LA CORTE DE LOS MILAGROS

AMLOVE

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Este lunes acudí a un foro temático sobre los fundamentos de La República Amorosa, al que naturalmente asistió el candidato presidencial de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador.

Debo confesar que salí desencantado, pues el López Obrador que vi y oí en el Teatro La Paz de la ciudad de Puebla está más cerca de ser un pastor cristiano o líder moral, que un candidato presidencial.

Entre el viejo AMLO de 2006, bautizado por sus enemigos y críticos como un peligro para México, y el nuevo AMLOVE de 2012, francamente prefiero al primero. El amoroso no me gustó por idealista y utópico, y tampoco por sus concepciones ideológicas sobre la izquierda y la política mexicana.

Durante su intervención, después de sesudas reflexiones de historiadores, antropólogos, indígenas y escritoras acerca de La República del Amor y sus bondades y beneficios, el precandidato  de la izquierda mexicana (PRD, PT y MC) soltó frases como estas:

La política es tan linda que ni los más sucios políticos han logrado mancharla”.

Ser de izquierda significa ser honesto, pensar en el prójimo y actuar en consecuencia”.

Si en México la política fuera linda a pesar de sus políticos sucios y corruptos, entonces por qué votar por uno que quiere mandar al diablo las instituciones y edificar una nueva república sobre la base de la honestidad, la justicia y el amor, y que en su nuevo discurso amoroso, “para el bien de todos”, pone el énfasis en la espiritualidad antes que en los pobres, bajo el argumento de que no sólo de pan vive el hombre.

Qué tal si al final de esta cruzada moralista, la política pierde su encanto y terminamos peor de como estamos.

Si ser de izquierda es ser honesto, pensar en el prójimo y actuar en consecuencia, entonces René Bejarano y su esposa Dolores Padierna, la enamoradiza Rosario Robles o la ex gobernadora de Zacatecas, Amalia García deben ser de extrema derecha. De otra manera, no me explico la definición de López Obrador.

El nuevo discurso de López Obrador, según pude observar, tampoco logra entusiasmar a sus seguidores y simpatizantes, ni atraer ese sector del electorado decepcionado por los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, pero que además se rehúsa al regreso del PRI por la vía de Enrique Peña Nieto.

La intención del precandidato presidencial y sus asesores de moderar su discurso se entiende, ni unos ni otros quieren que se repita lo ocurrido hace seis años, pero el cambio ha sido tan radical que muchos ponen en entredicho su autenticidad.

Si López Obrador quiere emular a Lula da Silva, lo primero que debe saber y tener bien claro es que el cambio del ex presidente brasileño fue gradual y que éste fue más allá de una estrategia de marketing, imagen y discurso para ser y parecer más constructivo o, si se prefiere, menos radical y conflictivo.

La transformación de Lula no se hizo en una campaña, sino que le llevó dos elecciones presidenciales más, después de perder la primera frente a Fernando Collor de Mello en 1989. Ésta incluyó un acercamiento genuino con las élites de poder y los círculos empresariales de aquel país, a los que tuvo que garantizar, no sólo sus intereses, bienes, contratos y concesiones, sino la continuidad de algunas políticas macroeconómicas de su antecesor.

El cambio de Lula en 2002 no fue sólo de imagen, había sustancia detrás de la mercadotecnia, de acuerdo con Hernán Gómez Bruera, analista político y especialista en Brasil en política latinoamericana, en un reciente ensayo publicado en el periódico Reforma.

A López Obrador, en cambio, le sigue faltando sustancia y algo más tangible y concreto que su utópica república amorosa que, insisto, lo asemeja más a un pastor cristiano que a un político capaz de lograr el cambio verdadero que tanto pregona.

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Este miércoles José Juan Espinosa Torres presentará en conferencia de prensa a los precandidatos de su partido a diputados federales, y anunciará su intención de postularse como candidato a senador por la segunda fórmula.

Entre los precandidatos a diputados que el partido Movimiento Ciudadano impulsará destacan el ex presidente municipal panista de Huauchinango, Carlos Miguel Ignacio López; la activista feminista y ex diputada local, Susana Wuotto Cruz; la dirigente de los trabajadores sindicalizados del Hospital del Niño Poblano, Micaela Ávila Soto; la empresaria Mónica Bretón; el ex diputado local del Panal y ex alcalde San Martín Texmelucan, Rogerio Pablo Contreras; y el dirigente de la Unión Campesina Democrática, Mario Vélez Merino.

José Juan Espinosa, quien actualmente forma parte de la dirigencia colegiada de Movimiento Ciudadano (antes Convergencia), dejará en claro que la primera fórmula al Senado por la coalición de izquierda está prácticamente decidida, por lo que él buscará la segunda fórmula como candidato propietario.

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Simón dice:

“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.”

Eduardo Galeano (1940-?), escritor y periodista uruguayo

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