¿Qué personajes políticos negociaron en 2013 que Israel Pacheco Velázquez, entonces secretario general del Sindicato de Trabajadores del Ayuntamiento de Puebla, se deslindara de la campaña de Enrique Agüera Ibáñez a la alcaldía capitalina para sumarse a la del candidato de la coalición Puebla Unidad, ?

¿Quién es el personaje que le dijo al entonces gobernador Rafael Moreno Valle que Israel Pacheco sí apoyaría la campaña de Gali Fayad pero a cambio de una suma de 8 millones de pesos?

¿Quién le llevó a este mediador, de origen priísta, la suma convenida para que a su vez la entregara a Israel Pacheco?

¿Por qué el secretario general del Sindicato de Trabajadores del Ayuntamiento no cumplió su compromiso de movilizar a sus afiliados a favor de Gali Fayad en los comicios locales de julio de 2013?

¿Sería porque traicionó al gobernador Rafael Moreno Valle, como se ha dicho o creído, o porque en realidad jamás recibió el dinero que solicitó a través de ese intermediario y que luego lo abandonó a su suerte?

¿Quién se quedó con la grabación que el entonces delegado del CEN del PRI, Fernando Moreno Peña, obtuvo de Israel Pacheco confesando cómo un distinguido priísta lo instigó a traicionar a Enrique Agüera, no obstante que éste le había asignado dos posiciones en su planilla y la sindicatura?

¿Acaso Pablo Fernández del Campo quien fungía como presidente del Comité Directivo Estatal del PRI; Enrique Agüera, quien llevó a Israel Pacheco con el delegado del CEN, o el mismo Fernando Moreno Peña? ¿Quién?

¿Por qué antes de su detención en Coatzacoalcos, Veracruz, el 12 de abril de 2014, Israel Pacheco fue objeto de un severo espionaje con personal y equipo sofisticado como el Smith Myers 7816 a cargo del extinto Joaquín Arenal Romero?

¿Quién se quedó con esas ilegales escuchas que se hicieron a los teléfonos fijos y celulares de Israel Pacheco en sus oficinas sindicales de la 24 Sur? ¿El espía Roberto Rodríguez Acosta o su colega y subordinado Gilberto Sebastián Bravo Romano, quien conducía la camioneta Urvan Nissan de color blanco que transportaba el equipo de intervención de comunicaciones privadas?

¿Por qué Israel Pacheco jura y perjura que él nunca recibió el dinero que supuestamente le envió Moreno Valle a través de uno de sus operadores políticos?

¿Si ese dinero no llegó al destinatario quién se lo quedó? ¿Acaso el intermediario? ¿Cuál: el que lo llevó o el que supuestamente lo entregaría al líder sindical de los trabajadores del ayuntamiento?

¿Por qué Rafael Moreno Valle montó el cólera cuando se enteró que Israel Pacheco confesaba, ya preso en San Pedro Cholula, que él jamás recibió 8 millones de pesos?

¿Por qué después de eso el puente de esa fallida negociación fue sometido a todo tipo de intervenciones, que incluyeron sus números celulares, los de sus parejas y hasta los de sus hijas?

¿Por qué hasta sus oficinas de la colonia Chula Vista fueron allanadas la madrugada del último sábado de agosto de 2014?

¿A quién se le encargó contactar al iracundo priísta que la mañana del 1 de septiembre de 2014 salió en conferencia de prensa a denunciar una campaña de persecución y espionaje en contra suya?

¿Acaso este nuevo mediador es también el propietario de la casa de La Vista donde se llevó el encuentro entre los personajes originales que pactaron la fallida traición de Israel Pacheco?

¿A quién se le asignó la tarea de esterilizar la residencia sede de esa reunión efectuada la tarde del 13 de septiembre de 2014, para garantizar que no hubiera micrófonos o cámaras ocultas?

¿Qué convinieron los reunidos, después de que mutuamente se recriminaron el incumplimiento de la negociación de Israel Pacheco, el espionaje y el robo a las oficinas del segundo?

¿Quién se pasó de listo y en lugar de esterilizar la casa colocó micrófonos ocultos que grabaron ese encuentro? ¿Quién se quedó con los audios? ¿Quién puede garantizar que éstos no saldrán a la luz en plena contienda por la gubernatura de Puebla? ¿Quiénes serían los más afectados con este potencial escándalo? ¿Qué partido y qué candidato a Casa Puebla se beneficiarían de esta oscura componenda por la que hoy sigue preso Israel Pacheco?

Conste que son preguntas. Sólo preguntas de un día que no es 28 de diciembre, fecha de los Santos Inocentes.

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Rodolfo Ruiz

A cuatro días de que venza el plazo fijado por el Código electoral para que los magistrados del Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP), desahoguen las 12 impugnaciones pendientes sobre las elecciones para gobernador del estado, es la hora que no existe un proyecto de resolución, ni fecha para que éste se discuta en el pleno.

Eso significa que el proyecto, a cargo del magistrado presidente Ricardo Adrián Rodríguez Perdomo, se circulará a los otros dos magistrados —Fernando Chevalier Ruanova y Jorge Sánchez Morales— 24 horas antes de la sesión pública y que ésta posiblemente se realice el domingo 9 o el lunes 10 de octubre, es decir a unas cuantas horas de la fecha límite establecida por Código de Instituciones y Procesos Electorales del Estado de Puebla.

Artículo 373.- Los recursos deberán ser resueltos dentro de los plazos siguientes:

III. El recurso jurisdiccional de inconformidad, en su totalidad:

1. a) En contra de la elección de Gobernador, a más tardar el diez de octubre del año de la elección

¿Por qué dejar hasta el final una resolución tan importante de las elecciones para gobernador del estado?

¿Por qué si hoy nadie pone en duda la victoria de José Antonio Gali Fayad en los comicios del 5 de junio, alguien decide ensuciar esta parte del proceso, manejando con total opacidad el proyecto de resolución de las 12 impugnaciones pendientes —11 apelaciones y un asunto general— sobre los cómputos distritales y final de la elección de gobernador?

Ahora sí que como diría el gran Juan Gabriel. Pero qué necesidad/ Para qué tanto problema/ No hay como la libertad de ser, de estar, de ir/ De amar, de hacer, de hablar/ De andar así sin penas.

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Donde la opacidad tampoco canta mal las rancheras es en el Instituto Electoral del Estado (IEE), cuyo Consejo General fue citado para sesionar este viernes a las 20 horas para nombrar al interventor que se hará cargo de la liquidación del partido estatal Compromiso por Puebla.

Sin embargo, la mayoría de los consejeros y representantes de los partidos políticos desconocían esta noche quiénes integran la terna. Sólo sabían que esta se compone por empleados del propio Instituto adscritos a la Contraloría Interna, la Dirección Administrativa y la Unidad Técnica de Fiscalización.

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Odiosas comparaciones

El recién inaugurado Teleférico del Estado de México, llamado Mexicable, tuvo un costo de 1 mil 702 millones de pesos. Se construyó en poco menos de 28 meses. Consta de 185 cabinas con capacidad para 10 personas. Y tiene una longitud de 5 kilómetros, en los que existen cinco estaciones y dos terminales. Su costo por persona es de 6 pesos.

En cambio, el Teleférico turístico de Puebla requirió una inversión de 359 millones de pesos, para un recorrido de 688 metros lineales. Su construcción se inició el 9 de septiembre de 2014 y se concluyó en enero de 2016, es decir durante 16 meses. Sólo consta de dos terminales y de dos cabinas, cada una con capacidad para 35 personas. Tiene un costo por persona de 30 pesos.

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Rodolfo Ruiz

¿Quién nombrará al futuro presidente del Comité Directivo Municipal (CDM) del Partido Acción Nacional (PAN) en la capital del estado?

¿Su actual presidente, Pablo Rodríguez Regordosa, buscará reelegirse para un segundo periodo de tres años?

¿Considerando que la gestión del presidente en funciones del CDM del PAN concluye en enero 2017, quién definirá al sucesor de éste: el gobernador saliente Rafael Moreno Valle o el gobernador entrante José Antonio Gali Fayad?

¿Si Rodríguez Regordosa opta por reelegirse con quién negociará su continuidad: con el gobernador que lo puso, con la esposa de éste —Martha Erika Alonso Hidalgo— convertida en la mandamás del PAN en el estado, o con el gobernador electo?

¿Con los tres, con los dos gobernadores o con ninguno de ellos?

¿Gali Fayad influirá en la decisión de quién asumirá la dirigencia municipal del PAN, a pesar de no ser formalmente militante panista?

¿El gobernador electo mandará a un panista identificado con él a tomar las riendas del CDM o dejará que esa importante posición partidista se la disputen internamente los grupos del PAN, sin su intervención?

¿Si Gali Fayad decidiera enviar a uno de los suyos como futuro dirigente del PAN en la capital del estado, quién sería el elegido: el regidor Gabriel Oswaldo Jiménez López; el secretario general del ayuntamiento de Puebla, Mario Riestra Piña; el ex diputado y actual director general del Colegio de Educación Profesional Técnica del Estado de Puebla, Jesús Zaldívar Benavides?

¿El hecho de haber sido tesorero y secretario general del Comité Municipal del PAN le da alguna ventaja al regidor Oswaldo Jiménez?

¿Oswaldo Jiménez podría ser candidato a la dirigencia municipal panista, aun a sabiendas que Pablo Rodríguez Regordosa promovió su destitución como miembro del CDM por acumular más de tres faltas consecutivas?

¿El parentesco del regidor Oswaldo Jiménez López con su tío, el gobernador electo de Puebla, es una ventaja o desventaja en la actual coyuntura?

Conste que son preguntas.

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Rodolfo Ruiz R.

¿Cuál será el margen de maniobra de José Antonio Gali Fayad como gobernador del estado?

Las opiniones sobre esta interrogante se dividen en dos grandes grupos. Por un lado están las de aquellos que afirman que Gali Fayad será un gobernador que, sin romper con su antecesor, ejercerá el poder a plenitud, marcando desde el principio un estilo y una forma diferente a Rafael Moreno Valle, comenzando por la integración de su equipo de gobierno. Esta corriente asegura que en el gabinete habrá menos morenovallistas de los que se cree.

Los del otro grupo suponen que Gali Fayad será un gobernador acotado desde diversas instancias como el Congreso local, la Auditoría Superior, la Fiscalía General, el Poder Judicial y hasta la Presidencia Municipal de Puebla, y con escaso margen de maniobra pues buena parte los recursos económicos están etiquetados o comprometidos al pago de PPS y otros compromisos.

Estos últimos creen, además, que el futuro gobernador conservará en el gabinete a buena parte de los secretarios del gabinete morenovallista o a otros operadores del mandatario saliente, como Javier Lozano Alarcón, con el inequívoco propósito de perfilar a uno de los suyos para los comicios de gobernador del 2018 como Martha Erika Alonso o Jorge Aguilar Chedraui.

Personalmente creo que Gali Fayad sí buscará diferenciarse de Moreno Valle en el estilo y las formas de ejercer el poder, pensando más en imprimir su sello personal que en el proyecto presidencial de aquél, y que llevará al gobierno a un equipo heterogéneo en el que tendrán cabida morenovallistas, galistas, figuras emergentes y funcionarios que han transitado por varias administraciones.

Sin embargo para conocer cuál será en realidad el margen de maniobra de Gali Fayad frente a Moreno Valle o el nivel de injerencia de éste en la siguiente gestión, no será necesario llegar hasta febrero del próximo año.

Una u otra cosa la sabremos cuando se decida quién y cómo se resolverá la demanda de alza en el precio del pasaje; quién será el magistrado que sustituya a Fernando Humberto Rosales Bretón en el Tribunal Superior de Justicia; quién el comisionado o la comisionada que reemplace en la CAIP al cuestionado José Luis Javier Fregoso Sánchez; y quién será nombrado en octubre titular de la Fiscalía Anticorrupción en Puebla.

Pero también cuando antes de que concluya el año se renueve el Consejo Consultivo de la Comisión de Derechos Humanos; el Consejo Estatal del PAN, su Comisión Política y la Presidencia del Comité Directivo Municipal de este partido en Puebla; y los comités ejecutivos de las secciones 23 y 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

Dependiendo de quienes sean nombrados por el Congreso local o quienes integren esas instituciones sabremos cuál de los dos grupos tiene razón sobre el gobierno de Gali Fayad y el margen de operación y autonomía que tendrá respecto a su antecesor.

Yo aquí sólo le doy algunas pistas. Ya usted saque sus conclusiones.

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Rodolfo Ruiz R.

Hace seis años, cuando aún faltaban días o semanas para que el hoy gobernador Rafael Moreno Valle asumiera la gubernatura de Puebla, el mandatario saliente tuvo que aprobar —en algunos casos con el aval del Congreso local y la mayoría priísta— una serie de medidas y acciones dolorosas que liberaban a su sucesor de un mal comienzo.

Entre otras cosas la administración de Mario Marín Torres se echó la responsabilidad del aumento en las tarifas de transporte público de pasajeros, de la contratación de una línea de crédito por 2 mil 500 millones de pesos y del nombramiento de José Luis Javier Fregoso Sánchez como integrante de la Comisión para el Acceso a la Información Pública (CAIP).

¿Qué pasará ahora que los transportistas están reclamando un alza en el costo del pasaje como consecuencia de los recientes aumentos en las gasolinas y que las tarifas no se modifican desde hace seis años?

¿Quién asumirá el costo político del incremento de dos pesos que demanda la Organización de Transportistas del Estado de Puebla (OTEP)?

¿Moreno Valle se sentará a negociar con los transportistas hasta lograr un acuerdo sobre su petición de subir la tarifa de 6 a 8 pesos o dejará que esa papa caliente le llegue a su sucesor al arranque de su gestión?

¿Quién cargará con esa impopular pero inevitable medida que afectará a miles de poblanos: el gobernador que se va o el gobernador que llega?

¿Qué privilegiará el gobernador Moreno Valle: su imagen y proyecto político como aspirante presidencial de cara al 2018 o evitarle a José Antonio Gali Fayad un desgaste en su popularidad al comienzo de su administración?

Se aceptan apuestas.

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El próximo lunes 29 de agosto, con la presencia de su autor, el periodista Álvaro Delgado, se presentará en Puebla el libro El Amasiato. El pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas.

Para comentar el libro el moderador de la mesa redonda, el periodista Jesús Manuel Hernández, ha convocado al escritor Fritz Glockner, al politólogo José Ojeda Bustamante y al que esto escribe.

La presentación se llevará a cabo a las 12 horas en los salones de la antigua Tocinería, 2 sur 904, en el Centro Histórico de esta ciudad.

Álvaro Delgado, reportero del semanario Proceso especializado en la cobertura de asuntos políticos y electorales, es autor de los libros El Yunque, la ultraderecha en el poder, por el que recibió el premio nacional de periodismo 2003 en la categoría de reportaje; El Ejército de Dios, nuevas revelaciones sobre la extrema derecha en México y el que se presentará el próximo 29 de agosto con entrada libre a todo el público.

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Rodolfo Ruiz R.

Poco a poco comienzan a salir los nombres de quienes se perfilan para integrar el gabinete estatal de José Antonio Gali Fayad.

A la par también corren rumores, algunos carentes de veracidad, sobre otros personajes que podrían convertirse en secretario de despacho en la próxima administración estatal.

Uno de estos rumores es que Rafael Ruiz Cordero, quien actualmente se desempeña como secretario de Administración en el ayuntamiento de Puebla, asumirá en febrero del año entrante la Secretaría de Finanzas y Administración (SFA).

La verdad es que el ex compañero de Gali Fayad en el Sistema de Administración Tributaria (SAT) sí está considerado para integrar el próximo gobierno pero no como secretario de Finanzas.

En esa importante cartera José Antonio Gali tenía previsto nombrar al ex presidente del SAT y actual subsecretario de Control y Auditoría de la Gestión Pública, Raúl Sánchez Kobashi.

Y digo tenía porque este subsecretario de la Secretaría de la Función Pública ya declinó la invitación para ser parte del próximo gabinete estatal de Puebla.

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A la pregunta de qué secretarios del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas podrían continuar en el gabinete con Gali Fayad apunte los nombres de Roberto Antonio Trauwitz Echeguren, Diego Corona Cremean, Rodrigo Riestra Piña y Gerardo Islas Maldonado, quienes se mantendrían al frente de las secretarías de Turismo, Infraestructura, Desarrollo Rural y Desarrollo Social, respectivamente.

De estos cuatro nombres los que más probabilidades tienen son el primero y el tercero.

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Tómelo con reserva pero se comenta que el nuevo subsecretario de Administración de la Secretaría de Finanzas, José Villagrana Robles, no vendrá solo unos meses al cierre del gobierno de Moreno Valle sino que podría alargar su estancia en Puebla.

Los enterados aseguran que el ex contralor general del Issste, ex director de Programación y Presupuesto de la Lotería Nacional y ex director general de Auditoría del Instituto Nacional de Evaluación de la Educación podría transitar a la próxima administración estatal como secretario de la Contraloría, en sustitución de Alejandro Torres Palmer.

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Quien ya dejó el ayuntamiento de Puebla encabezado por el presidente municipal Luis Banck Serrato es Juan José Cué la Fuente, quien se desempeñaba como secretario de Innovación Digital y Comunicaciones.

La verdad es que esta dependencia, creada ex profeso para Marcelo García Almaguer, desaparecerá del organigrama municipal en los próximos días.

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Rodolfo Ruiz R

José Villagrana Robles es el nuevo subsecretario de Administración de la Secretaría de Finanzas del estado, en sustitución de Gabriel González Cossío.

El nuevo funcionario, que hoy lunes fue presentado al personal de la dependencia, fue contralor general del Issste, director de Programación y Presupuesto de la Lotería Nacional y director general de Auditoría del Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (INEE), cargo al que renunció para venirse a Puebla.

Trascendió que el nombramiento de José Villagrana fue impulsado por el ex secretario de Finanzas y actual jefe de oficina del gobernador Rafael Moreno Valle, Roberto Moya Clemente.

El nuevo subsecretario de Administración de la SFA manejará no sólo los recursos humanos, materiales y financieros de la dependencia, sino también de la Secretaría de Salud y del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, con base en las últimas reformas aprobadas por el Congreso local a la Ley Orgánica de la Administración Pública.

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Cuentan que al gobernador electo José Antonio Gali Fayad le causó sorpresa que nadie le hubiera corrido la atención de informarle que el Congreso del estado elegiría la semana pasada un nuevo magistrado del Tribunal Superior de Justicia (TSJ).

Que Gali Fayad se enteró del asunto y de la intención de nombrar como sustituto del magistrado Fernando Humberto Rosales Bretón al coordinador general jurídico de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), Gabriel Marcos Moreno Gavaldón, el mismo viernes después de que se publicó esta columna.

Pero que ahora él y su equipo estarán muy pendientes del tema para que no vuelva a repetirse la pifia de proponer, en una terna, a un candidato que no cumple con los requisitos legales para ocupar el puesto de magistrado.

Cuentan también que entre los magistrados del TSJ la noticia de que el nombramiento de Moreno Gavaldón se suspendió fue bien recibida, no porque tuvieran algo en contra del recomendado de Martha Erika Alonso Hidalgo, sino porque ahora se abre una nueva oportunidad de que un juez del Poder Judicial del estado pueda ser ascendido.

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Rodolfo Ruiz R.

Aunque aún faltan casi dos años para las elecciones del 2018, en las que además de presidente de la República, senadores y diputados federales, en Puebla se elegirá gobernador, presidentes municipales y diputados al Congreso del estado, el panorama para los priístas locales luce francamente desolador.

Tal situación se explica porque algunos de sus principales cuadros han comenzado a explorar otras opciones partidistas, como Acción Nacional (PAN) y Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

En diferentes encuestas y análisis de prospectiva, se advierte que el PRI podría convertirse en la tercera fuerza política en 2018, aun postulando a su cuadro mejor posicionado para suceder al presidente Enrique Peña Nieto, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

Con la concurrencia electoral, en la que se empatan las elecciones federales con los comicios locales, las expectativas del PRI de Puebla de recuperar la gubernatura o ganar la mayoría de las presidencias municipales y curules que estarán en juego en el Congreso de la Unión y el Congreso local son francamente pesimistas.

Y más si, como parece, López Obrador contiende por tercera ocasión por la presidencia de la República como candidato de Morena y quizás otros partidos de izquierda y si el gobernador saliente de Puebla, Rafael Moreno Valle, lo hace como abanderado presidencial o como candidato plurinominal o de mayoría al Senado de la República.

Varios son los problemas que el PRI local enfrenta. El primero es la pobre intención de voto —a nivel nacional y en la entidad—de sus posibles aspirantes a la presidencia, ninguno de los cuales supera a López Obrador y Margarita Zavala Gómez del Campo.

El segundo es la ausencia de cuadros competitivos para buscar la gubernatura de Puebla en 2018. El panorama es tan desolador que su mejor carta continúa siendo la senadora Blanca Alcalá Ruiz que en los comicios de junio pasado fue derrotada por José Antonio Gali Fayad.

Le siguen el delegado del IMSS, Enrique Doger Guerrero, quien en lo oscurito coquetea con algunos operadores de Morena; el subsecretario de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri Quirós; el ex delegado de la Sagarpa, Alberto Jiménez Merino; el presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Jorge Estefan Chidiac; y el diputado federal Alejandro Armenta Mier.

De estos, el único que podría acrecentar dentro del PRI su capital político de aquí al 2018 es Jorge Estefan, siempre que se mantenga al frente del Comité Directivo Estatal, con el apoyo del dirigente nacional del tricolor Enrique Ochoa Reza y del grupo político al que ambos pertenecen comandado por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso.

Una complicación adicional son las fracturas y divisiones que hay entre sus militantes y dirigentes y la ausencia de un movimiento o liderazgo capaz de unificar a sus diferentes grupos.

Ni Melquiades Morales Flores, ni Mario Marín Torres encabezan una corriente hegemónica o mayoritaria al seno del PRI poblano. Ambos tienen más detractores que seguidores.

A este factor habría que agregar la relativa facilidad que el gobernador Moreno Valle ha mostrado para infiltrar y dividir al PRI o para cooptar a sus legisladores y cuadros directivos, como se evidenció hace unos días cuando el Congreso del estado aprobó su cuenta pública del ejercicio 2015 sin que ningún diputado priísta la cuestionara o votara en contra.

Otro problema del PRI, además de su incapacidad para construir desde ahora alianzas con otros partidos y organizaciones que le sumen sufragios o simpatías, es que no está haciendo nada para contrarrestar el voto de rechazo o repudio de los votantes de Puebla.

Históricamente el voto anti PRI en Puebla es más grande que su voto duro e incluso superior al voto del PAN, partido que localmente ha logrado sonados triunfos electorales, no por sus candidatos o propuestas, sino por capitalizar el repudio que los votantes sienten por el PRI y algunos de sus gobernantes como Mario Marín.

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Rodolfo Ruiz R.

No estoy muy convencido de los argumentos del delgado del IMSS, Enrique Doger Guerrero, sobre las causas que provocaron la derrota del PRI en las pasadas elecciones, ni sobre las razones que esgrime para que Jorge Estefan Chidiac deba ser removido de la presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI.

Si el PRI perdió las elecciones para gobernador de Puebla no fue sólo porque el mensaje de Blanca Alcalá Ruiz se quedó corto frente a las expectativas de los electores, porque ésta evitó hacer señalamientos puntuales y oportunos en contra del gobernador Moreno Valle y su administración o porque lo hubiera cuestionando por usar de manera indiscriminada helicópteros para trasladarse a cualquier lugar y luego ella aparecer abordando uno.

No. Blanca Alcalá perdió por el voto de rechazo al PRI en Puebla y otros seis estados del país, porque su discurso no resultó creíble y porque su imagen de funcionaria honesta se vio apocada por denuncias de corrupción que la involucraban en operaciones irregulares y que ponían en duda su integridad, decoro y rectitud a su paso por el servicio público, y frente a las cuales nunca tuvo repuestas contundentes.

Doger Guerrero no creo que hubiera salido mejor librado que Blanca Alcalá en temas de corrupción.

En ninguno de los dos priístas la divisa del combate a la corrupción, el tráfico de influencias y la impunidad, hubiera resultado creíble. Y ese fue el gran tema que provocó la debacle del PRI en los comicios del domingo 5 de junio en Puebla y otros estados donde también hubo elecciones de gobernador.

Los motivos que Enrique Doger ha manifestado públicamente para pronunciarse por la renuncia de Jorge Estefan me parecen muy genéricos y poco contundentes.

Argumenta que al dirigente estatal del PRI le faltó tamaño, que es un buen financiero pero un mal estratega y un mal director de campañas políticas y que el gobierno federal es ajeno a lo ocurrido en Puebla, pues éste no gana ni pierde elecciones.

Ciertamente se esperaba más de Estefan Chidiac. Sin embargo para nadie es un secreto que su situación era muy incómoda. Por un lado es concuño de José Antonio Gali Fayad y, por otro, el grupo político al cual pertenece -o está vinculado a nivel nacional– es aliado del gobernador Rafael Moreno Valle.

No obstante, a petición de Blanca Alcalá, Estefan Chidiac asumió el reto de encabezar el PRI, aun a sabiendas que esa responsabilidad afectaría su relación familiar y de negocios con su concuño y que por esa encomienda ya no sería presidente de la influyente Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados.

Estefan perdió las elecciones y ese descalabro político ya le costó una ruptura familiar. ¿Qué ganaría el PRI quitándolo de la presidencia del Comité Directivo Estatal? ¿Quién se beneficiaría con su renuncia, acaso el PRI que por fin cuenta con un dirigente opositor al gobernante en turno? ¿No será que el principal interesado en su salida es Rafael Moreno Valle? ¿A poco es fortuito que Doger Guerrero, Iván Galindo y el periódico Cambio estén en una cruzada para echarlo de la dirigencia del PRI?

¿No que en política nada ocurre por casualidad como dijo Franklin D. Roosevelt?

Conste que son preguntas.

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Rodolfo Ruiz R.

¿Cómo será el gobierno de José Antonio Gali Fayad? ¿Qué tanto margen de operación y autonomía tendrá respecto al grupo del gobernador saliente Rafael Moreno Valle? ¿Habrá realmente continuidad o ésta sólo se dará en algunas áreas y aspectos?

Responder estas interrogantes no es fácil, pues hay elementos y factores que anticipan continuidad pero también rupturas, sobre todo en cuanto al trato y la forma de ejercer el poder y conducir la administración pública.

Otra cuestión que también dificulta este análisis es el reducido equipo de colaboradores del gobernador electo y que en la campaña política fue prácticamente marginado a tareas de segunda importancia por el grupo de estrategas y operadores del gobernador Moreno Valle.

De lo que sí hay certeza es que el gobierno de Gali Fayad será de 22 meses y que varios de los funcionarios que forman parte del proyecto morenovallista tienen garantizada legal y constitucionalmente su permanencia, entre ellos el titular de la Fiscalía General, Víctor Antonio Carrancá Bourget, y el titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE), David Villanueva Lomelí.

El gobernador electo tampoco podrá cambiar algunos proyectos o dejar sin efecto algunas concesiones que rebasan por mucho su sexenio, a pesar de que se hayan asignado de manera discrecional y poco transparente a consorcios y empresas vinculadas a la familia Hank González o a los Abed Rouannet. Y eso, como puede suponerse, limitará o restringirá su margen de maniobra al frente del Ejecutivo.

Si, como se insiste, Moreno Valle le ofreció al senador Javier Lozano Alarcón —con el aval del candidato a la gubernatura de la coalición Sigamos Adelante— la titularidad de la Secretaría General de Gobierno (SGG), a cambio de que viniera a coordinar la campaña y se hiciera cargo de la vocería del CDE del PAN, entonces Gali Fayad también estará acotado en lo político.

El otro brazo político del estado, el Poder Legislativo, se encuentra controlado por morenovallistas puros como Jorge Aguilar Chedraui e Irma Patricia Leal Islas e impuros como Pablo Rodríguez Regordosa y su primo Francisco Rodríguez Álvarez, Sergio Moreno Valle Germán y José Domingo Esquitín Lastiri, por mencionar sólo algunos.

La LIX Legislatura del Congreso del estado responde y responderá más a los intereses del gobernador saliente que del gobernador entrante.

El Ayuntamiento de Puebla, que obedecía políticamente a Gali Fayad, es actualmente un órgano bicéfalo, pues hay funcionarios que todavía ven al gobernador electo como su jefe político y otros —los nuevos y los que llegarán en los próximos días— cuyas lealtades están con el presidente municipal sustituto, Luis Banck Serrato.

Si éste, como parece, es alentado a construir desde la alcaldía su propio proyecto político con miras a la gubernatura del 2018, Banck dejará de ser el subordinado y aliado que Gali Fayad imaginó, para convertirse sino en un rival, sí en un factor de poder que va a privilegiar más lo suyo que los proyectos del gobernador entrante.

Bajo esas circunstancias creo que resulta obvio que Gali Fayad será un gobernador acotado que, sin embargo, buscará dejar huella aunque solo tenga 22 meses para hacerlo.

En ese sentido creo que Gali Fayad no cederá más espacios en el gabinete que los ya comprometidos, de manera que los galistas se queden con las carteras de las secretarías de Finanzas, Infraestructura, Educación, Contraloría, Turismo, Salud, Desarrollo Económico, Desarrollo Rural y Seguridad Pública.

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