Este martes tuve oportunidad de asistir a la presentación del libro Prensa & Poder, Elecciones Puebla 2010, en la Sala de Sesiones del Instituto Electoral del Estado (IEE), así como de revisarlo y leerlo en el transcurso de la tarde.

Se trata de una investigación coordinada por los doctores Ernesto Villanueva e Issa Luna Pla acerca de la prensa poblana y las elecciones de gobernador del estado en dos diferentes periodos: uno que va del 1 de enero al 4 de julio de 2010 —lapso en el que se definieron las candidaturas, se desarrollaron las campañas y se efectuaron las elecciones—; y otro comprendido del 5 de julio al 30 de septiembre de 2010, cuando Rafael Moreno Valle fue declarado gobernador electo y los diferentes actores políticos le dieron su respaldo.

El libro, como lo dijo uno de sus autores durante la presentación, documenta lo que la gente ya de por sí percibe respecto de la mayoría de los medios impresos: que publican información parcial, a partir de rumores y acusaciones que no siempre se contrastan ni verifican; y que en la pasada campaña decidieron sacrificar su deber de mediación, más o menos aséptica, para jugar un papel de parte interesada a favor de uno de los aspirantes al gobierno del estado.

El análisis se centró en las columnas y notas principales de trece diarios editados en la capital del estado: El Sol de Puebla, Síntesis, El Heraldo de Puebla, Intolerancia, El Columnista, Cambio, Status, Milenio Puebla, La Jornada de Oriente, La Opinión, Puebla Sin Fronteras, Momento y Puntual.

La investigación concluye que la prensa poblana no se ajusta a los estándares internacionales consignados en los códigos de ética de los países democráticos, con excepción de La Jornada de Oriente y Síntesis, cuyas notas y columnas publicadas atendieron de manera razonable las pautas deontológicas generalmente aceptadas.

En cambio, la mayoría de los diarios analizados incurrió en violaciones éticas en perjuicio del derecho a saber de las personas, de la imparcialidad, la veracidad y la consideración del interés público como criterio básico de información noticiosa.

Los periódicos que más notas negativas publicaron de Rafael Moreno Valle a ocho columnas, entre el 1 de enero y el 4 de julio de 2010, fueron Puebla Sin Fronteras (53), El Columnista (49) e Intolerancia Diario (43).

En contraste, los que ofrecieron más notas y columnas positivas del candidato de la Alianza Puebla Avanza —el priísta Javier López Zavala— fueron: Momento (57), El Heraldo de Puebla (41) e Intolerancia Diario (39).

Si se toma el referente sólo del análisis de las columnas, resulta que el 87% de las publicadas en El Columnista fueron negativas para Moreno Valle, contra el 28% para López Zavala.

En Intolerancia, el 48% de sus columnas fueron adversas para Moreno Valle contra el 0% de López Zavala.

El 85% de las columnas publicadas por El Sol de Puebla fueron negativas para Moreno Valle, contra el 8% para López Zavala.

En La Jornada Oriente, el 45% de las columnas fueron negativas para Moreno Valle, contra el 43% para López Zavala.

Otro aspecto interesante que el libro Prensa & Poder analiza en su segundo capítulo es la ausencia de reglas y criterios en la asignación de publicidad gubernamental y la escasa circulación pagada de la mayoría de los medios impresos que, en conjunto, apenas suman 85 mil 532 ejemplares diarios, lo que significa que sólo impactan al 0.021% de la población del estado.

Esta situación, arguyen los autores, explica por qué la realidad que trasmitieron los medios impresos no influyó en el comportamiento de los ciudadanos durante el proceso electoral. “Si la prensa hubiese tenido un impacto apreciable y tirajes razonables, la información suministrada a través de sus páginas hubiera generado pautas de conducta electoral distintas a las efectivamente acaecidas”.

El libro se divide en cinco capítulos. El primero versa sobre el comportamiento de la prensa poblana durante las elecciones de 2010; el segundo sobre el impacto y circulación de los medios impresos; el tercero sobre el abuso de la libertad de expresión; el cuarto sobre la veracidad, la imparcialidad y el derecho a la información; y el quinto sobre propuestas y reformas en materia de regulación de medios.

A la presentación del libro sólo acudió uno de los tres comentaristas invitados: la maestra Lilia Vélez Iglesias, quien se pronunció por regular los convenios y pautas publicitarias gubernamentales, pues aseguró que constituyen un instrumento de control y censura; además hizo un exhorto para que los medios realicen ejercicios de autocrítica, ya que hoy son poco sensibles para mirarse a sí mismos o para ser mirados y criticados por otros.

De los otros comentaristas no trascendió gran cosa, salvo que el director de Sicom, Marcelo García Almaguer se comunicó cinco minutos antes de que iniciara el evento con el consejero electoral Joel Paredes Olguín, solicitándole el retiro del personificador que con su nombre marcaba su lugar en el presídium.

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Simón dice:

“La peor política (en materia de medios) `es dejar hacer, dejar pasar`, porque entonces unas cuantas empresas informativas —las éticamente repugnantes— y algunos comunicadores —los corruptos y mentirosos—logran imponer sus intereses particulares a los de toda la sociedad y, al mismo tiempo, desprestigian a todo el sector de los medios de comunicación.

Jorge Carpizo McGregor (1944- ). Abogado, jurista y político mexicano.