La posibilidad de pedir licencia como presidente municipal de San Pedro Cholula para ir como candidato a la gubernatura de Puebla, en los comicios locales del año próximo, pudo haber sido la causa que destrabó en el Congreso del estado la iniciativa de Ley de Ingresos de José Juan Espinosa Torres.

Para el edil cholulteca, no es desconocido que hoy la principal preocupación del gobernador Rafael Moreno Valle consiste en generar las condiciones necesarias para que el alcalde de la capital poblana, José Antonio Gali Fayad, se convierta en su sucesor.

Y que en los comicios locales del 2016 la victoria de Gali Fayad, frente a la priísta Blanca Alcalá Ruiz, se complicaría si surgen otros candidatos que aunque no tengan posibilidades de ganar la mini gubernatura dividan o fracturen el voto de los electores contrarios al PRI.

Esa es, por ejemplo, la preocupación de los morenovallistas sobre la eventual candidatura de Ana Teresa Aranda como candidata independiente. Esta difícilmente podría derrotar en las urnas a Gali Fayad o Alcalá Ruiz, pero sí arrebatarle unos tres o cuatro puntos al primero, lo que en una elección tan cerrada –como la que se espera– podría ser la diferencia entre llegar y no llegar a Casa Puebla.

Aunque los detalles de la reunión de más de una hora entre el gobernador Moreno Valle y el alcalde José Juan sólo los conocen ellos, no resulta descabellado especular que ambos además de analizar los pros y contras de la Ley de Ingresos de Cholula y los públicos desacuerdos que han tenido en diversos asuntos, hayan puesto sobre la mesa el tema electoral.

No creo que Moreno Valle desaprovechara la reunión para reprocharle a José Juan Espinosa su abierto apoyo a la ex panista Ana Teresa Aranda y a los grupos que en torno a ellos vienen construyendo una candidatura más anti morenovallista que independiente.

Y tampoco creo que José Juan Espinosa no amagara al Ejecutivo con promover una controversia constitucional si el Congreso insistía en rechazar su Ley de Ingresos o lanzándose a la arena electoral como candidato a la mini gubernatura, teniendo el respaldo del líder nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado y de algunos dirigentes de Morena como Ricardo Monreal y el mismo Andrés Manuel López Obrador.

No me dejas más alternativa que participar en la elección de 2016 como candidato, habrían sido las palabras del presidente de San Pedro Cholula al gobernador Moreno Valle antes de que este instruyera a sus operadores en el Congreso local a aprobar la Ley de Ingresos de José Juan Espinosa, pese a que la Comisión de Hacienda había rechazado el dictamen respectivo.

La especulación así planteada no es descabellada. Ya el tiempo se encargará de confirmarla o desmentirla.

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A propósito.

Este miércoles el presidente municipal de San Pedro Cholula fue de pisa y corre a Guadalajara, donde se reunió con el dirigente nacional de su partido, Dante Delgado.

De acuerdo con algunos testigos viajó por Aeromar en el vuelo 101 que lo trajo de regreso a Huejotzingo, con salida de las 19:05 del aeropuerto internacional de la perla tapia.

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Este jueves el presidente municipal de Puebla, José Antonio Gali Fayad, recibirá un nuevo reconocimiento, ahora de manos de Sergio Garza, Business Manager en México de Lloyd’s Register Quality Assurance (LRQA).

Se trata de la certificación ISO 9001:2008 solicitada por la Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo (SDEyT) para sus procesos de atención al público en las áreas de Vinculación Laboral, Asesoría y Registro para la Apertura de Empresas y el Sistema de Gestión de la Calidad.

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Si algo puso en evidencia la aprobación fast track de la Reforma Energética fue la enorme fragilidad de los partidos de izquierda y su gran dependencia de figuras caudillescas como Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Andrés Manuel López Obrador.

No solo fueron incapaces de hacer de lado sus diferencias para llegar a un entendimiento mínimo en torno a una sola consulta ciudadana, sino de ponerse de acuerdo para presentar iniciativas y proyectos alternativos a los pactados por el PRI y el PAN.

La izquierda mexicana careció de argumentos y datos duros para ganar el debate público y de estrategias que obligaran al llamado PRIAN a introducir candados legales que evitaran lo que tanto teme con las modificaciones a los artículos 25, 26 y 27 constitucionales.

Su mayor error es que no pudo ni supo involucrar a la sociedad en esta polémica tan trascendente sobre la industria eléctrica y petrolera, para que los ciudadanos se polarizaran y se definieran por uno u otro modelo. Se quedó en los slogans propagandísticos y en las consignas panfletarias del ‘No a la privatización de Pemex’.

Después de los desmanes y excesos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en la Ciudad de México y otras entidades como Chiapas y Oaxaca, sus llamados a bloquear la Cámara de Diputados o el Senado para impedir la aprobación de la Reforma Energética, lo menos que generaron fue desconfianza y cierta repulsa social.

Quizá ello explica la escasa asistencia a los cercos convocados por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Reforma y San Lázaro, sin la presencia del infartado López Obrador o las famélicas marchas y actos de resistencia civil a que llamó el PRD a través del jefe en turno de Los Chuchos, Jesús Zambrano Grijalva.

Para desfortuna de Ricardo Monreal y Martí Batres, Morena mostró que está lejos de ser un partido organizado y estructurado, o con principios ideológicos y posturas programáticas bien definidas. Se evidenció como una agrupación dependiente y al servicio de un líder o un caudillo.

El PRD se vio todavía peor, pues una cosa es la que decía su fundador y líder moral Cuauhtémoc Cárdenas, y otra la que hacía Jesús Zambrano o Jesús Ortega en Los Pinos o en las reuniones del Pacto por México.

Así como a Morena le pegó el ataque cardiaco que sufrió López Obrador, al PRD le hizo falta el oficio parlamentario y la capacidad de negociación o chantaje que mostró su coordinador parlamentario en la Cámara alta, el senador Luis Miguel Barbosa, durante la discusión de la Reforma Hacendaria.

En uno y otro caso, lo que se evidenció es la falta de cuadros de la izquierda y la incapacidad de sus dirigentes para implicar y comprometer a amplios sectores sociales en acciones de resistencia pacífica que obliguen a las autoridades a negociar unos cambios por otros.

O alguien me podría explicar ¿Qué obtuvo el PRD a cambio de su respaldo al Pacto por México y la Reforma Hacendaria más allá de la permanencia de sus actuales dirigentes al frente del sol azteca?

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