Con Moreno Valle, ¿gobernador, pondrá gobernador?
Anaya ganó pero no convenció en las internas del PAN
Dos delegados federales ya apoyan a Blanca Alcalá
Por lo que viene ocurriendo en el Partido Acción Nacional y en el gobierno del estado da la impresión qué el gobernador Rafael Moreno Valle no entendió el mensaje que los electores le enviaron en las pasadas elecciones, cuando él y su partido perdieron 9 de las 16 diputaciones federales en disputa.
Para ganar su sucesión, en los comicios locales de julio del próximo año, el gobernador no requiere que el próximo dirigente nacional del PAN le deba el favor, tampoco asumir plenamente el control del Comité Directivo Estatal a través de un incondicional suyo como Jesús Giles Carmona, ni sacar a sus críticos de la administración pública o cerrarles el paso para ocupar puestos de dirección partidaria o postularse a cargos de elección popular, como lo sería la próxima minigubernatura.
Lo que necesita en realidad es ganarse a la sociedad, a los votantes, sean o no simpatizantes del PAN, y dar a los ciudadanos la confianza de que el candidato que sea nominado por este partido o una coalición amplia será alguien que pueda mejorar su trabajo y corregir sus yerros, y no una marioneta que perpetúe su gestión después de que ésta concluya en enero de 2017.
De qué puede servirle a Moreno Valle y a su delfín, el alcalde José Antonio Gali Fayad, tener el control local y nacional del PAN, si este partido ha perdido la imagen, la identidad, los atributos y valores que lo caracterizaban como una opción de gobierno diferente al PRI; si los ciudadanos ven que sus gobiernos y autoridades repiten las mismas prácticas y vicios que ofrecieron combatir en campaña; si se muestran insensibles a las protestas y reclamos de la población por cobros excesivos en las tarifas del agua potable y transporte público, por las fotomultas y el pésimo servicio de los nuevos Centros de Verificación.
De qué manera el gobernador puede recuperar la confianza de la población en su administración si los nuevos encargados de la Seguridad Pública no se distinguen por respetar los derechos humanos, si el gobierno sigue llenándose de funcionarios fuereños, si la supuesta reestructuración profunda que ofreció en su gabinete es gatopardismo puro, si los cambios sólo son pan con lo mismo.
Si Moreno Valle ya perdió las elecciones federales, que en buena medida fueron un plebiscito o referéndum de su gestión, también puede perder los comicios locales, y no porque su favorito a sucederlo, el alcalde José Antonio Gali, sea un mal candidato, sino porque éste no se percibe como un candidato que quiera el cambio o hacer algo diferente, sino como la continuidad del que termina pero quiere prolongar su periodo a costa de su sucesor.
Si en Puebla la historia reciente ha mostrado que gobernador no pone gobernador y a veces ni siquiera candidato, por qué con Moreno Valle y Gali Fayad la conclusión tendría que ser distinta. Lo sería, quizás, si los niveles de aprobación, confianza y popularidad del mandatario fueran altos, lo que no es así desde ya algunos meses.
EN CORTO
A reserva de un comentario más amplio, una vez que se tengan los resultados oficiales de la elección interna del PAN, lo que se puede decir del contundente triunfo de Ricardo Anaya Cortés en Puebla y el resto del país es que éste ya se esperaba, lo mismo que la reacción de su contrincante Javier Corral Jurado de no admitir su derrota y de pretender judicializar el proceso.
Lo ocurrido en Puebla ya también se había anticipado. Los “nuevos panistas” que inflaron el padrón de miembros del partido en el estado de 13 mil a 34 mil fueron objeto de movilización y acarreo en los centros de votación que se instalaron en la capital y en otros puntos de la entidad.
En suma: Ricardo Anaya ganó ampliamente la elección, pero sin convencer a los verdaderos panistas de que su triunfo cambiará las cosas en el partido, de que Moreno Valle ni Gustavo Madero serán sus titiriteros, y de que con él en la dirigencia nacional el PAN logrará la unidad, la renovación y la regeneración que requiere para recuperar la confianza ciudadana de cara a las próximas elecciones locales y federales.
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Este domingo en el municipio de Atempan algunos delegados del Gobierno de la República ya dieron color sobre quién les gustaría que fuera el candidato del PRI a la gubernatura de Puebla en 2016.
Al menos Román Lazcano Fernández, delegado de la SEDATU, se pronunció a favor de la senadora Blanca Alcalá Ruiz en el marco de una reunión partidista a la que acudieron mujeres, jóvenes y personas de la tercera edad de la región.
El funcionario federal dijo al micrófono que el mejor cuadro del PRI para gobernar Puebla es Blanca Alcalá.
A la reunión acudieron además el delegado del INAPAM, Malco Ramírez y otros dirigentes priístas de la región.
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El presidente municipal de Nopalucan, el priísta Rogelio Roque Torres, ya volvió a organizar bailes populares con recursos del ayuntamiento, que se convierten en jugosos negocios particulares para él.
Sin embargo se sabe que entre algunos regidores y funcionarios municipales estos bailes cayeron como patada al hígado, por los recortes de personal que viene haciendo el ayuntamiento.
Los detractores de Rogelio Roque dicen no entender por qué si no hay dinero y tienen que ser despedidos 33 empleados y los regidores bajarse el sueldo 10 por ciento, el munícipe contrató en un millón de pesos a tres grupos musicales: Ángeles Azules, Banda Limón y Junior Class.
Y tampoco por qué en lugar de bajar en 500 mil pesos las participaciones de Nopalucan, mejor se investiga la realización de obras fantasma, cada una por 567 mil pesos, como un camino en la junta auxiliar de Santa María Ixtiyucan.
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