El fantasma y el influyente

Un personaje que dentro de la Procuraduría General de Justicia del estado es tan influyente como el subprocurador fantasma José Carlos Proal Diez de Urdanivia es su hermano José Francisco, de los mismos apellidos.

Así como aquél se da el lujo de despachar y atender los asuntos más relevantes de la PGJ desde una oficina contigua a la del Procurador, pese a no haber acreditado en dos ocasiones el examen de control de confianza, su hermano José Francisco puede reactivar demandas por delitos no sólo que ya preescribieron, sino que en su momento fueron desechadas por instancias federales.

Al menos así lo hizo con la demanda por fraude que promovió Andrés Cerecedo Cervantes en contra de los dueños de la Universidad Interamericana, alegando que éstos adquirieron terrenos en Lomas de Angelópolis con recursos de la institución, de la cual también fue socio.

Lo paradójico del caso es que aunque los tiempos no cuadran, eso no ha sido obstáculo para que José Francisco Proal haga caminar el asunto, valiéndose de su hermano el subprocurador y de otros jueces amigos suyos.

Andrés Cerecedo demandó en 2010 a su cuñado Jesús Ángel Ortega Zamora, director de la Universidad Interamericana y socio mayoritario de ésta.

En su demanda, argumentó que Ortega Zamora y otros accionistas de la Universidad se hicieron de varios terrenos en la zona donde se construyeron las nuevas instalaciones de la institución, allá por Lomas de Angelópolis, mismos que pusieron a su nombre.

No deja de resultar extraño que esta querella se haya presentado después de 20 años, pese a que en Puebla la ley dice que el delito por fraude expira a los dos años.

Andrés Cerecedo dejó de ser socio de la Universidad Interamericana en 1989; la escritura del primer terreno que Ortega Zamora y sus demás socios adquirieron en la zona de Lomas de Angelópolis data de 1993; y la demanda por fraude que aquél presentó en la PGJ es de 2010.

Pero lo más raro de este asunto, que ya incluso se ventiló en juzgados federales donde Andrés Cerecedo perdió un juicio de amparo en contra de su cuñado, es que en la PGJ sigue vivo gracias a los buenos oficios de José Francisco Proal y de su hermano —José Carlos Proal—, que despacha como subprocurador pese a no tener oficialmente ese nombramiento.

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