LA CORTE DE LOS MILAGROS

¿Por qué ganó José Antonio Gali o perdió Enrique Agüera los comicios?

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El Pacto por México y la imagen de RMVR jugaron en contra del PRI

Divisiones, mala imagen, miedo y traiciones del PRI hundieron a Agüera

 

 

Lo que se había pronosticado en algunas encuestas, se cumplió: José Antonio Gali Fayad ganó las elecciones para presidente municipal de Puebla con una ventaja superior a los 10 puntos, y la coalición morenovallista Puebla Unida mantendrá la mayoría parlamentaria en la próxima legislatura local.

Varios son los factores endógenos y exógenos que explican la victoria del candidato de la coalición Puebla Unida a la alcaldía capitalina, José Antonio Gali Fayad, o la derrota del ex rector de la BUAP y abanderado de la alianza 5 de Mayo, Enrique Agüera Ibáñez.

Comencemos por las causas externas:

Un primer factor que jugó en contra del priísta Enrique Agüera y los demás candidatos a presidentes municipales y diputados al Congreso del estado de la alianza 5 de Mayo fue el Pacto por México, que desactivó la operación del gobierno federal a través de sus delegados y las dependencias federales en las catorce entidades donde este domingo hubo elecciones locales.

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Después del escándalo en Veracruz, donde el dirigente nacional del PAN denunció y documentó el uso de los programas sociales a favor del PRI, al gobierno federal le amarraron las manos para operar en esa entidad y en el resto del país.

Un segundo componente que pesó a favor de José Antonio Gali y en contra de Enrique Agüera es la percepción que la mayoría de los electores de la entidad tienen del presidente Enrique Peña Nieto y del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas. La imagen del presidente de la República, según diversos estudios demoscópicos, no es tan buena como la del mandatario estatal. A estas alturas de su sexenio, Peña Nieto poco o nada pudo aportarle al PRI y a sus candidatos. En cambio, Moreno Valle sí le abonó a los abanderados de la coalición Puebla Unida, sobre todo a quien fue su secretario de Infraestructura, quien se promovió como el continuador del proyecto morenovallista en la capital del estado.

Ahora, los factores endógenos de mayor importancia:

Mientras Gali Fayad y el gobernador Moreno Valle lograron sumar a la mayoría de los grupos panistas —ya sea dándoles posiciones en la planilla de regidores y síndico de Puebla o candidaturas a presidencias municipales y a diputaciones locales—, en el PRI las divisiones y rupturas fueron una constante. Ni el delegado del CEN, Fernando Moreno Peña, ni el delegado presidente del CDE, Pablo Fernández del Campo, hicieron algo por cicatrizar heridas o evitar que los inconformes se fueran al bloque contrario.

Los principales grupos políticos del PRI simularon apoyar a Enrique Agüera pero sin meterse a fondo en la contienda, quizá porque a ninguno de ellos convenía la victoria del ex rector de la BUAP. Entre los personajes y grupos que, a lo largo de la campaña, se mantuvieron al margen o con una muy prudente distancia del proceso figuran los diputados federales Enrique Doger Guerrero, Javier López Zavala y Jesús Morales Flores, la senadora Blanca Alcalá Ruiz y los ex gobernadores Melquiades Morales Flores y Mario Marín Torres.

Otra causa que explica la debacle priísta radica en la mala imagen del PRI entre los electores de la capital del estado y la zona metropolitana, y la incapacidad de los estrategas del candidato de la coalición 5 de Mayo para evitar que éstos contaminaran su campaña.

Los negativos del PRI y de Enrique Agüera crecieron como consecuencia de la guerra sucia en redes sociales; los de José Antonio Gali también aumentaron, pero no así los del PAN, que incluso disminuyeron.

La buena imagen que tenía Enrique Agüera como rector de la BUAP no se transfirió al PRI ni a la alianza que lo postuló para gobernar el municipio de Puebla.

Los candidatos a regidores que formaron parte de la planilla del ex rector de la BUAP —entre ellos varios juniors, hijos o recomendados de políticos o empresarios como Blanca Alcalá, José Chedraui y Antonio Kuri Alam—no le sumaron votos, ni tampoco los candidatos a diputados locales postulados por los siete distritos con cabecera en el municipio de Puebla.

El marketing fue un último factor que también contribuyó a la derrota del candidato de la alianza 5 de Mayo y a la victoria del abanderado de la coalición morenovallista. Mientras Gali y sus asesores en imagen, al mando de Marcelo García Almaguer, mantuvieron una estrategia uniforme, encaminada a vender al abanderado de Puebla Unida como el continuador de la obra del gobernador Moreno Valle en la capital del estado, los estrategas de Agüera y el PRI dieron tumbos: empezaron con una campaña de resultados, cambiaron el modelo por la Ü, y luego regresaron a la primera.

Su discurso tampoco fue contundente en contra del gobernador Moreno Valle y su contrincante Gali Fayad. El ex rector de la BUAP criticaba sus obras y proyectos, calificándolos de inventos faraónicos o improvisaciones millonarias o inútiles, pero sin atreverse en público a dar el nombre de sus autores o realizadores.

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