LA CORTE DE LOS MILAGROS

Razones para votar en blanco el próximo domingo

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Mejor anular, que votar por el partido menos peor
Patricia Durán, forzada reelección en la BUAP

A estas alturas del proceso electoral, debo confesar que no tengo claro por qué partido político votar, y que estoy valorando —muy en serio— la posibilidad de acudir el próximo domingo a mi casilla a tachar las boletas electorales como una acción de repudio a los partidos, a sus grises y anodinos candidatos, y a las autoridades electorales que han sido incapaces de contribuir al desarrollo de la vida democrática.

Mi decisión de ir votar y anular mi sufragio, no es de ningún modo una acción pasiva o acrítica.

Lo sería si optará por abstenerme, como seguramente lo hará el 60% de los inscritos en la lista nominal de electores.

Convencido de que mi voto no cambiará las tendencias electorales reportadas por las empresas encuestadoras, de que a nivel estatal no hay más que de dos sopas —PRI o PAN—, y de que en Puebla sufragar por cualesquiera de las demás opciones partidistas, es tanto como tirar un voto al bote de la basura, expreso a continuación seis razones para sumarme a la causa del voto blanco:

Anularé mi voto en protesta por el sistema de partidos y el sistema electoral de México, que lejos de contribuir al desarrollo democrático, a la legalidad, y a la consolidación de las instituciones, fomenta la partidocracia, la parálisis institucional y la impunidad.

Votaré en blanco en repudio de los partidos políticos  —grandes y pequeños— que en este proceso electoral decidieron nominar —salvo honrosas excepciones— a candidatos inocuos o pipitilla, con dirigentes apocados, medrosos y renuentes al debate, y que en esta campaña se gastaron miles de millones de pesos para publicitarse, pero sin asumir compromisos viables y concretos, más allá de lo que el marketing les aconsejó.

No le daré mi voto a ningún partido en lo particular, no porque crea que todos son iguales, aunque a veces me lo parezca, sino porque creo que ninguna de las ocho opciones partidistas que hoy existen —PAN, PRI, PRD, PT, PVEM, Convergencia, Nueva Alianza y PSD— se lo merece. Mi anterior decisión de votar, como muchos mexicanos, por el menos peor, ya tampoco me convence.

Sé que el llamado voto blanco favorece generalmente al partido más fuerte o en el gobierno, pero en Puebla esta situación es ambigua. A nivel federal, gobierna el PAN, y a nivel estatal y municipal, el PRI. Las encuestas pronostican que el PRI podría llevarse la mayoría de los 16 distritos, y el PAN entre 3 y 8 distritos. Lo que a mí, como a otros anulistas nos mueve, no es qué partido se beneficiará o saldrá perjudicado con nuestro voto en blanco, sino dejarles claro que estamos hartos de los dos, y de los demás, que en los hechos, están lejos de ser una opción viable y confiable.

No ignoro que en la medida que el voto nulo crezca, la elección del próximo domingo 5 de julio la decidirán los menos. La mayoría no, pues como ya lo mencioné líneas arriba, se abstendrá. La integración de la próxima legislatura federal estará en manos de las minorías, minorías que las maquinarias y estructuras electorales del PRI y PAN tratarán de movilizar a su favor, sin que el árbitro de los comicios intente impedirlo.

Finalmente, anularé mi voto como una medida de protesta en contra del Instituto Federal Electoral, que ha sido incapaz de garantizar la equidad en estos comicios; laxo para aplicar la normatividad vigente, que entre otras cosas prohíbe la comercialización de espacios en radio y televisión, lo que a todas luces ocurre con entrevistas a modo y la promoción de figuras políticas como Enrique Peña Nieto; y timorato para sancionar a las cadenas de televisión que, al margen de la ley, promueven a partidos como el Verde Ecologista en aras de recobrar sus fueros, y para castigar el derroche publicitario de candidatos que infringen los topes de campaña.

EN CORTO
De no ser por el dirigente estatal del PRI, Alejandro Armenta Mier, y el director técnico del Puebla de la Franja, José Luis Sánchez Solá “Chelís”, los cierres de campaña de este fin de semana de los candidatos a diputados federales del tricolor habrían pasado inadvertidos.

Lo que este sábado y domingo ocurrió resume, en buena medida, el desarrollo de las campañas de los candidatos del PRI: mucha publicidad, mucho acarreo, muchas acusaciones, ausencia de figuras, carencia de propuestas, pobreza en el discurso, poco entusiasmo y poca, muy poca, participación de la ciudadanía.

Del lado del PAN la situación es igual o peor, tanto que dirigentes y candidatos ni siquiera se atrevieron a organizar para este fin de semana un cierre masivo en el zócalo de la ciudad o en la plazuela del Carmen, como en anteriores campañas. Y es que en general, las campañas de sus candidatos a diputados federales resultaron tan grises y desangeladas como su dirigencia estatal.

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Algo tendrán que hacer las autoridades universitarias para corregir el proceso electoral en marcha en la facultad de Ciencias de la Comunicación de la BUAP, y la intentona de reelección de la actual directora Patricia Durán Bravo.

Los problemas en esa unidad académica, donde el próximo 16 de julio habrá elecciones de director, no son pocos: despido de académicos, ausencia de profesores de tiempo completo o con plaza de titular, proliferación de maestros hora clase y tiempo parcial, y malas relaciones entre la Dirección de la facultad y el sector estudiantil.

Lo que más se cuestiona de la convocatoria publicada el jueves en algunos diarios, como El Sol de Puebla, es el punto relativo a los requisitos para ser director, pues se exige “ser miembro del personal académico de tiempo completo, definitivo, titular, estar adscrito a la facultad y contar con una antigüedad no menor de cinco años ininterrumpidos, al momento de ser nombrado”.

Para no pocos académicos se trata de una convocatoria hecha a modo para la reelección de Patricia Durán, pues en la facultad son contados los profesores con título de Licenciado o Maestro en Ciencias de la Comunicación y menos los que cuentan con plaza de profesor titular y con antigüedad de cinco años o más.

Y es que en la gestión de la actual directora, han sido despedidos o reubicados en otras áreas de la Universidad los siguientes docentes: la licenciada Flor Coca Santillana; los maestros María Torres Ponce, Flora Molina Rodríguez, Genaro García Palafox, Martha Báez Martínez y Guadalupe Montiel, y las doctoras Adriana González Martínez y Janet García González, entre otros.

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Este día no puede dejar de ver en e-consulta y en el periódico Milenio el Top 15 Preparatorias, un suplemento especial elaborado por Consultoría Contracorriente sobre los mejores bachilleratos públicos y privados de la zona metropolitana de Puebla.

El ranking fue construido a partir de seis indicadores, entre los que destacan la prueba Enlace de la SEP, el examen del College Board aplicado por la BUAP, el porcentaje de docentes de tiempo completo y la infraestructura de cada preparatoria.

La investigación revela que las mejores preparatorias particulares de Puebla están en el Tecnológico de Monterrey, en el Instituto D´amicis y en el Colegio Americano, y que las mejores prepas públicas son las de la BUAP: la Emiliano Zapata, la Benito Juárez y la Lázaro Cárdenas.

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Simón dice:

“Cuando no se puede lograr lo que se quiere, mejor cambiar de actitud”.
Publio Terencio Afer (195 AC-159 AC) Autor cómico latino.


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