¿Cómo evitar que los comicios de Puebla terminen en tribunales?
Gali Fayad necesita ganar por al menos 120 mil votos de diferencia
Si bien es muy alto el riesgo de que los comicios para gobernador de Puebla se judicialicen, no sólo por el número de denuncias que se han levantado ante las instancias jurisdiccionales correspondientes y la parcialidad que han mostrado la mayoría de los consejeros del Instituto Electoral del Estado, lo cierto es que esa ruta solo prosperaría si la diferencia entre el candidato ganador y su más cercano contendiente fuese menor de cinco puntos.
De ahí el empeño de los operadores y estrategas del candidato de la coalición Sigamos Adelante, José Antonio Gali Fayad, de ganar los comicios por 10 o más puntos.
Lograrlo no será una tarea fácil pero tampoco imposible, considerando la ventaja que la mayoría de las encuestas le otorgan al candidato Gali –de la coalición formada por el PAN, Nueva Alianza (Panal), PT y los partidos estatales Pacto Social de Integración (PSI) y Compromiso por Puebla (CPP)– por encima de su contendiente del PRI, PVEM y Partido Encuentro Social (PES), Blanca Alcalá Ruiz.
Algo que sí se ve muy complicado es que Gali pueda obtener en la jornada electoral del primer domingo de junio 1.5 millones de votos; esa meta parece inalcanzable a juzgar por la participación estimada de votantes.
Si los expertos proyectan un nivel de participación del 50% sobre un universo de 4.2 millones de electores, es decir de 2.1 millones, la meta de 1.5 millones equivaldría a que casi siete de cada 10 ciudadanos que salieran a las urnas lo hiciera favor del abanderado de la coalición Sigamos Adelante.
En los comicios de hace seis años Rafael Moreno Valle ganó la gubernatura con 1 millón 111 mil 318 sufragios; la coalición que lo postuló obtuvo el 50.42% de los votos; su contrincante del PRI y el PVEM Javier López Zavala computó 883 mil 285 sufragios que representaron el 40.07% de la votación total.
Una cifra razonable a la que Gali Fayad puede aspirar con realismo fluctuaría entre 1.1 y 1.2 millones de votos, que equivaldría más o menos al 50% de la votación total.
Bajo ese contexto, Gali y sus operadores morenovallistas tendrían que ganar los comicios, si no quieren que estos se judicialicen o terminen resolviéndose en instancias judiciales, por al menos 120 mil votos y/o 5 puntos de ventaja.
Una diferencia de 10 puntos, como en la que están empeñados los operadores y estrategas morenovallistas, equivaldría a 240 mil sufragios, siempre que la participación de los electores registrados en la lista nominal fuera del 50%.
Si alguien me preguntara si tal cifra es posible, no dudaría en responder afirmativamente con base en los cómputos de anteriores comicios para gobernador.
En 1998, Melquiades Morales Flores sacó 354 mil 135 votos más que su contendiente del PAN, Ana Teresa Aranda. La diferencia entre uno y otro fue de casi 22 puntos.
Seis años después, en 2004 el priísta Mario Marín Torres derrotó al panista Francisco Fraile García por 244 mil sufragios, con una diferencia de 13 puntos porcentuales.
Y en 2010 Rafael Moreno Valle venció a Javier López Zavala por 228 mil 285 sufragios y 10 puntos de diferencia.
¿Podrá Gali Fayad evitar la judicialización de los comicios de Puebla derrotando a su contendiente del PRI por 120 o 240 mil votos de diferencia?
Se aceptan apuestas.
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