* El actual modelo sobre representa al partido mayoritario
* Desde 1977 Puebla ha estado a la zaga de las reformas federales
Uno de los mayores rezagos del sistema electoral poblano —y del que hasta ahora pocos se han ocupado— es el relativo a la forma en que se reflejan los votos de los partidos políticos en la composición del Congreso del estado, es decir a la representación parlamentaria en el Poder Legislativo.
El actual modelo, de tipo mixto con diputados de mayoría simple y representación proporcional, no ha resultado en la práctica equitativo, pues privilegia la sobre representación del partido mayoritario y la sub representación de los partidos que se ubican como la primera y la segunda minorías.
En las elecciones de 2004 el PRI obtuvo el 43.5% de los votos para la elección de diputados de mayoría relativa y representación proporcional, y el 63% de las curules; en contraste, el PAN logró el 34.8% de los votos y sólo 10 de 41 legisladores, lo que equivale al 24.4% de la representación del Congreso.
Lo mismo sucedió con el PRD que obtuvo el 8.2% de los votos, y sólo obtuvo 2 diputaciones, que equivalen al 4.8% de las curules.
En 2007 la historia se repitió.
El PRI, que con el PVEM formó la Coalición Unidos para Ganar, obtuvo el 41.42% de los votos, se quedó con 26 curules en el Congreso del estado (25 de mayoría y 1 de representación proporcional), que equivalen al 63% de las curules; en cambio, el PAN, que consiguió el 29.31% de la votación sólo pudo conseguir ocho diputados.
La coalición de izquierda integrada por el PRD y Convergencia obtuvo el 10.87% de los votos y tres diputaciones de representación proporcional, que representan 7.3% de las 41 curules de la Legislatura local.
En las elecciones de julio de 2010, la coalición Compromiso Por Puebla —integrada por el PAN, el PRD, el Panal y Convergencia— computó 982,438 sufragios, que representaron el 44.8% de la votación total emitida.
Esta votación le dio derecho, sin embargo, a 21 curules (14 de mayoría y siete plurinominales), es decir al 51.2% de la representación parlamentaria en el Poder Legislativo.
La Alianza Puebla Avanza —compuesta por el PRI y el PVEM— obtuvo 895,077 sufragios, el 40.82% de la votación, que le permitieron hacerse de 18 diputaciones (12 de mayoría y seis plurinominales) que equivalen al 44% de las curules del Congreso del estado.
El Partido del Trabajo —que en comicios anteriores se benefició con la fórmula de asignación de diputados de representación proporcional— ahora quedó sub representado. Obtuvo el 9.59% de los votos, pero sólo dos diputaciones que equivalen al 4.8% de las curules de la LVIII Legislatura del Congreso del estado.
Rezago histórico
El rezago del sistema electoral poblano, en lo que se refiere a la representación de las minorías, viene de varios años atrás.
Mientras a nivel federal la reforma electoral de 1977 abrió a los partidos minoritarios la posibilidad de obtener hasta el 25% de la representación de la Cámara de Diputados, es decir 100 de 400 escaños, en Puebla los diputados de partido sólo podrían ocupar el 20% de las curules, o sea 5 de 25.
Diez años después, con la reforma política de 1987 durante la administración del presidente Miguel de la Madrid Hurtado, el acceso de las minorías se amplió a 30%. De los 500 escaños de la Cámara Baja del Congreso de la Unión, el partido mayoritario podría aspirar a ocupar hasta 350 por ambos principios, beneficiándose del reparto de diputados de representación proporcional, siempre que hubiera alcanzado el 51% o más de la votación nacional efectiva.
Localmente, la legislación electoral de Puebla se modificó en 1980; ésta desapareció a los diputados de partido y los sustituyó por seis diputaciones de representación proporcional, con lo que amplió el porcentaje de representación de las minorías en el Congreso del estado de 20 a 23%.
En 1983, la Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales del Estado de Puebla sufrió nuevas enmiendas. Se crearon dos nuevos distritos electorales y el número de diputaciones de representación proporcional pasó de seis a siete. Esta reforma le garantizó a la oposición por lo menos el 24.13% de un total de 29 curules.
Dicho modelo de representación parlamentaria se mantuvo sin cambios hasta 1995, cuando a iniciativa del gobernador Manuel Bartlett Díaz se reforma la Constitución Política de la entidad y se promulga el Código Electoral del Estado de Puebla que viene a sustituir a la antigua LOPPEEP.
En el reformado artículo 33 de la Carta Magna se establece que el Congreso del estado se integrará por 26 diputados de mayoría relativa y hasta 13 de representación proporcional, lo que equivale al 33.33% de la representación parlamentaria; y en el artículo 35 constitucional se dice que ningún partido podrá contar con más de 26 diputados por ambos principios, y que para tener derecho a la asignación de diputados por el sistema de representación proporcional, los partidos deben obtener como mínimo el 1.5% del total de la votación emitida en la elección de diputados de mayoría.
Los resultados de esa competida elección intermedia de 1995 fueron inéditos. Por vez primera en la historia de Puebla, el PAN ganó la capital y las principales ciudades, así como 10 diputaciones de mayoría y cuatro de representación proporcional de un total 39. El blanquiazul, que computó el 34.87% de los votos, se quedó con el 35.89 de los escaños del Congreso del estado.
Sin embargo, el PRI que obtuvo el 46.96% de la votación ganó 16 diputados de mayoría y seis de representación proporcional, para hacer un total 22, que equivalieron al 56.41% de la representación parlamentaria en la LIII Legislatura local.
El PRD que se ubicó como la tercera fuerza política con el 9.37% de los votos, sólo logró 2 curules, equivalente al 5.12% de la representación parlamentaria.
Para las elecciones de 1998 el sistema de representación política en el Poder Legislativo local se mantuvo sin cambios, favoreciendo la sobre representación del PRI, y la sub representación del PAN como primera minoría y del PRD como segunda minoría.
Si bien la Constitución del estado se modificó en 1997 para dar cabida a la reforma electoral federal llevada a cabo el 22 de agosto de 1996, el modelo de representación parlamentaria siguió siendo el mismo.
En 1999 la Constitución del estado volvió a reformarse, para ampliar 13 a 15 el número de curules por el principio de representación proporcional, y para elevar de 1.5 a 2% el porcentaje mínimo requerido que un partido político necesita para tener derecho a la asignación de diputados por esta vía.
La reforma de 1999, que entró en vigor en los comicios locales de 2001, introdujo la figura jurídica del “mejor perdedor”, por la cual se estableció que la primera de las 15 curules de representación proporcional se asignaría a la fórmula de candidatos del partido político que, por sí mismo, haya obtenido el mayor porcentaje de votos en la elección de diputados por el principio de mayoría relativa, siempre que no hubiere alcanzado la constancia respectiva conforme a dicho principio.
En la práctica el incremento de dos diputados de representación proporcional, que amplió de 33.33% a 36.48% esta vía de acceso de los partidos minoritarios al Congreso del estado, no sólo no mejoró el modelo de tipo mixto sino que acentuó la inequidad en la representación parlamentaria.
Y es que en las elecciones de 2001, el PRI obtuvo el 41.86% de los votos para la elección de diputados de mayoría y el 60.97% de las curules de la LV Legislatura con 20 legisladores de mayoría y cinco de representación proporcional; en contraste, el PAN logró el 33.69% de los votos y sólo 10 curules (seis de mayoría y cuatro de representación proporcional) que equivalían al 24.39 de la representación total del Congreso.
El PRD también fue castigado. Computó el 9.22% de los votos y sus dos curules sólo le dieron el 4.87% de la representación parlamentaria.
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Simón dice:
“El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla.”
Enrique Tierno Galván (1918-1986) Político e intelectual español.
De acuerdo con el artículo 43 bis de los estatutos vigentes del PAN, los presidentes, secretarios generales y secretarios del Comité Ejecutivo Nacional, así como de los Comités Directivos Estatales y Municipales que deseen contender por un cargo de elección popular, deben dejar su cargo un año antes del día de la elección constitucional.
La inequidad en la representación parlamentaria no sólo tiene su origen en el sistema mixto de elección de los diputados, y en la fórmula de asignación de diputados de representación proporcional.
Se trata de una investigación coordinada por los doctores Ernesto Villanueva e Issa Luna Pla acerca de la prensa poblana y las elecciones de gobernador del estado en dos diferentes periodos: uno que va del 1 de enero al 4 de julio de 2010 —lapso en el que se definieron las candidaturas, se desarrollaron las campañas y se efectuaron las elecciones—; y otro comprendido del 5 de julio al 30 de septiembre de 2010, cuando Rafael Moreno Valle fue declarado gobernador electo y los diferentes actores políticos le dieron su respaldo.
De acuerdo con esta versión, el exdelegado de la Sedesol —en uso de sus facultades— habría firmado algunos convenios de obra para ser ejecutada por los propios ayuntamientos, sin antes dar aviso al gobernador Rafael Moreno Valle que había ordenando que toda obra pública, incluyendo la financiada con fondos federales, se concentrara en la Secretaría de Infraestructura a cargo de Antonio Gali Fayad.
De ahí que si un dirigente estatal pierde la mayoría del Consejo, prácticamente pierde el control del partido.
Este viernes, por ejemplo, José Alfredo Arizmendi Domínguez logró reelegirse por un año más como presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de Puebla (Canaco), en una asamblea desangelada y carente de representatividad.
Sus promesas no tienen para cuándo cumplirse, lo que ha propiciado el abandono o, si se prefiere, el retiro paulatino de socios y empresas que antes acudían a la Cámara y hoy ni siquiera se paran por sus instalaciones como Fabián Gómez Mora, gerente de plaza de la cadena Oxxo, y José Miguel Santos Rodríguez, representante de la firma Walmart en Puebla.