Si las elecciones federales de este domingo hubieran sido un plebiscito o referéndum sobre la gestión del gobernador Rafael Moreno Valle, el resultado habría sido similar al reportado por algunas encuestas que hace un par de entregas le comenté.

Son más los que desaprueban su administración (593,049), que los que aprueban (480,002). La primera cifra corresponde a los votos de la coalición PRI-PVEM en la entidad, y la segunda a los sufragios del PAN en los 16 distritos en que se divide el estado.

Si esa medición se calculara en porcentajes la aprobación de Moreno Valle sería del 48.39 por ciento y su desaprobación del 51.61.

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Tal como se lo anticipé, el partido de Andrés Manuel López Obrador se convirtió en la tercera fuerza política de la entidad, y el PRD en la sexta.

Sí, en la sexta fuerza política, lo que significa que el sol azteca no solo contabilizó menos votos que el PRI, el PAN y Morena, sino todavía menos que el Voto Nulo y Nueva Alianza.

De acuerdo con el Prep del INE y con el 97.74 por ciento de las actas de escrutinio, el PRI obtuvo en Puebla el 30.28 por ciento de los sufragios; el PAN, el 28.39; Morena, el 9.06; el Voto Nulo, el 5.67; Nueva Alianza, el 5.46; y el PRD, el 4.90.

El sol azteca solo tuvo más sufragios que el PVEM, Movimiento Ciudadano y el PT, así como del Partido Encuentro Social y el Humanista, ambos por cierto de nueva creación.

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En estas elecciones federales el PRI en Puebla le dio al gobernador una sopa de su propio chocolate, al coaligarse con el PVEM.

Gracias a esta alianza el PRI pudo ganar dos distritos en la capital poblana, lo que parecía imposible al comenzar las campañas.

Por si solo únicamente habría obtenido 6 distritos: el 1 de Huauchinango, el 2 de Zacatlán, el 7 de Tepeaca, el 13 de Atlixco, el 14 de Izúcar de Matamoros y el 16 de Ajalpan.

Conclusión: si el PRI quiere ganar la minigubernatura del 2016 y la gubernatura del 2018 solo podrá hacerlo si desde ahora construye alianzas con el PVEM, Nueva Alianza, Movimiento Ciudadano y el PT.

Desde la perspectiva del PAN, las cifras del Prep revelan que sin coaliciones a este partido no le alcanzan los sufragios para vencer al PRI.

Los votos del blanquiazul sólo son suficientes para ganar 10 de 16 distritos federales de la entidad. En los restantes requiere necesariamente de sumar a otros partidos para derrotar al PRI en las urnas.

Las demarcaciones del interior del estado que en este proceso se pintaron de azul fueron la 3 de Teziutlán, la 4 de Zacapoaxtla, la 5 de San Martín Texmelucan, y la 8 de Chalchicomula.

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Este martes el director de Ciencias Sociales y los coordinadores de las licenciaturas Derecho, Economía, Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas de la Universidad Iberoamericana de Puebla se reunirán para evaluar los resultados de la jornada electoral de este domingo.

La mesa de análisis se efectuará en el salón B 205 a partir de las 11 horas.

A la evaluación se sumará el coordinador del Observatorio del Salario de la propia institución universitaria.

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Los Chuchos de Nueva Izquierda y el senador Luis Miguel Barbosa Huerta y su alicaído Frente de Izquierda Progresista (FIP) podrían pagar muy cara su subordinación al gobernador poblano Rafael Moreno Valle.

Su decisión de haber puesto el PRD al servicio del Ejecutivo estatal tiene a este partido en la lona en la mayoría de los 16 distritos de la entidad.

De acuerdo con diversas encuestas, el partido de Andrés Manuel López Obrador, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) podría convertirse en la tercera fuerza política, enviando al PRD a la cuarta o quinta posición.

En ninguno de los cuatro distritos con cabecera en el municipio de Puebla los candidatos de PRD superan en intención de voto a los de Morena. Unos y otros son desconocidos para la mayoría de los electores, pero los del partido de López Obrador inspiran más confianza o menos rechazo.

De la debacle perredista seguramente querrá deslindarse la presidenta del Comité Ejecutivo Estatal, Socorro Quezada Tiempo, con el argumento de que los candidatos no fueron los elegidos por los perredistas poblanos, sino los nombrados por el CEN previo acuerdo con Casa Puebla.

Y que en los hechos la dirigencia estatal fue desplazada por los operadores electorales del gobernador Moreno Valle, al grado que los representantes de casilla que habían acreditado ante el INE fueron sustituidos por otros que ni siquiera conocen.

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De los diferentes factores que explican por qué en varios distritos de la entidad se cerró la elección entre el PAN y el PRI, al grado que la ventaja de dos dígitos que los candidatos albiazules sacaban a los tricolores se redujo al final de la contienda a sólo un dígito, hay uno que debe preocupar a las autoridades locales.

Me refiero a la caída que han experimentado sus niveles de aprobación ciudadana. Hace tres meses tanto la gestión del gobernador Rafael Moreno Valle como la del alcalde capitalino José Antonio Gali Fayad tenían más aceptación que rechazo. Hoy estos porcentajes se han invertido.

Según una encuesta, cuyo levamiento concluyó el 24 de mayo, el desempeño del Ejecutivo estatal es aprobado por el 46 % de los capitalinos y reprobado por el 50 %. En abril la aprobación del mandatario era de 50 puntos y la desaprobación de 46.

Con el presidente municipal los porcentajes se invirtieron en abril y mayo, pues la aprobación bajó de 49 a 45 % y la desaprobación subió de 45 a 49 puntos.

Quien de plano está en la lona es el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, cuya aprobación subió de abril a mayo apenas tres puntos al pasar de 18 a 21 %, pero su desaprobación se mantuvo en 77 %.

Otra firma encuestadora poblana revela que la forma de gobierno de Moreno Valle fue aprobada en mayo por el 40.7 % y desaprobada por el 52.3 %, y que la de Gali Fayad es aceptada por el 35.3 % de los ciudadanos de la capital y rechazada por el 52.4 %.

Esta empresa también pone por los suelos la forma en que gobierna el presidente Enrique Peña, pues esta fue aprobada por sólo el 18.3 % de los votantes del municipio de Puebla y reprobada por el 75.1 %, es decir, por tres de cada cuatro ciudadanos.

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Entre los consejeros y funcionarios del Instituto Electoral del Estado (IEE) corre el rumor de que la verdadera razón por la cual el consejero presidente Armando Guerrero Ramírez no se postuló para integrar el Organismo Público Local Electoral (OPLE) es porque carece de título y cédula profesional.

La especie ha cobrado carta de naturalidad después de que varios de ellos han ingresado el nombre del consejero presidente del IEE al portal del Registro Nacional de Profesionistas de la SEP sin encontrar rastros de su cédula profesional como licenciado en derecho.

En dicho portal a cargo de la Dirección General de Profesiones de la SEP sólo aparece un homónimo del consejero presidente, que es ingeniero electricista egresado del Instituto Politécnico Nacional.

La pregunta que a varios inquieta es cómo entonces los diputados locales lo eligieron presidente del IEE si carece de cédula profesional, violando la fracción V del artículo 81 del Código de Instituciones y Procesos Electorales que textualmente establece que para ser consejero electoral se requiere “Poseer título profesional y los conocimientos suficientes para el desempeño de su función”.

Para acabar con tanta suspicacia no estaría de más que Armando Guerrero hiciera público su título y cédula profesional y aclarara por qué este no aparece en el Registro Nacional de Profesiones.

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El crecimiento no esperado que el partido de Andrés Manuel López Obrador registra en las entidades comprendidas en la cuarta circunscripción electoral —Distrito Federal, Guerrero, Morelos, Puebla y Tlaxcala— ha comenzado a preocupar no sólo al gobernador Rafael Moreno Valle, sino a uno de sus principales candidatos a la Cámara Baja por la vía plurinominal.

Me refiero al ex secretario de Finanzas y Administración del estado, Roberto Juan Moya Clemente, quien figura en la novena posición de la lista de candidatos a diputados federales por el principio de representación proporcional de la cuarta circunscripción.

En los cálculos que se hicieron al momento de la elaboración de la lista, la novena posición no estaba en una franja de riesgo, pero siempre que la votación del PAN se ubicará entre el 21 y el 25%, lo cual ahora comienza a complicarse por el crecimiento del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en estados del centro y sur del país.

Y es que de acuerdo con las primeras proyecciones de expertos, con base en encuestas de intención de voto, Morena no sólo quita sufragios al PRD, sino también al PAN en entidades como Morelos, Puebla, Tlaxcala y el Distrito Federal.

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Pablo Fernández del Campo Espinosa recibió este lunes de manos de la secretaria general del CEN del PRI, Ivonne Ortega Pacheco, nombramiento como coordinador de Evaluación de Programas Electorales de la quinta circunscripción nacional, que comprende los estados de México, Hidalgo, Michoacán y Colima.

El diputado local y ex presidente del CDE ya estuvo trabajando directamente la semana pasada con el equipo de campaña de Ascensión “Chon” Orihuela Bárcenas, candidato del PRI a la gubernatura de Michoacán, y en los próximas días hará lo propio con el equipo del aspirante priísta a la gubernatura de Colima, José Ignacio Peralta Sánchez.

Ivonne Ortega le pidió a Pablo Fernández del Campo apoyar también a los priístas de Zacatecas, entidad que no pertenece a la quinta sino a la segunda circunscripción.

El principal objetivo de la Coordinación de Evaluación es supervisar el trabajo y los reportes de las estructuras electorales y de movilización con miras a la jornada del domingo 7 de junio. De los estados encomendados, Michoacán es sin duda es más complicado, pues en la puja por la gubernatura el PRI está abajo del PAN y del PRD.

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Fue la Universidad Autónoma de Tlaxcala la ganadora del concurso nacional de juicios orales organizado por la Asociación Nacional de Facultades y Escuelas de Derecho (ANFADE) y que tuvo como sede la capital del estado; el segundo lugar lo obtuvo la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, y el tercero el Instituto de Ciencias Jurídicas (ICI).

El ICI, por cierto, recibió el sábado del presidente del Consejo Nacional para la Acreditación Superior en Derecho (Confede), Máximo Carvajal, su reacreditación para el periodo 2014-2019.

En Puebla este reconocimiento sólo lo tienen la BUAP, la UPAEP y ahora el ICI encabezado por Germán Molina Carrillo.

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De los diez partidos políticos que a nivel nacional y local participan en las elecciones federales, sólo dos están en la lógica de ganar alguna de las 16 demarcaciones en que se divide la entidad poblana: el PAN y el PRI.

Los demás partidos políticos están en otra dinámica.

El PRD, por ejemplo, está en la lógica de mantenerse como la tercera fuerza política de la entidad, tratando de conservar su clientela electoral, incluso valiéndose de algunos desprendimientos del PRI en distritos como Zacatlán, Teziutlán, San Martín Texmelucan, Ciudad Serdán y Tehuacán, en los que optó por nominar a ex militantes priístas.

A su vez, el PVEM quiere aprovechar el proceso electoral y su alianza con el PRI (por los cinco u ocho puntos que puede sumarle) para hacer estructura e irse perfilando en la cuarta posición, aunque para ello tuviera que ceder sus candidaturas a priístas jóvenes como Graciela Palomares; light como Geraldine González Cervantes o sui géneris como el antorchista Juan Manuel Celis Aguirre, que difícilmente habrían sido postulados por su partido de origen.

Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, también está la línea de encumbrarse a la cuarta posición en esta jornada, cachando a los decepcionados del PAN y PRD, y sacando raja de la figura caudillista de su fundador y dos veces candidato presidencial en las elecciones de 2006 y 2012.

Los restantes cinco partidos podemos agruparlos en dos bloques.

En el primero estarían Nueva Alianza (NA), Movimiento Ciudadano (MC) y el Partido del Trabajo (PT), cuyo objetivo no es ganar un solo distrito en Puebla, sino garantizar su permanencia en futuras contiendas electorales, para lo cual necesitan conseguir, cada uno, al menos un millón de votos.

Dicha cifra representa el 3% de la votación nacional, considerando una participación del alrededor del 40% sobre un listado nominal de 83.5 millones electores, con corte al 27 de marzo del año en curso.

Este porcentaje del 3% equivale en Puebla a 50 mil votos.

A la luz de los resultados de la última elección federal de 2012, la meta no parece imposible, pues Nueva Alianza obtuvo más de 180 mil sufragios; Movimiento Ciudadano 40 mil 902, y el PT más de 104 mil.

En la elección intermedia de 2009, donde la participación electoral fue del 38.14%, NA logró más de 66 mil votos, MC 31 mil 776; y el PT más de 58 mil.

Por lo que hace al segundo y último bloque compuesto por el Partido Humanista y el partido Encuentro Social, ambos de nueva creación, su mayor y único objetivo es conservar el registro que el Instituto Nacional Electoral les otorgó el año pasado.

Ambos partidos también requieren de un millón de votos a nivel nacional o de 50 mil al menos en el estado de Puebla.

Conseguirlos localmente será toda una hazaña, considerando la escasa por no decir nula presencia que tienen en la entidad tanto sus dirigentes como sus candidatos a diputados federales, y que hay partidos como Movimiento Ciudadano con mayor trabajo y trayectoria política que en Puebla jamás han obtenido 50 mil sufragios.

MC, como ya se dijo, estuvo en 2009 a 19 mil votos de la meta, en 2012 a 10 mil.

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La designación de Fernando Morales Martínez como subsecretario de la SGG hay que leerla como un premio a sus múltiples servicios prestados al gobernador Rafael Moreno Valle, sobre todo en las últimas semanas en que se dedicó a reclutar a priístas para que fueran nominados como candidatos del PRD y Nueva Alianza.

Las traiciones del hijo del ex gobernador Melquiades Morales Flores al PRI no son nuevas, vienen desde que fue nombrado presidente del Comité Directivo Estatal del tricolor, en las elecciones de 2012, cuando el hoy presidente Enrique Peña Nieto fue enviado al tercer lugar en la entidad, por abajo de Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota.

Su nombramiento como subsecretario de Desarrollo Político y Participación Ciudadana no tendrá el propósito –como reza el boletín que se emitió para anunciar su designación– de facilitar el vínculo entre los Poderes del estado, las dependencias y los organismos descentralizados de la administración pública estatal con la ciudadanía.

No. Para nada. En realidad Fernando Morales se dedicará a hacer lo que ha venido haciendo en las últimas semanas: a operar las estructuras del gobierno a favor de los candidatos del PAN y en perjuicio de los abanderados del partido que dirigió e hizo gobernador a su padre en las elecciones locales de noviembre de 1998.

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Este miércoles Miguel Ángel Rodríguez obtuvo, con mención honorífica, el grado de doctor en Ciencia Política con la tesis Romanticismo alemán y la filosofía de la historia: tras las huellas del pluralismo de Occidente.

Fue evaluado por los doctores Francisco Gil Villegas, Gina Zabludovsky, María Teresa Martínez, Rosa María Lince y Ambrosio Velasco Gómez, en el edificio de posgrados de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM.

La investigación doctoral de Rodríguez analiza los efectos y la influencia del romanticismo alemán en el liberalismo demócrata y el pensamiento marxista.

Gil Villegas felicitó al profesor e investigador de la Maestría en Ciencias Políticas de la BUAP por la profundidad de su tesis y por lo bien redactada «aunque a veces al autor le gane el romanticismo».

El presidente del Jurado, Ambrosio Velasco, concluyó: Celebro una tesis de filosofía como esta sobre romanticismo alemán en una facultad como la de Ciencias Políticas de la UNAM.

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Ana Teresa Aranda ya no será candidata del PRI-PVEM

Entre algunos dirigentes y gobernadores priístas es cada vez más claro que el presidente Enrique Peña Nieto es quien en realidad alienta las aspiraciones de los mandatarios de Chiapas y Puebla, Manuel Velasco Coello y Rafael Moreno Valle, con miras a las elecciones presidenciales del 2018.

Según algunos análisis, la apuesta de Peña Nieto tiene el propósito de convertir a ambos en aliados políticos, ante la posibilidad de que Andrés Manuel López Obrador logre colarse a las boletas electorales de 2018, en las que se definirá al que será su sucesor en Los Pinos.

De acuerdo con esta hipótesis, Manuel Velasco y Rafael Moreno Valle no solo se dividirían, junto con el Peje, el voto opositor o anti PRI, sino que hasta le levantarían el brazo al abanderado priísta designado por Peña Nieto para sucederlo en la Presidencia.

Tal escenario conlleva varios riesgos:

1) Que la situación económica en general no mejore y eso repercuta en el deterioro de la imagen presidencial y por consiguiente del PRI, mermando de manera sustancial la intención del voto de los priístas en 2018.

2) Que el candidato electo por el grupo en el poder no sea bien recibido por los electores, o carezca del potencial de voto necesario para garantizar la permanencia del PRI en Los Pinos.

3) Que en la opinión pública permee la especie de que tanto Manuel Velasco como Rafael Moreno Valle son la versión ligth del PRI, aun cuando uno sea postulado por el PVEM y el otro por el PAN y que con ninguno de ellos habría un cambio de rumbo y de política económica, sino más de lo mismo.

4) Que López Obrador se erija como el candidato del cambio o el único capaz de sacar al PRI de Los Pinos y capitalizar el voto de castigo o de rechazo al régimen peñista en las elecciones de 2018.

Otra cuestión que puede ocurrir es que en el trayecto o en los años que restan para la próxima sucesión, Moreno Valle le gane la partida a Peña Nieto al construir una gran coalición opositora en la que participen el PAN, el PRD, el PT y hasta Nueva Alianza.

Tal como la que armó en Puebla para vencer al PRI en los comicios locales de 2010 o la que intentó hacer ahora en las elecciones federales de 2015 para que el PAN y el PRD se aliaran para ganar la mayoría en la Cámara Baja.

El gobernador de Puebla ya empezó por lo pronto a promoverse como el candidato idóneo que podría enfrentar a López Obrador y vencerlo en las urnas, y de ahí también el interés del tabasqueño de comenzar a desgastarlo haciéndole fama de autoritario y violador de derechos humanos.

EN CORTO

Algo pasó en los últimos días que llevó a la panista Ana Teresa Aranda Orozco a declinar la invitación que había recibido —y que había comenzado a valorar en serio— para ser candidata externa a diputada federal de la coalición PRI-PVEM.

Sin que se conozcan los detalles, trascendió que la ex directora del DIF y ex titular de la Sedesol en el gobierno foxista tomó la decisión de no participar como candidata a una curul en las elecciones del primer domingo de junio.

Hasta donde se sabe, la negativa de Ana Teresa obedece más bien a una cuestión ideológica y de principios que a un incumplimiento de quienes le aseguraban una curul en la próxima legislatura, al nominarla no sólo como candidata por el distrito 11 de Puebla, sino en los primeros lugares de la lista de plurinominales de la cuarta circunscripción.

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Por encima de siglas partidistas, los Alejo Domínguez se han convertido en una familia caciquil en la región de Zacapoaxtla.

Vea si no: Cupertino Alejo Domínguez, quien ha sido diputado federal y local por el PRI y Nueva Alianza, respectivamente, se desempeña ahora como delegado de la Secretaría General de Gobierno (SGG) en la Sierra Nororiental, posición que utilizó para hacerse presente en la mayoría de los informes de los presidentes municipales del distrito para apuntalar la candidatura de su hermano Hugo Alejo Domínguez, ahora como abanderado del PAN a una curul al Congreso de la Unión. Hugo Alejo ha sido dos veces legislador local, de 2005 a 2007 lo fue como miembro del PRI, y de 2011 a 2013 como integrante del PANAL.

El hijo de Hugo, Franz Alexander Alejo Sánchez, es presidente municipal de Xochiapulco con las siglas del PANAL, y el cuñado de Cupertino, José Antonio Romero Galaviz, es presidente municipal de Xochitlán de Vicente Suárez, gracias al PRI.

La parentela de Cupertino y Hugo Alejo Domínguez se extiende a otros ayuntamientos de la región, como los de Ixtepec y Zapotitlán de Méndez, donde sus parientes son regidores o funcionarios municipales.

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Cuentan que ante la posibilidad de algunos cambios en el ayuntamiento de Puebla, el jefe de la Sección Tercera de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, Sergio Arturo Montiel Hernández, ha comenzado a promoverse para un ascenso, aprovechando la supuesta cercanía que tiene con el alcalde capitalino José Antonio Gali Fayad, y la experiencia que le dio su paso por los ayuntamientos de San Martín Texmelucan y San Andrés Cholula.

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El estado de Tlaxcala podría convertirse en la primera arena política en la que se enfrenten electoralmente dos prospectos presidenciales para el 2018: el gobernador Rafael Moreno Valle y el dirigente nacional del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador.

Y el escenario de la contienda podría ser el distrito federal 1 de Tlaxcala con cabecera en Apizaco, por el cual contenderán el actual presidente municipal de Huamantla, el panista Alejandro Aguilar López, y el ex gobernador de esa entidad, Alfonso Sánchez Anaya, quien emigró del PRD a Morena.

El munícipe panista, quien ha sido dos veces presidente municipal de Huamantla, diputado federal y diputado local, es apoyado por el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, y el ex diputado federal, ex senador y ex gobernador tlaxcalteca tiene el total respaldo de López Obrador.

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Otro candidato a diputado federal del PAN en Tlaxcala que también tendrá el cobijo político del gobernador poblano en las elecciones del primer domingo de junio de este año es Miguel Ángel Polvo Rea, actual presidente municipal de Tlaltelulco, quien contenderá por el distrito 2 con cabecera en Tlaxcala de Xicohténcatl.

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A propósito de Tlaxcala.

Un aspirante priísta a la gubernatura de esa entidad que en las elecciones locales de 2016 podría buscar relevar a Mariano González Zarur es el actual delegado de la Secretaría de Gobernación federal en Puebla, Noé Rodríguez Roldán.

El susodicho ha sido presidente municipal de Calpulalpan, diputado local, secretario General de Gobierno de Mariano González Zarur y dirigente estatal del PRI.

Su nombramiento como delegado en Puebla de la Secretaría de Gobernación podría ser su prueba de fuego.

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¿Le suena el nombre de Benita Villa Huerta?

Sí, aquella que fue directora del Trabajo, diputada local en la LIII Legislatura, subsecretaria jurídica de la Secretaría de Gobernación del estado, secretaria general del PRI y candidata al Senado del PRD.

Pues le cuento que una fuente regularmente bien informada me hizo saber que la ex priísta podría reaparecer en alguna posición de la administración morenovallista, en el contexto de los ajustes y la reingeniería gubernamental que el mandatario estatal dará a conocer en la primera semana de marzo.

En lo personal la especie me parece inverosímil, pero se la comparto pues proviene de una fuente digna de crédito.

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La decisión de varios aspirantes priístas que de última hora declinaron a participar como candidatos a diputados federales tiene una explicación lógica: no perciben que la dirigencia nacional de su partido tenga el interés de confrontarse con el gobernador Rafael Moreno Valle.

De ahí que figuras como Nancy de la Sierra Aramburo, María Carmen Izaguirre Francos, Vanessa Barahona de la Rosa, y Juan Pablo Jiménez Concha entre otros, hayan optado por permanecer en sus cargos o delegaciones del gobierno federal antes que sufrir una derrota electoral.

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Cuentan que hasta el momento el único distrito, de los 16 en que se divide el estado, por el cual el gobernador Rafael Moreno Valle no dará gran batalla es el 14 con cabecera en Izúcar de Matamoros, por el cual será postulado el ex director general de Bansefi, Jorge Estefan Chidiac.

Los enterados aseguran que el mandatario estatal tiene claro que Jorge Estefan viene con el apoyo del presidente Enrique Peña Nieto y del secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, para llegar a una de las comisiones importantes de la Cámara Baja como podrían ser la de Presupuesto o la de Hacienda.

Por esa demarcación, la más grande del estado y una de las más grandes del país, sí será candidato Gerardo Islas Maldonado, dirigente estatal del Partido Nueva Alianza.

Gerardo Islas no será un contendiente de peligro en Izúcar de Matamoros, aunque sí podría alcanzar la segunda votación más alta en el distrito para ayudar al PANAL a conservar su registro nacional y justificar su inclusión en la segunda posición de la cuarta circunscripción plurinominal del país.

Islas Maldonado es un político que lo mismo le sirve al gobernador Moreno Valle que al presidente Enrique Peña Nieto, a quien incluso apoyó en su campaña presidencial del 2012 junto con el hermano del cantante Luis Miguel, Alejandro Basteri.

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Aunque no lo crea este miércoles varios de los diputados designados por sus respectivas fracciones para fijar la posición de su grupo parlamentario en torno al cuarto informe del gobernador Rafael Moreno Valle le enviaron su discurso al coordinador del grupo parlamentario del PAN, Jorge Aguilar Chedraui.

De manera que el gobernador Moreno Valle ya conoce de primera mano qué dirán de él y su gobierno mañana jueves en el Congreso del estado.

El lunes le platico si algunos diputados que iban a decir una cosa terminan cambiándola o matizándola para no agraviar al Señor de los Cerros.

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Tómelo con reserva pero ante las críticas de la escasa convocatoria que tuvieron sus actos del fin de semana en la entidad, Andrés Manuel López Obrador regresará a Puebla y San Pedro Cholula el miércoles y jueves de la semana entrante.

López Obrador tiene previsto visitar los penales de ambos municipios para exigir la libertad de los presos políticos ahí detenidos en el último año por oponerse o criticar algunas de las obras y proyectos del mandatario estatal.

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Este miércoles estuvo en Puebla el dirigente nacional de Movimiento Ciudadano (MC), Dante Delgado Rannauro, quien encabezó una mañanera reunión con grupo de 40 candidatos y dirigentes de este partido en la entidad.

Ahí trascendió que serán candidatos a diputados federales de MC Irma Ramos Galindo por el distrito 4 de Zacapoaxtla, Noé Peñaloza por el distrito 5 de San Martín Texmelucan, Luis Alberto Arriaga Lila por el distrito 9 de Puebla, Rodolfo Huerta Espinosa por el distrito 12 de Puebla y Javier Daniel Vargas Bello por el distrito 14 de Izúcar de Matamoros, entre otros.

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Quizás sin proponérselo, dado que su prioridad en estos momentos es construir una alianza entre el PAN y el PRD para derrotar al PRI en las elecciones federales de 2015, el gobernador Rafael Moreno Valle podría estarle haciendo el caldo gordo al partido de Andrés Manuel López Obrador: Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

La apuesta inicial del mandatario estatal —y así se lo hizo saber a ciertos dirigentes del PRI— no era entrar en una competencia electoral con el presidente Enrique Peña Nieto, sino llegar a un acuerdo por el cual los priístas pudieran ganar unas diputaciones y los panistas otras, de manera que los 16 distritos en que se divide la entidad pudieran repartirse de mutuo acuerdo.

Sin embargo, todo indica que ese escenario no se dará, no se sabe si por falta de voluntad de los priístas, porque el gobernador ha percibido cierta animadversión de la cúpula nacional priísta para concretar alguna negociación, o porque Moreno Valle ha visto en la crisis por la que atraviesa el gobierno de Peña Nieto una oportunidad de colarse en el 2018 con amplias posibilidades.

Desde el Senado, el gobernador poblano ha recibido algunas señales poco amigables, pues los senadores del PRI han cuestionado su actuación en el caso Chalchihuapan, el costo de ciertas obras como la ciclopista de la vía Atlixcáyotl y la contratación de algunos Proyectos de Prestación de Servicios (PPS) por montos millonarios que acotarán de manera significativa el margen de maniobra de los futuros gobiernos.

A la par es obvio que al mandatario estatal no escapa la percepción de debilidad que hoy envuelve al gabinete presidencial y tiene en la lona a los priístas tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el escándalo de tráfico de influencias o corrupción que enmarca la Casa Blanca de la primera dama, la creciente inseguridad, el estancamiento de la economía, la caída internacional en los precios del petróleo, el debilitamiento del peso frente al dólar, el descrédito internacional y las magras expectativas sobre el impacto de las reformas estructurales en el corto y mediano plazos.

Tan lejana ve el gobernador Moreno Valle la posibilidad de una negociación electoral con el PRI, que anoche mismo hizo que la nueva presidenta estatal del PRD, Socorro Quezada Tiempo, se retractara de sus declaraciones de horas antes, pronunciándose en contra de una alianza con el PAN en las elecciones federales del año entrante.

Por la noche tuvo que firmar, junto con el secretario general del Comité Ejecutivo Estatal del PRD, Carlos Martínez Amador, una solicitud dirigida a su dirigencia nacional para analizar la conveniencia de una alianza política electoral con otros partidos políticos. Y aunque en su petición jamás menciona al PAN, es obvio que esta lleva esa dedicatoria.

A la par, Moreno Valle ha instruido a su principal operador dentro del CEN del PAN, Eukid Castañón Herrera, para que genere una corriente de opinión favorable a las alianzas, en especial con el PRD, ya que de lo contrario el PRI no sólo se hará de la mayoría de la próxima Legislatura, sino del control político del país y de la próxima sucesión presidencial.

Una cuestión que el Ejecutivo estatal no ha valorado, o valorado mal, es que las alianzas o coaliciones han convertido al sol azteca en un partido sin identidad política ni ideológica, de manera que la afinidad del PRD con los grupos y organizaciones populares y de izquierda en Puebla es casi nula, por no decir inexistente.

Este vacío podría llenarlo en Puebla Andrés Manuel López Obrador y su partido.

De ahí mi hipótesis inicial de que el gobernador Moreno Valle podría estar fortaleciendo a Morena, quizás sin proponérselo, al convertir al PRD en un mero instrumento electoral al servicio de su proyecto político personal, en el que simplemente no tienen cabida las causas y luchas históricas de la izquierda poblana.

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Este martes los dirigentes del partido estatal Pacto Social de Integración —que encabeza Carlos Froylán Navarro Corro— celebraron con un desayuno y una comida el segundo aniversario de su constitución en Puebla. Al primer evento, en un hotel de la 31 Poniente y el bulevar Atlixco, acudieron incluso algunas autoridades estatales y municipales, mientras que al segundo, que tuvo lugar en un salón social del IMSS de La Libertad, los coordinadores regionales y municipales de este partido en la entidad.

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En la sombra, el exgobernador Mario Marín Torres ha comenzado a operar, a reunirse con distintos actores políticos de Puebla y la capital del país e incluso a construir puentes con quienes en el pasado reciente fueron de sus más severos críticos. Y no me refiero sólo al exrector de la BUAP, y expresidente municipal de Puebla, Enrique Doger Guerrero.

Los que lo conocen y han estado cerca de él en los últimos años, sostienen que Marín Torres mantiene una red de relaciones a lo largo y ancho de la entidad que importantes figuras nacionales y estatales quisieran aprovechar, para incidir de manera significativa en las elecciones federales de 2015 y en las locales de 2016.

Entre ellos el fundador y presidente del Consejo Nacional del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, a través de algunos operadores suyos en la entidad, como Jorge Eduardo Vázquez González, quien en la gestión gubernamental de Marín Torres se desempeñó como titular del extinto Instituto Poblano de la Juventud, y en las elecciones presidenciales de 2012 como coordinador de Defensa del Voto del excandidato perredista en el área metropolitana de Puebla.

Los enterados dicen que incluso hace un par de meses el exgobernador Marín se reunió en la Ciudad de México con algunos dirigentes de Morena, y que entre los operadores  del encuentro habría participado otro exgobernador de Puebla.

¿Será?

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Un dirigente del Partido Verde Ecologista de México que también anda en busca de una diputación en las elecciones federales del año entrante es Elieser Popocatl Castillo, quien en poco más de seis meses ha logrado afiliar a esta organización a más de 6 mil ciudadanos de la región de Atlixco.

Elieser Popocatl fue presidente del Comité Municipal Electoral de Puebla de la extinta Comisión Estatal Electoral, director general del Instituto Electoral del Estado, promotor e impulsor del Partido Ciudadano Anticorrupción que en 2012 tramitó su registro como partido estatal, y excandidato a diputado local del Partido del Trabajo en el distrito de Atlixco.

Actualmente es uno de los principales dirigentes regionales del PVEM, junto con la diputada local Geraldine González Cervantes, quien, como le comenté aquí hace unos días, podría ser la candidata en la que se materialice la coalición de su partido con el PRI en las elecciones federales de 2015.

En mi columna del pasado 15 de agosto, le informé que el PVEM iba a negociar con el PRI no uno sino dos distritos en el estado de Puebla. Ahora le puedo confirmar que estas demarcaciones serán la 13 con cabecera en Atlixco, y la 15 con cabecera en Tehuacán, y que las cartas del partido  verde serían Elieser Popocatl y Geraldine González.

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