De priístas traidores y arrepentidos
Las declaraciones del dirigente estatal del PRI, Alejandro Armenta Mier, en el sentido de que al seno del partido existen traidores que simulan apoyo a los candidatos a diputados federales cuando en realidad lo que buscan es que pierdan para favorecer sus intereses personales, tienen claros destinatarios.
Ahí le van, en orden de importancia: el secretario de Gobernación, Mario Montero Serrano; el director de Comunicación Social del gobierno del estado, Javier Sánchez Galicia; y el director de Información del mismo gobierno, Ismael Ríos Delgadillo.
La percepción de Armenta y su equipo más cercano es que estos funcionarios marinistas no sólo no lo ayudan, sino que además lo boicotean para sacar adelante la campaña de los candidatos del PRI.
Y éstos, por su parte, piensan que Armenta no se deja ayudar en cuestiones de imagen, comunicación política y marketing electoral, de las cuales se siente experto por un curso que tomó en Washington.
Alejandro Armenta está convencido que la negativa de Mario Montero y sus aliados para apoyarlo, obedece a una cuestión de celos, pues si el PRI gana la totalidad o la mayoría de los 16 distritos, él se fortalecería de cara a la sucesión gubernamental del 2010, lo cual no les conviene.
Y en función de eso, Armenta explica las supuestas traiciones y críticas a su trabajo, por parte del secretario de Gobernación, los operadores de la comunicación social del gobierno y hasta del director de la encuestadora Indicadores, Elías Aguilar García, que de distintas maneras y en diferentes tonos han cuestionado la propaganda de los candidatos del PRI, la estrategia de marketing y plan de campaña.
Críticas que el propio Alejandro Armenta ha desestimado, por considerar que éstas están motivadas por intereses personales o económicos de quienes en esta ocasión no pudieron hacer negocio con la producción de spots de radio y televisión, anuncios, pendones y demás artículos propagandísticos y publicitarios, a costa del PRI y sus candidatos a diputados federales.
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De los expresidentes municipales del PAN que este domingo anunciaron su incorporación al PRI, lo primero que hay que decir que en estricto sentido nunca fueron panistas.
Veamos cada caso.
Arturo Norato Jiménez ganó la presidencia municipal de Tepeaca con las siglas del PAN, pero su gestión siempre estuvo bajo el manto protector del PRI y de Javier López Zavala, para quien hoy trabaja en la Secretaría de Desarrollo Social del estado.
Como alcalde operó electoralmente para el PRI, por lo que los panistas de Tepeaca le desconocieron en un mitin que congregó a más de tres mil personas hace un par de años, y el Comité Directivo Estatal del PAN hizo lo propio en 2007, antes de que concluyera su trienio.
Un dato que revela la verdadera filiación de Arturo Norato son sus cuentas públicas que fueron votadas en contra en el Congreso del estado por los diputados del PAN y aprobadas por los legisladores del PRI incluido el diputado local del distrito, Humberto Aguilar Viveros.
José Armando de Jesús Espino Alonso también llegó a la presidencia municipal de Palmar de Bravo gracias al PAN, con cuya dirigencia partidista pronto entró en conflicto tras el escándalo de las conversaciones telefónicas entre el gobernador Mario Marín y el empresario Kamel Nacif Borge.
Y es que el exmunícipe “panista” primero se sumó a la marcha que miles de burócratas estatales llevaron a cabo por las principales calles del centro de la ciudad en respaldo al gobernador Marín, en febrero de 2006, y luego fue uno de los firmantes, junto con otros alcaldes, de un desplegado a favor del mandatario estatal que se publicó en distintos medios de circulación nacional.
El tercer caso corresponde a José Saturnino Martínez Sánchez, exedil de Tzicatlacoyan en el trienio 2005-2008.
Desde que éste rindió protesta como presidente municipal, se desentendió del PAN, partido en el que jamás militó ni como candidato, ni como autoridad electa, ni como munícipe en funciones.
En otras palabras, Martínez Sánchez sólo usó al PAN para ganar la presidencia municipal después de perder la contienda interna en el PRI, partido al que regresó una vez que cobró su primera quincena como autoridad de Tzicatlacoyan.
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Simón dice:
“Nos reímos del honor y luego nos sorprendemos de encontrar traidores entre nosotros”.
Clive Staples Lewis (1898-1963). Escritor británico.
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