LA CORTE DE LOS MILAGROS

Y la cosecha de Alcalá nunca se acaba…

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Finalmente no serán tres ni cuatro los funcionarios de primer nivel del equipo de Blanca Alcalá Ruiz que se integrarán al gabinete de Rafael Moreno Valle Rosas y al de Fernando Manzanilla Prieto en la Secretaría General de Gobierno, sino por lo menos seis.

Además de los nombres que le mencioné hace un par de días, agregue los de Rocío Moreno Mendoza, actual coordinadora general de Transparencia, y de Pedro Ocejo Tarno, director general del Instituto Municipal de Arte y Cultura.

Rocío Moreno se integrará a la Secretaría General de Gobierno, por invitación de Fernando Manzanilla; y Pedro Ocejo al Consejo de Cultura del estado, como secretario técnico o secretario ejecutivo, por recomendación del futuro titular de la SEP, Luis Maldonado Venegas.

Los otros cuatro funcionarios del actual ayuntamiento de Puebla que ya tienen una invitación formal para integrarse, a partir del 1 de febrero del año entrante —o antes—, al equipo de Fernando Manzanilla son: Emilio Trinidad Zalvídar, quien asumirá la Coordinación de Comunicación Social de la Secretaría General de Gobierno; Manuel Alonso García, quien pasará, de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, a una Dirección en esta dependencia del estado.

Eduardo Vázquez Rossáinz dejará la Dirección del Centro de Emergencias y Respuesta Inmediata del ayuntamiento de Puebla para ocupar este mismo cargo, pero dentro del Consejo Estatal de Seguridad; y María Fernanda Diez Torres, quien ocupará una dirección en la Coordinación General de Gabinetes, oficina que también dependerá de la Secretaría General de Gobierno.

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A propósito.

El coordinador general de gabinetes de la Secretaría General de Gobierno, en la gestión de Rafael Moreno Valle, será Mario Mendoza Marichal.

Mendoza Marichal es hijo Mario Alfredo Mendoza López, exdirector del Registro Público de la Propiedad y del Comercio del estado. Cursó la licenciatura en Economía en la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) y obtuvo la Maestría en Políticas Públicas en la Universidad de Chicago.

Su carrera en consultoría inició en Booz, Allen & Hamilton, donde se desempeñó como asociado de verano. Posteriormente colaboró en Mercer Management Consulting durante 6 años, en donde llegó a ser socio de la oficina de México.

Ha sido asesor de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, así como del coordinador de Proyectos Productivos del estado de Puebla y del ayuntamiento de la capital.

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Hasta el momento son casi cien los artistas, escritores, creadores, académicos e intelectuales que han firmado una carta abierta dirigida a las próximas autoridades estatales pronunciándose en contra de la desaparición de la Secretaría de Cultura del estado.

Entre los firmantes de la misiva destacan:

Juan Carlos Canales Fernández, Julio Eutiquio Sarabia, Ricardo Moreno Botello, Oscar López Hernández, Rosa Borrás, Federico Vite, Jaime Wolfson, Gabriel Wolfson, Alejandro Badillo, Eduardo Montagner Anguiano.

Aquí el texto de la carta abierta:

A la opinión pública

Durante los últimos ochenta o noventa años los mexicanos hemos visto cómo el país ha sido reinventado cada sexenio. Una tradición antidemocrática ha sido la herencia que nos volverá indignos si la acogemos nuevamente como una más de nuestras prácticas.

Si no la podemos aceptar, mucho menos podemos permitir que se legisle una y otra vez para satisfacer al gobierno en turno antes que para ofrecer a los ciudadanos una vida menos insípida y más participativa. Creemos que es una obligación del Estado procurar alternativas de consumo frente a las industrias culturales. Anhelamos para la presente y para las futuras generaciones un tiempo de ocio creativo y un sentido solidario.

Cuando está por cumplirse el arribo de un nuevo gobierno, el rumor desplaza probables argumentos y probables propuestas que debieran estar a disposición de los ciudadanos para ser juzgados. Se dice, entre otras cosas, que la Secretaría de Cultura habrá de fusionarse con la de Educación. Aunque sin educación la cultura se torna un hecho precario, no es menos cierto que una y otra son ámbitos que reclaman saberes y estrategias muy distintos. Los problemas de la educación en el estado son tan alarmantes que exigen una Secretaría ajena a cualquier otra distracción de otra índole, por muy próximos que los avatares de la cultura parezcan. Del mismo modo, las necesidades culturales de la ciudadanía, fundamentales para el buen gobierno, el desarrollo individual y la convivencia política, ameritan un espacio de acción específico. Por eso nos parece un yerro mayúsculo de la nueva administración que se pretenda incorporar la Secretaría de Cultura a la de Educación. Sería absurdo que los yerros de quienes la han dirigido en otros tiempos lleven a pensar en su desaparición. Un razonamiento así llevaría a conjeturar otro de orden muy pedestre: que los desatinos de nuestros gobernantes se cancelen de una vez por todas al prescindir de todo gobierno. No cabe ni es deseable un propósito de ese talante.

No debe desaparecer la Secretaría de Cultura porque ella misma, como entidad, representa un bastión importante de nuestras aspiraciones como seres cuyos nutrientes no sólo son materiales.

Sí deben desaparecer aquellos hábitos que en el pasado adulteraron los fines para los que fue creada.

Sí deben los servidores públicos que allí arriben apegarse a la ley de cultura que, en su momento, aprobó el Congreso del Estado: para que en adelante no se pretexte ambigüedad, dicha ley deberá examinarse y enmendarse en su faltas.

Sí debe hacer entrada en esa dependencia la racionalidad administrativa y considerar que su desempeño atañe a un territorio de 217 municipios.

Sí debe desaparecer la burocracia omisa, lerda y enquistada para satisfacer sus propios intereses.

No debe ser la Secretaría de Cultura en adelante un instrumento de propaganda sino la instancia que otorgue satisfactores estéticos a una población de uno u otro partido, de una u otra creencia. Si desde la cultura se fomentan aspiraciones ciudadanas, tendremos más y mejores votantes, mejores interlocutores y mejores gobernantes. En suma, individuos conocedores del valor que hay en la tolerancia frente al otro.

Los abajo firmantes:

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Simón dice:

«Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie.»

Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957) Escritor italiano.


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