LA CORTE DE LOS MILAGROS

Incierto, el futuro de la izquierda

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Andrés Manuel López Obrador ha sido, sin duda, la figura política más importante de la izquierda en los últimos años. En él se han apoyado el PRD, el PT y el MC para acrecentar su presencia en diferentes estados y ciudades del país, así como para elevar su representación en el Congreso de la Unión.

Pero, paradójicamente, es también el personaje que podría fracturarla después de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tepjf) valide la elección presidencial y declare a Enrique Peña Nieto presidente electo.

La unidad que hasta el momento han mostrado los dirigentes nacionales de los partidos que postularon a López Obrador difícilmente podrá mantenerse una vez que su impugnación sea desechada y éstos tengan que optar entre reconocer y negociar con Peña Nieto o no hacerlo por considerarlo un presidente ilegítimo.

El Peje, además, tendrá que decidir si el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) busca su registro como partido político nacional; si opta por involucrarse en la construcción de un partido frente que incluya al PRD, al PT, al MC y a Morena; o si abandona la vida pública para irse a La Chingada —su finca rústica del estado de Chiapas—, dando oportunidad a otras figuras.

Lo peor que le podría ocurrir a la izquierda mexicana —que a partir de septiembre será la segunda fuerza en la Cámara de Diputados con 136 legisladores— es dividirse en dos o más bloques, cada cual con su agenda política o legislativa: por un lado aquellos que no reconozcan a Peña Nieto y se mantengan como una oposición radical y sistémica; y por otro, quienes opten por negociar y pactar acuerdos y reformas.

Conciliar estas dos posiciones no será nada fácil, y menos si los dirigentes del PRD —partido que más se benefició con diputados y senadores— advierten que López Obrador persiste en la idea de convertir a Morena en su propio partido y en privilegiar su agenda personal sobre un conjunto de reformas y demandas de la izquierda para democratizar los medios, sobre todo los electrónicos; acotar a los poderes fácticos, como el duopolio de las televisoras; y terminar con los privilegios de las grandes empresas en materia fiscal y laboral.

Si la izquierda se fractura por la mezquindad de algunos de sus dirigentes después del fallo del Tepjf, el mesianismo de López Obrador, el colaboracionismo de Los Chuchos o la incapacidad de sus coordinadores legislativos de agruparse en un solo bloque parlamentario, lo más probable es que el PAN le coma el mandado.

En otras palabras: que el PRIAN (la simbiosis del PRI y el PAN en el Congreso) sea quien marque la agenda política y legislativa en el primer tramo del gobierno de Peña Nieto.

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Simón dice:

“Las oportunidades son como los amaneceres: si uno espera demasiado, se los pierde.”

William George Ward (1812-1882) Escritor y teólogo inglés.
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