Un detalle que hasta el momento no ha trascendido de la reunión de este miércoles, en la sede estatal del PRI, fue la pretensión de tres de los convocados —Enrique Doger Guerrero, Alberto Amador Leal y Charbel Jorge Estefan Chidiac— de incluir a Alejandro Armenta Mier en la lista de aspirantes a la gubernatura de Puebla.
Doger y Amador fueron los más insistentes. Le ponderaron su perfil, su juventud y experiencia, su militancia partidista, así como su conocimiento sobre la administración pública. En pocas palabras, le endulzaron el oído con el canto de las sirenas, en presencia de la delegada del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Mercedes del Carmen Guillén Vicente, mejor conocida como Paloma.
Diplomático, Armenta Mier agradeció los comentarios, y les repitió lo que a e-consulta le había declarado la víspera de la reunión: «Yo no juego en esta cancha, soy el árbitro, y como árbitro no puedo ponerme la camiseta de ninguno de los equipos en competencia«.
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Tres fueron los aspirantes priístas a la gubernatura de Puebla que más énfasis hicieron en la necesidad de que Blanca Alcalá Ruiz aclare públicamente si participa o no en la contienda priísta por la sucesión de Mario Marín Torres.
Los más insistentes en demandar una definición pública a la alcaldesa fueron Enrique Doger y Javier López Zavala, y en menor medida el exdiputado federal Alberto Amador.
Como ayer lo consignó el periodista Carlos Gómez en su columna Contrastes, algunos de los convocados al cónclave priísta criticaron el doble discurso de Blanca Alcalá, que un día declara que la gubernatura no está en su agenda política personal y al otro protesta por ser excluida del proceso de sucesión.
La coincidencia de Doger y Zavala en ese punto fue de lo más significativo, pues prácticamente en todos los demás —como la empresa que aplicaría la encuesta, la conveniencia de incluir a Armenta entre los aspirantes, la valoración diferenciada de los atributos y el método cualitativo para la selección de candidato— estuvieron en desacuerdo.
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Simón dice:
«Hay que atender no sólo a lo que cada cual dice, sino a lo que siente y al motivo porque lo siente».
Marco Tulio Cicerón (106 AC-43 AC). Escritor, orador y político romano.
