LA CORTE DE LOS MILAGROS

Del optimismo desbordado a la falta de dignidad

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Si bien es cierto que el arrollador triunfo del PRI en las elecciones federales aumenta sus posibilidades de mantener la gubernatura y la mayoría parlamentaria el próximo año, me parece que los priístas tampoco pueden echar las campanas a vuelo.

Lo que sí es seguro, tras el 16 a 0 propinado al PAN, es que el secretario de Desarrollo Social, Javier López Zavala —favorito del gobernador Mario Marín Torres para sucederlo—, será designado candidato del PRI en los comicios del año entrante.

La lógica de una elección federal intermedia, como la celebrada este domingo, nada tiene que ver con una elección de gobernador.

De entrada, el nivel de participación en un proceso y otro es totalmente diferente. En la última elección de gobernador, hace cinco años, votaron un millón 786 mil 490 ciudadanos; y en la federal del 5 de julio, un millón 410 mil 842. En la primera, la participación fue del 55.18% sobre el listado nominal; en la segunda, de apenas el 38%.

Y la estadística electoral revela que, en Puebla, cuando la mayoría sale a votar, los resultados generalmente son adversos al PRI. Así ocurrió en las presidenciales de 2000 y 2006.

En la elección del 2000, donde el PRI fue echado de Los Pinos por Vicente Fox Quesada, votó el 62.5% de los poblanos, que equivalía a un millón 722 mil 172 personas.

Y en la elección del 2006, de la que surgió Felipe Calderón Hinojosa, sufragó el 57.74% del listado nominal estatal, es decir, un millón 984 mil 166 ciudadanos.

En las elecciones intermedias para diputados federales, los votantes deciden en función del partido político y las propuestas de su plataforma legislativa, con independencia de quiénes sean los candidatos. Mientras, en una elección para gobernador una buena parte de los electores (más del 50%) basan su razón de voto en la persona, es decir, en el candidato más que en el partido.

Las encuestas son un buen termómetro de la realidad política local para evaluar esta lógica diferenciada.

Empresas e instituciones como Indicadores y el CISO de la BUAP diagnosticaron, con base en estudios demoscópicos, que en PRI ganaría la mayoría o la totalidad de los 16 distritos electorales de Puebla, y acertaron.

Estas mismas encuestadoras han advertido que el favorito del gobernador Mario Marín no es la mejor carta del PRI para encarar los comicios locales del año entrante. Por ejemplo, en los estudios de opinión que han levantado, la presidenta municipal Blanca Alcalá Ruiz sale mejor posicionada que el secretario de Desarrollo Social del estado, pero tal observación ha sido desdeñada.

Lo delicado del asunto, de cara a los comicios locales del 2010, es que López Zavala figura en tales encuestas de intención de voto por abajo del senador panista Rafael Moreno Valle.

Situación que tampoco parece preocupar mucho al gobernador Mario Marín, pues en el distrito 6 de Puebla Francisco Ramos Montaño no era el mejor rankeado, como tampoco lo era Blanca Jiménez Hernández en el distrito 9. A uno lo superaba Sandra Montalvo Domínguez, y a la otra Luis Alberto Arriaga. Sin embargo, ninguno de los dos fue candidato.

Pero esta circunstancia parece ser poco relevante para el gobernador de Puebla, quien después del “carro completo” de la elección federal buscará dejar en claro a su dirigencia nacional que, si el PRI quiere conservar la gubernatura, tendrá que hacerlo a su modo y con el candidato que él decida.

*** Las voces que exigen la salida de Rafael Micalco Méndez de la dirigencia estatal del PAN, se multiplicaron ayer después de conocerse la renuncia de Germán Martínez Cázares a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PAN.

En su carta de renuncia, el líder nacional panista manifestó: “La derrota es el momento más claro para demostrar que en Acción Nacional hay dignidad, ética de la responsabilidad y cultura de la dimisión”… “Son mi responsabilidad todos y cada uno de los resultados electorales, de cara a esta elección fije una meta, trabajé intensamente para alcanzarla pensando siempre en el interés del PAN y de México”.

Estas palabras en Puebla encontraron oídos sordos, pues Micalco lejos de asumir la debacle electoral, ha dicho que la derrota de su partido es responsabilidad de todos, y que no renunciará, pues él no fue designado en función de una coyuntura electoral, sino para un periodo de tres años que se cumplen hasta noviembre.

*** Simón dice:

“Los hombres capaces de alzar y llevar adelante una bandera son muy pocos”. Jaime Luciano Balmes (1810-1848). Filósofo y sacerdote español.


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