 años de edad con residencia en ciudades urbanas y de alta concentración poblacional.

***

Simón dice:

“Las proposiciones matemáticas, en cuanto tienen que ver con la realidad, no son ciertas; y en cuanto que son ciertas, no tienen nada que ver con la realidad.”

Albert Einstein (1879-1955) Científico alemán nacionalizado estadounidense.

Correos: periodistasoy@hotmail.com y rruiz@e-consulta.com

Twitter: @periodistasoy

Este lunes acudí a un foro temático sobre los fundamentos de La República Amorosa, al que naturalmente asistió el candidato presidencial de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador.

Debo confesar que salí desencantado, pues el López Obrador que vi y oí en el Teatro La Paz de la ciudad de Puebla está más cerca de ser un pastor cristiano o líder moral, que un candidato presidencial.

Entre el viejo AMLO de 2006, bautizado por sus enemigos y críticos como un peligro para México, y el nuevo AMLOVE de 2012, francamente prefiero al primero. El amoroso no me gustó por idealista y utópico, y tampoco por sus concepciones ideológicas sobre la izquierda y la política mexicana.

Durante su intervención, después de sesudas reflexiones de historiadores, antropólogos, indígenas y escritoras acerca de La República del Amor y sus bondades y beneficios, el precandidato  de la izquierda mexicana (PRD, PT y MC) soltó frases como estas:

“La política es tan linda que ni los más sucios políticos han logrado mancharla”.

“Ser de izquierda significa ser honesto, pensar en el prójimo y actuar en consecuencia”.

Si en México la política fuera linda a pesar de sus políticos sucios y corruptos, entonces por qué votar por uno que quiere mandar al diablo las instituciones y edificar una nueva república sobre la base de la honestidad, la justicia y el amor, y que en su nuevo discurso amoroso, “para el bien de todos”, pone el énfasis en la espiritualidad antes que en los pobres, bajo el argumento de que no sólo de pan vive el hombre.

Qué tal si al final de esta cruzada moralista, la política pierde su encanto y terminamos peor de como estamos.

Si ser de izquierda es ser honesto, pensar en el prójimo y actuar en consecuencia, entonces René Bejarano y su esposa Dolores Padierna, la enamoradiza Rosario Robles o la ex gobernadora de Zacatecas, Amalia García deben ser de extrema derecha. De otra manera, no me explico la definición de López Obrador.

El nuevo discurso de López Obrador, según pude observar, tampoco logra entusiasmar a sus seguidores y simpatizantes, ni atraer ese sector del electorado decepcionado por los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, pero que además se rehúsa al regreso del PRI por la vía de Enrique Peña Nieto.

La intención del precandidato presidencial y sus asesores de moderar su discurso se entiende, ni unos ni otros quieren que se repita lo ocurrido hace seis años, pero el cambio ha sido tan radical que muchos ponen en entredicho su autenticidad.

Si López Obrador quiere emular a Lula da Silva, lo primero que debe saber y tener bien claro es que el cambio del ex presidente brasileño fue gradual y que éste fue más allá de una estrategia de marketing, imagen y discurso para ser y parecer más constructivo o, si se prefiere, menos radical y conflictivo.

La transformación de Lula no se hizo en una campaña, sino que le llevó dos elecciones presidenciales más, después de perder la primera frente a Fernando Collor de Mello en 1989. Ésta incluyó un acercamiento genuino con las élites de poder y los círculos empresariales de aquel país, a los que tuvo que garantizar, no sólo sus intereses, bienes, contratos y concesiones, sino la continuidad de algunas políticas macroeconómicas de su antecesor.

El cambio de Lula en 2002 no fue sólo de imagen, había sustancia detrás de la mercadotecnia, de acuerdo con Hernán Gómez Bruera, analista político y especialista en Brasil en política latinoamericana, en un reciente ensayo publicado en el periódico Reforma.

A López Obrador, en cambio, le sigue faltando sustancia y algo más tangible y concreto que su utópica república amorosa que, insisto, lo asemeja más a un pastor cristiano que a un político capaz de lograr el cambio verdadero que tanto pregona.

***

Este miércoles José Juan Espinosa Torres presentará en conferencia de prensa a los precandidatos de su partido a diputados federales, y anunciará su intención de postularse como candidato a senador por la segunda fórmula.

Entre los precandidatos a diputados que el partido Movimiento Ciudadano impulsará destacan el ex presidente municipal panista de Huauchinango, Carlos Miguel Ignacio López; la activista feminista y ex diputada local, Susana Wuotto Cruz; la dirigente de los trabajadores sindicalizados del Hospital del Niño Poblano, Micaela Ávila Soto; la empresaria Mónica Bretón; el ex diputado local del Panal y ex alcalde San Martín Texmelucan, Rogerio Pablo Contreras; y el dirigente de la Unión Campesina Democrática, Mario Vélez Merino.

José Juan Espinosa, quien actualmente forma parte de la dirigencia colegiada de Movimiento Ciudadano (antes Convergencia), dejará en claro que la primera fórmula al Senado por la coalición de izquierda está prácticamente decidida, por lo que él buscará la segunda fórmula como candidato propietario.

***

Simón dice:

“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.”

Eduardo Galeano (1940-?), escritor y periodista uruguayo

Correos: periodistasoy@hotmail.com y rruiz@e-consulta.com

Twitter: @periodistasoy

Ahora que este jueves se reúnan los priístas para evaluar el convenio de coalición suscrito a nivel nacional por la dirigencia de su partido con el Partido Nueva Alianza (PNA) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), quizá sería oportuno que supieran que la aportación de sus aliados en Puebla es más simbólica que real.

En el municipio de Puebla, de acuerdo con la más reciente encuesta del Centro de Estudios Consultivos dirigido por Manuel Martínez Benítez, la intención de voto del PRI sólo sube 1.1 por ciento con la alianza del PNA y el PVEM.

El PRI, por sí sólo, tiene hoy el 24.4 por ciento de las preferencias electorales en la capital del estado y en coalición con sus aliados, el 25.5 por ciento.

A nivel estatal la situación no es muy diferente, pues el PVEM sólo le aporta un punto porcentual y el PNA, apenas ocho décimas.

Según esta encuesta domiciliaria, levantada en los cuatro distritos con cabecera en la ciudad de Puebla, entre el 19 y el 20 de diciembre, a una muestra de 952 ciudadanos con credencial de elector, Enrique Peña Nieto —cuya confianza y potencial de voto entre los electores ha venido disminuyendo— es mejor aceptado que el PRI.

La intención de voto del candidato presidencial de la coalición Compromiso por México se situó en diciembre en 39.4 puntos, mientras que la de los tres partidos que lo postulan, en 25.5 por ciento.

Partidos ancla

Andrés Manuel López Obrador, el candidato de la coalición de izquierda, le dobla la intención de voto a los tres partidos que lo postulan: PRD, PT y MC, y es que mientras aquél concentra el 30.1 por ciento de las preferencias, los tres institutos apenas consiguen el 12.9 por ciento.

En el municipio de Puebla, el PRD le aporta a López Obrador el 8.3 por ciento; el PT, el 3.9 y el MC (antes Convergencia), el 0.7 por ciento.

A nivel estatal, según la misma encuestadora, el PRD contribuye con el 5.9 por ciento, el PT con el cuatro por ciento y Convergencia con el 1.1 por ciento, lo que arroja un total acumulado de 11 puntos.

***

El dirigente estatal del PAN, Juan Carlos Mondragón Quintana, llegó este miércoles a Santiago de Chile, donde tomará el VI Diplomado Latinoamericano en Economía Social de Mercado que organiza la Universidad Miguel de Cervantes y la Fundación Konrad Adenauer.

La Universidad Miguel de Cervantes la dirige Gutenberg Martínez, quien fue presidente de la Cámara de Diputados de Chile (1996-1999) y presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (1998-2006). Está casado con Soledad Alvear, hoy senadora de la Democracia Cristiana chilena y antes ministra de gobierno con Patricio Aylwin, Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Ricardo Lagos.

Al diplomado asisten 20 jóvenes latinoamericanos que fueron seleccionados mediante una convocatoria; de ellos, sólo tres son mexicanos, entre ellos, Juan Carlos Mondragón.

Entre los profesores del Diplomado que se desarrollará del 4 al 14 de enero figuran Eduardo Frei, el ex gobernador del Banco Mundial, Alejandro Foxley, y los ex ministros de Hacienda de Chile.

En la cúpula panista nacional, este diplomado es altamente valorado. Cuando Gutenberg era presidente de ODCA, todos se peleaban por participar; Gabriela Cuevas, Mariana Gómez del Campo, César Nava y Rogelio Carbajal son algunos de los panistas mexicanos que han tomado este curso.

***

Este fin de semana el alcalde de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, encabezará una gira de trabajo en la que pondrá en marcha 106 calles que fueron pavimentadas, lo que lo acerca a la meta que se fijó de pavimentar más de mil en su primer año de gestión.

***

Simón dice:

Curiosamente, los votantes no se sienten responsables de los fracasos del gobierno que han votado.

Alberto Moravia (1907-1990) Alberto Pincherle, escritor italiano.

La decisión de Andrés Manuel López Obrador de revelar en el transcurso de su campaña política los nombres de quienes lo acompañarán en el gobierno es sin duda de lo más acertada.

Es más, lo ideal sería que los otros candidatos a la presidencia de la República también hicieran lo propio.

Pero no lo harán, al menos en el corto plazo, para dejar en claro que ellos tienen su propia agenda política y mediática y que ésta no está supeditada a lo que diga o haga el candidato de la coalición de izquierda.

Sin embargo creo que si López Obrador cumple lo que este martes ofreció, en el sentido de dar a conocer al resto de los integrantes de su gabinete en la medida que avance la contienda electoral, el priista Enrique Peña Nieto y la panista Josefina Vázquez Mota no tendrán más opción que imitarlo y tratar de superarlo.

La comentocracia y los medios de comunicación los presionarán para que así sea.

Y eso, como quiera que se vea, es una buena práctica democrática, ya que llegado el momento de votar los mexicanos no lo harán por una sola persona, sino por un equipo.

El que Andrés Manuel haya anticipado que de ser presidente de la República invitará al jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, a que encabece la Secretaría de Gobernación y las áreas de Seguridad Pública; al ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, para que se haga cargo de la Secretaría de Educación Pública; y al economista y analista financiero Rogelio Ramírez de la O para que asuma la Secretaría de Hacienda, es una gran noticia.

No sólo por la relevancia de los mencionados, sino porque ahora Peña Nieto y Vázquez Mota se verán obligados a convocar a figuras de esa misma talla o mejores para encargarles las principales carteras del gabinete.

Ojalá López Obrador cumpla su palabra y se mantenga en esta ruta, la ruta de las propuestas, pues su nuevo discurso y malograda imagen de pastor cristiano impuesta por sus asesores de marketing no le sientan nada bien.

Los electores no son tontos, y claro que comprenden las intenciones de sus asesores de borrar del imaginario colectivo la percepción que hace seis le construyeron sus adversarios cuando lo calificaron como un peligro para México.

Sin embargo creo que se están excediendo y que el nuevo AMLOVE y su República Amorosa están lejos del verdadero Peje, de ése que durante seis años se dedicó a recorrer al país, municipio por municipio, y que ganó autoridad moral como un implacable crítico del viejo sistema y del falso cambio representado por Vicente Fox y Felipe Calderón.

***

Simón dice:

«No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico.»

Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego.