En las recientes elecciones locales, ¿los candidatos a diputados aportaron o restaron votos a los candidatos a la alcaldía de Puebla?

La respuesta no puede generalizarse, aunque en la mayoría de los casos los candidatos a diputados, tanto de la coalición Puebla Unida como de la alianza 5 de Mayo, obtuvieron porcentualmente menos sufragios que José Antonio GaliFayad y Enrique Agüera Ibáñez.

De hecho, el único candidato a diputado que superó el porcentaje de votación de Gali Fayad fue Francisco (Franco) Rodríguez Álvarez, quien contendió por el distrito 13. Todos los demás obtuvieron porcentajes por debajo del 49.36% que alcanzó el ex secretario de Infraestructura del gobierno del estado.

Patricia Leal Islas, en el distrito 10, se quedó 1.53 puntos abajo; Pablo Montiel Solana, en el 11, 0.04 puntos; Susana Riestra Piña, en el 12, 0.73 puntos; Pablo Rodríguez Regordosa, en el 14, 3.27 puntos; Jorge Aguilar Chedraui, en el distrito 15, 0.69 puntos; y Julián Rendón Tapia, en el 16, 7.54 puntos.

La suma deficitaria de estos porcentajes asciende 13.8 puntos. Y la superavitaria a 2.59 puntos.

Nota. Esta tabla se construyó con los porcentajes del PREP y tomando en cuenta únicamente las votos obtenidos por las coaliciones Puebla Unida y 5 de Mayo. Los porcentajes no incluyen los votos del MC y PSI, que se sumaron a los de Puebla Unida.

En el caso de los candidatos a diputados de la alianza 5 de Mayo, sólo dos le sumaron votos a Enrique Agüera: Claudia Hernández Medina, quien contendió por el distrito 10, y Víctor Manuel Giorgana Jiménez, por el distrito 16.

Los restantes cuatro candidatos estuvieron por debajo del 40.31% que obtuvo el abanderado de la alianza formada por el PRI y el PVEM a la presidencia municipal de Puebla.

Alberto Sánchez Barranco, del distrito 11, se quedó 5.5 puntos abajo del porcentaje de Enrique Agüera; Sandra Montalvo Domínguez, del distrito 12, 4.23 puntos; Bárbara Ganime Bornne, del distrito 13, 7.96 puntos; Héctor Sulaimán Safi, del distrito 14, 2.77 puntos; y José Doger Corte, del distrito 15, 4.25 puntos.

La suma deficitaria de estos porcentajes asciende 24.71 puntos. Y la superavitaria a 5.06 puntos.

Nota. Esta tabla se construyó con los porcentajes del PREP y tomando en cuenta únicamente las votos obtenidos por las coaliciones Puebla Unida y 5 de Mayo. Los porcentajes no incluyen los votos del MC y PSI, que se sumaron a los de Puebla Unida.

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¿Cuál de los virtuales diputados electos de la coalición Puebla Unida se perfila para presidir la Junta de Gobierno y Coordinación Política?

Dados los antecedentes y el personal estilo de gobierno del mandatario estatal, creo que el elegido será uno de los miembros de su primer círculo o grupo compacto.

De éstos, sólo veo dos: Jorge Aguilar Chedraui, quien no regresará a la Secretaría de Salud, y Fernando Manzanilla Prieto, que dejó la Secretaría General de Gobierno para ser candidato a diputado por la vía plurinominal y coordinador de la campaña del candidato a la alcaldía de Puebla, José Antonio GaliFayad.

¿Por quién se inclinará el gobernador Rafael Moreno Valle?

¿Por su amigo, el ex secretario de Salud que aceptó el reto de contender por una diputación de mayoría en uno de los distritos más competidos de la capital poblana? ¿O por su cuñado, con el que tuvo algunas diferencias a finales del año pasado, cuando aquél buscaba la nominación a la presidencia municipal de Puebla y terminó siendo el segundo de la lista de diputados de representación proporcional de la coalición Puebla Unida?

De ambos, el mandatario tiene buenas opiniones. De Aguilar Chedraui dice que hizo una de las mejores campañas en esta elección; y de Manzanilla Prieto, que es un gran coordinador que llegó a darle orden a la campaña de Gali Fayad.

Se valen apuestas.

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El tamaño de la debacle priísta puede medirse con base en la integración de la próxima legislatura local, que pasará a la historia como la más paupérrima para el tricolor, pues sólo tendrá cuatro diputados de mayoría y posiblemente nueve de representación proporcional (que sumados dan 13 de un total de 41 legisladores).

De los 26 distritos locales de mayoría, la alianza 5 de Mayo (integrada por el PRI y el PVEM) sólo pudo ganar las demarcaciones 16 de Puebla, 18 de Tepeaca, 25 de Tehuacán Sur y 26 de Ajalpan.

Los 22 distritos restantes los ganó la coalición Puebla Unida, cuatro de ellos gracias al Partido Social de Integración (PSI). Sí, la organización dirigida por Carlos Froylán Navarro Corro que, tras obtener su registro como partido estatal el 16 de marzo de este año, buscó el cobijo de los dirigentes del ex partidazo tricolor y éstos sólo lo ningunearon.

Gracias a los votos obtenidos por el PSI, que bajo la fórmula de candidatura común apoyó a los candidatos de Puebla Unida, la coalición morenovallista pudo alzarse con la victoria en los distritos 2 de Huauchinango, 3 de Zacatlán, 5 de Tlatlauquitepec y 9 de San Pedro Cholula. Sin tales sufragios, el PRI habría triunfado en esas demarcaciones.

En Huachinango, de acuerdo con el último corte del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), el PSI le sumó al candidato de Puebla Unida, Carlos Amador, 3.7 puntos; a la de Zacatlán, Mariela Maldonado, 3.52; al de Tlatlauquitepec, Omar Pozos, 5.8; y a la de San Pedro Cholula, Sara Chilaca, 4.75 puntos.

En el distrito 23 de Acatlán, en pleno corazón de la Mixteca poblana, los sufragios del PSI son mayores que la diferencia que hay entre la cenecista Maritza Marín Marcelo y la panista Rocío Aguilar. La ventaja de la candidata de Puebla Unida es de apenas 27 votos. El PSI obtuvo, en esta demarcación, 803; y Movimiento Ciudadano 2,256. Ambos partidos apoyaron a la panista bajo la fórmula de candidatura común.

Con el 98.8% de las actas computadas, la organización de Carlos Froylán Navarro alcanzó 100 mil 477 votos en la elección de diputados, equivalentes al 5.5 por ciento, y 104 mil 246 sufragios en la elección de presidentes municipales, que representan el 5.6 por ciento de la votación total emitida.

Lo anterior significa que el PSI tendrá derecho a un diputado de representación proporcional y que gobernará seis de 217 municipios de la entidad: Acateno, Felipe Ángeles, Guadalupe Victoria, Palmar de Bravo, San Salvador El Verde y Yehualtepec.

Lo paradójico del caso es que su dirigente, Carlos Froylán Navarro, es un personaje más cercano, al menos en el pasado inmediato, a figuras priístas como Mario Marín o Javier López Zavala que a panistas como Rafael Moreno Valle o Rafael Micalco Méndez, quienes lo conocieron y lo han tratado recién de marzo a la fecha.

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De los candidatos a diputados locales de la coalición morenovallista Puebla Unida, el que más votos obtuvo en estos comicios fue el ex presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Francisco (Franco) Rodríguez Álvarez, quien, según el último corte del PREP, obtuvo 48 mil 729 sufragios en el distrito 13, con cabecera en la capital del estado.

La segunda mejor votación fue la de Omar Pozos, del distrito 5 de Tlatlauquitepec, con 48 mil nueve sufragios.

Los peores candidatos a diputados de la coalición morenovallista fueron Julián Rendón Tapia y la ex contralora Patricia Leal Islas, quienes obtuvieron 24 mil cinco y 28 mil 489 votos en los distritos 16 y 10, ambos con cabecera en el municipio de Puebla.

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Quien no ganó su distrito como candidato de mayoría relativa, pero llegará al Congreso del estado como diputado de representación bajo la figura del gran perdedor, es Martiza Marín Marcelo, la dirigente estatal de la CNC postulada por la coalición 5 de Mayo por la demarcación de Acatlán de Osorio.

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De última hora: Una fuente muy bien informada me asegura que con las actas de cómputo en la mano, casilla por casilla, la coalición Puebla Unida podría recuperar el distrito 16 de Puebla, que en el PREP lo tiene ganado el priísta Víctor Manuel Giorgana Jiménez, de la alianza 5 de Mayo.

Habrá que esperar qué pasa el miércoles en la sesión de cómputo distrital. De confirmarse la especie, el PRI no tendría cuatro sino tres diputados de mayoría relativa. De pena ajena, la verdad.

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El Pacto por México y la imagen de RMVR jugaron en contra del PRI

Divisiones, mala imagen, miedo y traiciones del PRI hundieron a Agüera

Lo que se había pronosticado en algunas encuestas, se cumplió: José Antonio Gali Fayad ganó las elecciones para presidente municipal de Puebla con una ventaja superior a los 10 puntos, y la coalición morenovallista Puebla Unida mantendrá la mayoría parlamentaria en la próxima legislatura local.

Varios son los factores endógenos y exógenos que explican la victoria del candidato de la coalición Puebla Unida a la alcaldía capitalina, José Antonio Gali Fayad, o la derrota del ex rector de la BUAP y abanderado de la alianza 5 de Mayo, Enrique Agüera Ibáñez.

Comencemos por las causas externas:

Un primer factor que jugó en contra del priísta Enrique Agüera y los demás candidatos a presidentes municipales y diputados al Congreso del estado de la alianza 5 de Mayo fue el Pacto por México, que desactivó la operación del gobierno federal a través de sus delegados y las dependencias federales en las catorce entidades donde este domingo hubo elecciones locales.

Después del escándalo en Veracruz, donde el dirigente nacional del PAN denunció y documentó el uso de los programas sociales a favor del PRI, al gobierno federal le amarraron las manos para operar en esa entidad y en el resto del país.

Un segundo componente que pesó a favor de José Antonio Gali y en contra de Enrique Agüera es la percepción que la mayoría de los electores de la entidad tienen del presidente Enrique Peña Nieto y del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas. La imagen del presidente de la República, según diversos estudios demoscópicos, no es tan buena como la del mandatario estatal. A estas alturas de su sexenio, Peña Nieto poco o nada pudo aportarle al PRI y a sus candidatos. En cambio, Moreno Valle sí le abonó a los abanderados de la coalición Puebla Unida, sobre todo a quien fue su secretario de Infraestructura, quien se promovió como el continuador del proyecto morenovallista en la capital del estado.

Ahora, los factores endógenos de mayor importancia:

Mientras Gali Fayad y el gobernador Moreno Valle lograron sumar a la mayoría de los grupos panistas —ya sea dándoles posiciones en la planilla de regidores y síndico de Puebla o candidaturas a presidencias municipales y a diputaciones locales—, en el PRI las divisiones y rupturas fueron una constante. Ni el delegado del CEN, Fernando Moreno Peña, ni el delegado presidente del CDE, Pablo Fernández del Campo, hicieron algo por cicatrizar heridas o evitar que los inconformes se fueran al bloque contrario.

Los principales grupos políticos del PRI simularon apoyar a Enrique Agüera pero sin meterse a fondo en la contienda, quizá porque a ninguno de ellos convenía la victoria del ex rector de la BUAP. Entre los personajes y grupos que, a lo largo de la campaña, se mantuvieron al margen o con una muy prudente distancia del proceso figuran los diputados federales Enrique Doger Guerrero, Javier López Zavala y Jesús Morales Flores, la senadora Blanca Alcalá Ruiz y los ex gobernadores Melquiades Morales Flores y Mario Marín Torres.

Otra causa que explica la debacle priísta radica en la mala imagen del PRI entre los electores de la capital del estado y la zona metropolitana, y la incapacidad de los estrategas del candidato de la coalición 5 de Mayo para evitar que éstos contaminaran su campaña.

Los negativos del PRI y de Enrique Agüera crecieron como consecuencia de la guerra sucia en redes sociales; los de José Antonio Gali también aumentaron, pero no así los del PAN, que incluso disminuyeron.

La buena imagen que tenía Enrique Agüera como rector de la BUAP no se transfirió al PRI ni a la alianza que lo postuló para gobernar el municipio de Puebla.

Los candidatos a regidores que formaron parte de la planilla del ex rector de la BUAP —entre ellos varios juniors, hijos o recomendados de políticos o empresarios como Blanca Alcalá, José Chedraui y Antonio Kuri Alam—no le sumaron votos, ni tampoco los candidatos a diputados locales postulados por los siete distritos con cabecera en el municipio de Puebla.

El marketing fue un último factor que también contribuyó a la derrota del candidato de la alianza 5 de Mayo y a la victoria del abanderado de la coalición morenovallista. Mientras Gali y sus asesores en imagen, al mando de Marcelo García Almaguer, mantuvieron una estrategia uniforme, encaminada a vender al abanderado de Puebla Unida como el continuador de la obra del gobernador Moreno Valle en la capital del estado, los estrategas de Agüera y el PRI dieron tumbos: empezaron con una campaña de resultados, cambiaron el modelo por la Ü, y luego regresaron a la primera.

Su discurso tampoco fue contundente en contra del gobernador Moreno Valle y su contrincante Gali Fayad. El ex rector de la BUAP criticaba sus obras y proyectos, calificándolos de inventos faraónicos o improvisaciones millonarias o inútiles, pero sin atreverse en público a dar el nombre de sus autores o realizadores.

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Si en el municipio de Puebla, compuesto por siete distritos locales, el número de quienes pueden votar el próximo domingo (la lista nominal) asciende a 1 millón 165 mil 554 electores, y tradicionalmente en un proceso intermedio el porcentaje de participación no llega a 45%, entonces la votación total esperada en la capital del estado rondará los 520 mil sufragios.

En las elecciones de hace tres años, en las que se registró un porcentaje de participación del 51.31%, el candidato ganador a la alcaldía capitalina de la coalición Compromiso por Puebla, el panista Eduardo Rivera Pérez, obtuvo 308 mil 697 sufragios, equivalentes al 53.92% de la votación.

Dicha votación difícilmente será igualada en estos comicios locales, pues para que José Antonio Gali Fayad, de la coalición Puebla Unida, o Enrique Agüera Ibáñez, de la alianza 5 de Mayo, pudieran lograrlo, tendrían que llevarse casi el 60% del total de los votos emitidos, lo que implicará una ventaja de casi 20 puntos de uno sobre el otro, algo que parece francamente imposible.

Rivera superó al priísta Mario Montero Serrano, su contrincante de la Alianza Puebla Avanza (conformada por el PRI y el PVEM), por más de 107 mil sufragios, que representaron 18.8 puntos de diferencia.

En las elecciones intermedias de hace seis años, la priísta Blanca Alcalá Ruiz le sacó más de 95 mil votos de ventaja al panista José Antonio Sánchez Díaz de Rivera, es decir una diferencia superior a 21 puntos.

Y en los comicios locales de hace nueve años, el priísta Enrique Doger Guerrero venció a su adversario del PAN, Pablo Rodríguez Regordosa, por poco más de 44 mil sufragios, equivalentes a casi nueve puntos.

¿Cuántos puntos de ventaja obtendrá en este proceso el candidato ganador de la presidencia municipal de Puebla?

Si la diferencia de uno sobre otro fuera de 10 puntos, el ganador aventajaría a su contendiente por más o menos 52 mil votos, calculando que cada punto equivale a 5 mil 200 sufragios.

Si el ganador obtuviera el 50% de la votación total, lo más que podría obtener serían 260 mil votos, es decir, 48 mil menos que los conseguidos hace tres años por el actual alcalde capitalino, quien también llegó al cargo apoyado por una coalición conformada por el PAN, el PRD, el Panal y Convergencia, hoy denominado Movimiento Ciudadano.

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Si en los escasos 12 días que faltan para los comicios locales, el PRI y su candidato a la alcaldía de Puebla, Enrique Agüera Ibáñez, no logran revertir el comportamiento que comienzan a mostrar los indecisos, pueden darse por perdidos en la capital y en algunas cabeceras distritales importantes.

Tal diagnóstico no parte de una apreciación subjetiva sino de un conjunto de encuestas a las que este reportero ha tenido acceso en los últimos días, entre ellas la realizada por el Centro de Estudios Consultivos (CEC), en las que se refleja que el porcentaje de indecisos viene a la baja y que éstos se están inclinando, preferentemente, por el candidato de la coalición Puebla Unida.

En el último tracking efectuado por la encuestadora de Manuel Martínez Benítez se expresa con claridad este comportamiento de los electores poblanos: en la medida que los indecisos dejan de serlo, la intención de voto de José Antonio Gali Fayad aumenta.

Tal fenómeno no sólo es registrado por el CEC sino también por otros despachos que vienen realizando mediciones diarias, ya sea de manera telefónica o en la vía pública, cara a cara. En estos levantamientos, el empate técnico que existía entre Gali y Agüera comienza a dar paso a una ligera ventaja en favor del candidato de la coalición Puebla Unida, conformada por el PAN, el PRD, el Panal y el partido estatal Compromiso por Puebla.

La ventaja de 3 o 4 puntos, que hace un par de semanas reportaban algunas encuestadoras, hoy es de 7, 8, 9 y hasta 10 puntos. Para muestra la encuesta de Mendoza, Blanco y Asociados (Meba), publicada este lunes por El Sol de Puebla, en la cual Gali aparece con una intención de voto 40% y Agüera de 30%.

Dicha diferencia no puede tomarse como definitiva, y menos cuando el porcentaje de indecisos, a 12 días de las elecciones, todavía anda en 19, 25 y hasta 30 puntos.

De ahí mi comentario inicial en el sentido de que el PRI podría morder el polvo el domingo 7 de julio si en los escasos días que restan de la campaña no revierte la tendencia que han comenzado a mostrar los electores, que están decidiendo hasta el final del proceso por cuál candidato o coalición votar.

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No son pocos los municipios cabeceras de distrito donde el PRI está en riesgo de perder las elecciones, no tanto por las cualidades y atributos de sus adversarios del PAN u otros partidos, sino por las fracturas derivadas de sus procesos internos.

Un caso representativo es Xicotepec de Juárez, donde los grupos priístas se dividieron por la imposición de Esteban Fosado Fuentes como candidato a la alcaldía y de Carlos Barragán Amador como candidato a diputado local.

Como consecuencia, algunos priístas inconformes se han convertido en los principales críticos y detractores de los candidatos de la alianza 5 de Mayo, sacándoles sus trapitos al sol.

Una de las más recientes víctimas de estas traiciones fue Anel Castañeda Vargas, esposa del candidato de la alianza PRI-PVEM a la presidencia municipal de Xicotepec, quien —según una denuncia firmada por el secretario general del ayuntamiento, Arturo Sergio Castellanos Escartín— falsificó comprobantes de ingreso y de nómina de la administración municipal para poder obtener una visa que le permitiera viajar a los Estados Unidos.

La denuncia está dirigida a la agente del Ministerio Público de Xicotepec de Juárez, María Luisa Castelán Monroy, y en ella el secretario general del ayuntamiento solicita el ejercicio de la acción penal en contra de la esposa del hoy candidato priísta a la alcaldía, Esteban Fosado, y de quienes le hubieran prestado su colaboración en la falsificación de los documentos que entregó a la Embajada de Estados Unidos en México.

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Damián Hernández Méndez sí pidió licencia para separarse por dos semanas de la Dirección de Atención y Gestión Universitaria de la BUAP, mas no para irse a un curso a España sino para sumarse a la campaña del candidato de la alianza 5 de Mayo a la alcaldía de Puebla, Enrique Agüera Ibáñez.

La licencia de Damián Hernández es por 15 días, por lo que regresará a la máxima casa de estudios de la entidad el lunes 8 de julio, al día siguiente de la jornada electoral.

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¿De qué hablarían esta mañana vía telefónica el secretario General de Gobierno, Luis Maldonado Venegas, y el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, César Camacho Quiroz? ¿Acaso de algún tema vinculado con el proceso electoral en marcha? ¿O de los mismos asuntos que la semana pasada le plantearon en Casa Aguayo el delegado del CEN, Fernando Moreno Peña, y el delegado presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Pablo Fernández del Campo Espinosa?

Son preguntas, que conste.

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Un delegado del gobierno federal que ya está en la mira de los panistas poblanos es Juan Manuel Vega Rayet, de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

Al ex presidente del Comité Directivo Estatal del PRI y ex delegado de la Secretaría de Organización del CEN del PRI en la pasada campaña presidencial, se le están documentado algunas acciones de supuesta parcialidad partidista en el ejercicio de sus funciones.

De acuerdo con versiones preliminares, el actual delegado de la Sedesol estaría valiéndose de algunas visitas de inspección y supervisión a instancias infantiles, que supone pertenecen a simpatizantes del PAN, con el fin de que éstas sean sancionadas y dejen de recibir los recursos de las becas que la dependencia entrega a madres trabajadoras que requieren de una guardería para el cuidado de sus menores hijos.

Cada beca de la Sedesol para estancias infantiles equivale a 850 pesos mensuales.

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Otro personaje del gobierno del estado que esta semana se integró al equipo de campaña de José Antonio Gali Fayad es Carlos Blanco, quien fungía como coordinador de giras del gobernador Rafael Moreno Valle.

Carlos Blanco se encargará ahora de la coordinación y logística de las giras del candidato a la alcaldía capitalina por la coalición morenovallista Puebla Unida, integrada por el PAN, PRD, Panal y el partido estatal Compromiso por Puebla.

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El alcalde de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, se anotó este día un buen punto en su carrera política al lograr unir y coordinar las acciones y agendas de las tres principales asociaciones de presidentes municipales del país, en un acto celebrado en León, Guanajuato, que contó con la presencia del presidente de la República, Enrique Peña Nieto.

Durante su intervención, ya como presidente en funciones de la Conferencia Nacional de Municipios de México (Conamm) —que agrupa los munícipes priístas afiliados a la Fenann, a los del PRD aglutinados en torno a la Aalmac, y a los del PAN integrados en la Anac—, Rivera Pérez se pronunció por mayores recursos a los municipios vía el Ramo 28 y porque éstos también tengan una participación de los impuestos a la gasolina y de los excedentes petroleros.

“Sí queremos más recursos, y no para asesores o elevar los salarios de los funcionarios. Queremos más recursos para agua, drenaje, pavimentación y seguridad, bajo una estricta transparencia y rendición de cuentas”, enfatizó el munícipe poblano al plantear al presidente de la República que las dependencias y entidades del gobierno federal no estén exentas del pago del impuesto predial. “Así como nos piden pagar nuestros impuestos, pedimos que otros también nos lo paguen”, concluyó.

Al evento acudió el ex presidente de México y ex gobernador de Guanajuato, Vicente Fox Quesada.

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Una forma poca ortodoxa pero eficaz que el principal elector de la coalición Puebla Unida está aplicando para evitar pleitos o malos entendidos entre los candidatos electos y los presidentes municipales salientes es la siguiente:

Se les cita en Casa Puebla, tanto al candidato y a su equipo, como al presidente municipal saliente que generalmente es del mismo partido de aquel.

Cuando entran al salón ya están presentes sus dirigentes partidistas y el anfitrión, quien sin muchos rodeos entra al tema y les pide que trabajen en equipo y se dejen de grillas.

Dirigiéndose al presidente saliente le dice: quiero que apoyes a nuestro candidato, y a éste —a su vez— le plantea: para que el presidente esté tranquilo y tenga garantías de que no lo vas a perjudicar con su cuenta pública le vas a dar la Secretaría General y la Contraloría.

Una vez que termina de hablar les pregunta: ¿Algún problema? Y después de un incómodo silencio, retoma la palabra, les da las gracias y los despide.

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Este jueves se efectuará la asamblea del Sindicato Único de Empleados  y Trabajadores del Honorable Ayuntamiento de Puebla, Instituciones Paramunicipales y Organismos Públicos Descentralizados “Lic. Benito Juárez García”, en la que su eterno secretario general Israel Pacheco Velázquez se reelegirá por enésima ocasión, solo que ahora no será por un trienio, sino por un periodo de cuatro años ocho meses que es lo que durará la gestión del próximo presidente municipal de Puebla.

Otra novedad es que a diferencia de anteriores procesos, los trabajadores sindicalizados del ayuntamiento no votarán a mano alzada, aclamando a su Gordillo poblano, sino que ahora lo harán de manera individual, mediante voto directo y secreto para estar a tono con las nuevas reformas a la Ley Federal del Trabajo.

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El candidato a la alcaldía capitalina de la alianza Puebla Unida, José Antonio Gali Fayad, encabezó la noches del martes una primera reunión con su equipo de campaña, a la que asistieron los miembros de su planilla de regidores y algunos de los que serán sus operadores en diferentes áreas.

Gali asistió acompañado de su esposa e hijos, y en la reunión su coordinador general de campaña, Fernando Manzanilla Prieto, se mostró optimista, pues aseguró que conocen muy bien a su adversario —Enrique Agüera Ibáñez— así como a sus principales estrategas. Sin embargo, afirmó que el triunfo de la coalición dependerá de la cohesión que logren mantener durante el proceso sus dirigentes y candidatos.

Otros que también hablaron en esa junta fueron Juan Carlos Mondragón Quintana, Gerardo Maldonado Balvanera, Miguel Ángel de la Rosa Esparza y Guillermo Aréchiga Santamaría.

Ahí trascendió que el panista Juan Carlos Espina von Roehrich será el encargado de coordinar el trabajo de los candidatos a regidores de la planilla de Gali Fayad.

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Tómelo con reserva, pero el candidato del Partido del Trabajo a la presidencia municipal de San Pedro Cholula podría ser el ex priísta Eduardo Papaqui Téllez, presidente de la Coalición de Organizaciones de Cholula, A.C, quien por cierto anda muy activo con algunos párrocos de la zona para que lo promuevan entre sus feligreses.

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Ley 4 (de Las 48 Leyes del Poder de Robert Greene)

DIGA SIEMPRE MENOS DE LO NECESARIO

“Cuando intente impresionar a la gente con palabras, tenga en cuenta que cuanto más diga tanto más vulnerable será y tanto menor control de la situación tendrá. Incluso cuando lo que diga sea sólo una banalidad, parecerá una idea original si la plantea en forma vaga, abierta y enigmática. Las personas poderosas impresionan e intimidan por su parquedad. Cuanto más hable, mayor será el riesgo de decir alguna tontería”.

Si bien el fenómeno de los políticos chapulines no es privativo de Puebla sino un mal presente en todas los partidos y entidades del país, el hecho de que este martes hayan pedido licencia 18 de los 41 diputados del Congreso del estado para buscar una presidencia municipal o una regiduría en los comicios de julio próximo, pone de manifiesto varias cuestiones.

La primera —y más importante a mi parecer— es la pobreza de clase política poblana, cuyos integrantes no alcanzan a cubrir todos los puestos de elección popular entre un proceso y otro, por lo que incumplen de manera recurrente con la obligación de concluir el cargo para el cual fueron electos.

Un segundo punto es la incapacidad de los partidos políticos para generar y formar nuevos cuadros que cubran las necesidades de cada periodo o gestión de gobierno así como las candidaturas que cada proceso electoral demanda.

El conformismo y estupidez que mostramos los ciudadanos con los partidos políticos que, a pesar de presentarnos siempre las mismas caras y los mismos candidatos, terminamos dándoles el voto en lugar de castigarlos eligiendo otras opciones.

Esta tercera cuestión es la más preocupante, pues a diferencia de las iniciativas ciudadanas que se han promovido en otros estados para frenar la proliferación de políticos chapulines, en Puebla tal parece que esta nociva práctica es incluso aceptada por la mayoría o al menos por un buen sector de los votantes.

De otra manera no se entiende cómo, para esta elección, el 43.9% de los diputados locales deja su curul en el Congreso del estado sin que nadie levante la voz y sin que ningún partido político ofrezca al menos una disculpa a los ciudadanos.

Tampoco se entiende cómo políticos que no hace mucho militaban en un partido y después se cambiaron a otro y a otro más, hoy nuevamente piden licencia para contender por una alcaldía o regiduría, como sucede con el diputado federal Julio Lorenzini Rangel, que será candidato a la presidencia municipal de San Pedro Cholula, o los diputados locales Héctor Eduardo Alonso Granados y Jesús Ricardo Morales Manzo, que serán nominados como candidatos a regidores del municipio de Puebla.

La LVIII Legislatura local es un claro ejemplo del poco respeto que tienen los diputados y los partidos políticos por los ciudadanos que los eligieron en julio de 2010.

A finales de marzo del año pasado, casi un tercio de sus legisladores solicitó licencia para participar como candidatos a diputados federales y senadores. De los doce diputados chapulines que se registraron, cinco ya no regresaron, pues brincaron al Congreso de la Unión: el panista Julio Lorenzini Rangel, que antes fue militante del PRI y el Panal, y los priístas José Luis Márquez Martínez, Enrique Doger Guerrero, Jesús Morales Flores y Filiberto Guevara González.

Los siete restantes regresaron muy quitados de la pena a su curul, entre ellos los panistas Edgar Antonio Vázquez e Inés Saturnino López, el aliancista Hugo Alejo Domínguez y el ex convergente José Juan Espinosa Torres, que ahora volvieron a pedir licencia para participar en los comicios locales de julio de este año.

Otros diputados de esta LVIII Legislatura que también obtuvieron su licencia para contender por una alcaldía —o una regiduría de cuatro años ocho meses—son los panistas Jesús Salvador Zaldívar Benavides, Lucio Rangel Mendoza, Juan Carlos Espina von Roehrich y José Ángel Pedro Guerrero Herrera; los priístas Edgar Jesús Salomón Escorza, Felipe David Espinoza Rodríguez, Eleofermes Palacios Reyes, David Edgardo Huerta Ruiz, Jorge Luis Coriche Avilés, Zenorina González Ortega e Iván Conrado Camacho Moreno; el aliancista Héctor Alonso Granados, el verde ecologista Jesús Ricardo Morales Manzo; y el petista Zeferino Martínez Rodríguez.

Cómo acabar con los políticos chapulines

Los intentos por frenar esta dañina práctica de la clase política de brincar de un cargo de representación popular a otro, sin concluir el periodo del primero, han sido pocos y más bien aislados.

En mayo de 2012 el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación desechó un juicio promovido en contra de Josefina Vázquez Mota por haberse registrado como candidata del PAN a la presidencia de la República sin haber terminado su gestión como diputada federal. El juicio 610/2012 fue desechado por los magistrados, no sin que dos de estos expresaran su preocupación por el tema y por los derechos políticos de los electores que quedan indefensos ante aquellos políticos que renuncian a un cargo para buscar otro.

A comienzos de ese año, en Nuevo León, un grupo de abogados metió en aprietos a la alcaldesa del municipio de Guadalupe, Ivonne Álvarez García, quien pidió licencia el 20 de enero para atender la invitación del PRI de postularla como candidata al Senado.

En esa controversia, la abogada Dinorah Cantú Pedraza interpuso un amparo en contra de la decisión de Ivonne Álvarez de dejar la alcaldía, por considerar que estaba obligada a concluir su periodo de tres años, ya que la ley no prevé el otorgamiento de licencias para buscar otro puesto de elección popular.

“No se trata de quitarle su derecho a aspirar a otro cargo público, pero primero que cumplan con su promesa, y una es el tiempo que está obligada por la ley”.

En una primera instancia, a la alcaldesa se le ordenó regresar a su puesto, pero al final una juez de distrito en materia administrativa resolvió que sí podía participar como candidata al Senado, lo que finalmente sucedió.

En Puebla, este tipo de juicios no se han intentado, pero creo que valdría hacerlo por una cuestión de asepsia política y respeto a los electores. Dejar las cosas así sólo abonaría a la multiplicación de los políticos chapulines y la promiscuidad ideológica de nuestra clase gobernante que, sin ningún rubor, pasa de un partido a otro entre proceso y proceso.

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Para que los diputados chapulines que dejan el Congreso del estado y los propietarios que se quedan a concluir la LVIII Legislatura no crean que el gobernador Rafael Moreno Valle es desagradecido, este lunes y martes se liberó la segunda parte del primero de tres bonos que recibirán durante el año por un total de un millón de pesos.

En total cada uno de los 41 diputados de la LVIII Legislatura se embolsó 150 mil pesos por concepto de Apoyo de Gestión.

El segundo bono se entregará después de las elecciones del primer domingo de julio, o antes si se portan bien.

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Simón dice:

“La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir.”

Jacques BenigneBossuet (1627-1704) Clérigo católico francés y escritor.

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En el municipio de Puebla el PAN aventaja al PRI

José Chedraui se fue de vacaciones con su familia

Varias son las razones por cuales al final el Comité  Ejecutivo Nacional del PRI se inclinó a favor del ex rector de la BUAP, Enrique Agüera Ibáñez, y no por el empresario José Chedraui Budib, como su candidato a la presidencia municipal de Puebla.

La primera y más importante es que Agüera es hoy por hoy el contendiente a la alcaldía poblana más competitivo, incluso por encima de José Antonio Gali Fayad, el inminente candidato de la coalición Puebla Unida conformada por el PAN, el PRD, el Panal y el partido estatal Compromiso por Puebla.

El PRI se decidió, pues, por el aspirante de mayor rentabilidad electoral, según diversas encuestas.

Uno de los factores que el CEN del PRI más ponderó en su análisis fueron los llamados votos negativos de sus precandidatos. Y este punto fue determinante para dejar fuera de la puja final al diputado federal Enrique Doger Guerrero, quien a pesar de ser el más conocido de los priístas, era el que concentraba el grueso de los votos de rechazo o de castigo.

Este componente, en cambio, era una de las mayores fortalezas del empresario José Chedraui. Sus negativos eran relativamente muy bajos como consecuencia de su corta trayectoria política y no haber ocupado cargos de elección popular o de representación pública a sus 44 años de edad.

Agüera Ibáñez sí tiene votos negativos, pero no tantos como Enrique Doger, debido a que sus operadores y estrategas de medios y marketing han sabido asociar su imagen personal con la de la máxima casa de estudios de la entidad, sacándole el mayor provecho posible y amortiguando el impacto negativo de algunas campañas negras lanzadas en su contra en las redes sociales.

Si las gestiones de control de daños emprendidas por Agüera y sus operadores para contener la guerra sucia hubieran fracasado, sus negativos hoy seguramente estarían al alza, y otro sería el candidato de la coalición Mover a Puebla —formada por el PRI y el PVEM— a la alcaldía capitalina.

Otra razón acerca del por qué Agüera y no Chedraui fue el elegido para encabezar la planilla de regidores y síndico del municipio de Puebla fue la conformación de la alianza opositora Puebla Unida.

Frente a este bloque integrado por el PAN, el PRD, el Panal y Compromiso por Puebla, el PRI necesitaba no sólo un candidato altamente competitivo, sino que además pudiera influir en otros partidos para neutralizar a sus dirigentes y candidatos, o para convertirlos de facto en aliados suyos aunque no vayan en coalición.

Como rector de la BUAP Agüera construyó alianzas con diferentes partidos y en no pocos casos hasta ayudó a ciertos dirigentes y candidatos que hoy están sumados a la coalición Puebla Unida, o que en este proceso electoral van solos, como el PT y Movimiento Ciudadano.

Esta situación podría contribuir a que las críticas de los candidatos y dirigentes de la coalición Puebla Unida hacia su persona y trayectoria se matizaran o que el discurso y las propuestas de los candidatos del PT y Movimiento Ciudadano se enfocaran a debilitar a su contrincante José Antonio Gali y no a él.

Un elemento adicional que explica la nominación de Agüera es que el empresario amigo del presidente Enrique Peña Nieto no creció lo suficiente. Si bien José Chedraui logró ser conocido por casi el 30% de los electores del municipio de Puebla, lo cierto es que su posicionamiento y potencial de voto siempre estuvieron por debajo del secretario de Infraestructura del estado, José Antonio Gali.

En los ejercicios demoscópicos que se hicieron entre los electores de la capital preguntando por quién votaría para la presidencia municipal de Puebla si los candidatos fueran José Chedraui y José Antonio Gali, el ex coordinador estatal del comité de financiamiento de la campaña de Enrique Peña Nieto nunca superó a su eventual contrincante del PAN.

El único priísta que en estas encuestas le ganaba a José Antonio Gali era el rector de la BUAP.

Sin embargo, en la intención de voto por partido, el PAN va a la cabeza en las preferencias electorales, y en alianza con el PRD, el Panal y Compromiso por Puebla su ventaja se amplía a casi 10 puntos, aun siendo Enrique Agüera el candidato del PRI a la presidencia municipal de Puebla.

EN CORTO

Después de enterarse de que no sería el elegido del PRI a la presidencia municipal de Puebla y felicitar en Twitter a Enrique Agüera por su próxima nominación, el empresario José Chedraui Budib se fue de vacaciones.

Los enterados aseguran que este domingo tomó un avión para alcanzar a su familia en una paradisiaca playa para relajarse y aprovechar las vacaciones de Semana Santa.

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Simón dice:

“Es imposible ganar sin que otro pierda.”

Publio Siro (Siglo I AC-?) Poeta dramático romano.

Uno podría ir a la alcaldía y el otro al Congreso del estado

Definirá Consejo Nacional perredista alianza con el PAN

Ahora que el PAN ya definió de manera interna que José Antonio Gali Fayad sea su candidato a la presidencia municipal de Puebla —lo que se hará oficial en los próximos días—, la pregunta más recurrente en los corrillos políticos de la capital del estado es quién será el abanderado del PRI.

Como aquí lo he señalado, en la puja final por la nominación del candidato del partido tricolor a la alcaldía poblana ya sólo quedan dos aspirantes: el rector de la BUAP, Enrique Agüera Ibáñez, y el empresario José Chedraui Budib. Los restantes cuatro sólo son una cortina de humo.

A la pregunta: ¿quién de los dos será el designado?, debo responder con toda claridad que no tengo ninguna certeza, aunque sí la impresión de que ambos serán candidatos: uno a la presidencia municipal y otro a diputado local con el compromiso de la presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, siempre que el PRI gane la mayoría parlamentaria.

¿Quién será qué?

Tampoco lo sé, aunque tengo mis fundadas sospechas de que la decisión de la dirigencia nacional priísta de atrasar la nominación de su abanderado obedece a dos circunstancias. Una es dar oportunidad a que el empresario que coordinó en Puebla el comité de financiamiento de Enrique Peña Nieto siga creciendo en conocimiento e intención de voto, para acortar la ventaja que le saca el rector de la BUAP en las encuestas.

La segunda hipótesis es que la supuesta indecisión del PRI en realidad tiene que ver con una labor de persuasión hacia Enrique Agüera Ibáñez para que acepte ir como candidato a diputado, garantizándole incluso la primera posición en la lista de plurinominales así como la coordinación del grupo parlamentario o la presidencia del órgano de gobierno de la próxima legislatura.

Creo, con base en información de primera mano, que todavía se está en proceso de convencer a Enrique Agüera de renunciar a la BUAP para ser registrado como candidato al Congreso del estado y que esta situación, y no otra, es la verdadera causa de la dilación priísta.

Debo aclarar que lo anterior no significa que José Chedraui será el elegido. No. Lo que digo es que el empresario es el favorito de Los Pinos y de algunos actores del grupo gobernante.

Desde mi perspectiva, el segundo escenario también podría darse, pero a la inversa. Es decir, que Enrique Agüera presidiera la planilla de regidores y síndico de la coalición PRI-PVEM y José Chedraui fuera nominado a una diputación con la promesa de coordinar la bancada priísta en la LIX Legislatura del Congreso local.

De lo que sí estoy seguro es que el PRI no desaprovechará el trabajo de posicionamiento de ambos actores, dado el interés mostrado por recuperar el gobierno de la capital y la reñida competencia que se vislumbra con el PAN morenovallista y su candidato a la alcaldía, José Antonio Gali.

Entre los elementos que me llevan a plantear las circunstancias arriba planteadas destacan las siguientes:

Las recurrentes declaraciones tanto del delegado del CEN del PRI, Fernando Moreno Peña, como de la secretaria general Ivonne Ortega Pacheco, en el sentido de que el candidato de su partido no lo definirán las encuestas, pues no siempre los punteros en estos estudios demoscópicos son los que ganan las elecciones.

El insistente argumento de que el PRI no necesariamente se inclinará por el aspirante más conocido o más posicionado, sino por el que reúna el mejor perfil y garantice la mayor rentabilidad electoral.

La pertinaz tesis de que al PRI no le corre ninguna prisa, pues tiene hasta abril para registrar a su abanderado, amén de que hacerlo ahora anularía los efectos y consecuencias electorales del Elbazo en Puebla.

La confidencia del delegado del CEN, Fernando Moreno Peña, de que al candidato a la alcaldía no lo definirán los grupos locales, sino el presidente de la República y sus operadores políticos y electorales.

Y el hecho de que el empresario José Chedraui, lejos de ser reconvenido para que cese en su actividad proselitista, ha sido convocado, junto con el rector Enrique Agüera, a reunirse en privado lo mismo con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que con el presidente y la secretaria general del CEN del PRI, César Camacho Quiroz e Ivonne Ortega, respectivamente, para pedirles mantengan la unidad y eviten golpes bajos entre sí.

EN CORTO

Será en la sesión de Consejo Nacional del PRD, prevista para el próximo sábado 16 de los corrientes, cuando se defina finalmente si este partido hará o no alianza en Puebla con el PAN.

En principio existe un acuerdo entre el gobernador Rafael Moreno Valle y su candidato a la alcaldía poblana, José Antonio Gali, para que los perredistas de Nueva Izquierda se sumen a una coalición con el PAN.

Sin embargo, tal acuerdo se ha complicado por la negativa de dos corrientes que, aunque minoritarias, pueden igualar los votos de Los Chuchos: Izquierda Democrática Nacional (IDN), encabezada por René Bejarano Martínez y Alternativa Democrática Nacional (ADN) comandada por el senador Luis Sánchez Jiménez.

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Simón dice:

“Que siempre por señales o razones se suelen descubrir las intenciones.”

Alonso de Ercilla y Zúñiga (1533-1594) Escritor español.