La caballada de prospectos parece escasa, al menos en el PAN
Ningún gobernador ha salido del gabinete estatal o el Congreso local
¿De dónde saldrán los candidatos que Rafael Moreno Valle tratará de perfilar para la llamada minigubernatura, en 2016, y para la gubernatura y presidencia municipal de Puebla, de 2018?
¿Esos candidatos saldrán de su grupo compacto o echará mano, como ha sucedido hasta ahora, de otros aliados?
¿Qué tanto esos aliados le garantizan la vigencia de su proyecto político transexenal?
Tales interrogantes vienen a cuento por la evidente falta de cuadros del grupo gobernante de cara a las elecciones federales que se aproximan y la imperiosa necesidad que tendrá de preparar su sucesión gubernamental, asunto del que — por cierto— se escribirá y se hablará cada vez más, como tradicionalmente ocurre en el cuarto año de gestión de un mandatario.
La historia política de Puebla nos dice que los últimos gobernadores de la entidad no han salido del gabinete de su jefe y tampoco del Congreso local, sino del gobierno federal o del Congreso de la Unión (preferentemente el Senado).
Veamos:
Moreno Valle antes de ser candidato a la gubernatura era senador; Mario Marín, fue presidente municipal de Puebla y antes dirigente estatal del PRI; Melquiades Morales Flores también salió del Senado; Manuel Bartlett era secretario de Educación y antes de su postulación titular de una oficina creada exprofeso por la Sedesol para arraigarlo a Puebla.
Mariano Piña Olaya era diputado federal, amigo y compañero de aulas universitarias del presidente Miguel de la Madrid, además fue presidente de la Gran Comisión y presidente de la Comisión de Honor que desaforó a Jorge Díaz Serrano en la LII Legislatura del Congreso de la Unión.
Y Guillermo Jiménez Morales, para no hacer más largo el recuento, también fue diputado federal en la LI Legislatura del Congreso de la Unión, dirigente estatal del PRI y amigo de uno de los políticos más influyentes en el sexenio lopezportillista, Gustavo Carbajal Moreno.
¿La historia con Moreno Valle será diferente? ¿Se romperá aquella máxima poblana de que gobernador no pone gobernador?
A ciencia cierta no lo sabemos, lo que sí nos consta es que los políticos clave que podrían perfilarse como sucesores del actual mandatario estatal no están en el Senado y tampoco en la LXII Legislatura de la Cámara de Diputados.
Javier Lozano Alarcón, el único senador panista de Puebla, sí es un aliado político del gobernador Moreno Valle, pero no tanto como para convertirlo en su sucesor, pues sabe –en primera instancia— que la popularidad de éste entre los poblanos es mínima, por lo que no ganaría una elección, pero además que Lozano sería un personaje difícil, muy difícil, de controlar y manejar ya sentado en la silla de gobernador.
De los cinco diputados federales del PAN —Blanca Jiménez Castillo, Julio Lorenzini Rangel, María Isabel Ortiz Mantilla, Néstor Gordillo Castillo y Rafael Micalco Méndez— no hay uno sólo que tenga la proyección, el carisma o la popularidad para contender por la gubernatura en 2016 o el 2018.
Quizás la única excepción sería Rafael Micalco, y eso porque es presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, lo que le daría la posibilidad de contar al menos con una estructura y una red de apoyos en una centena de municipios de la entidad.
¿A quiénes podría promover el gobernador Moreno Valle como diputados federales en los comicios de julio de 2015, con la intención de perfilarlos como posibles sucesores para la minigubernatura del año siguiente o la gubernatura de seis años de 2018?
De los miembros de su gabinete, la lista de prospectos se reduce a uno o dos secretarios. El primero sería el contralor Eukid Castañón Herrera, quien no disfruta de una gran popularidad o liderazgo. El segundo sería Mario Rincón González, quien en la gestión morenovallista ha sido subsecretario de Gobernación, encargado del Consejo Estatal de Seguridad Pública, secretario de Desarrollo Social, diputado local por el distrito de Amozoc y secretario con permiso de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial.
Los otros prospectos tendrían que salir de la LIX Legislatura local que acaba de comenzar, y entre ellos estarían Jorge Aguilar Chedraui, Irma Patricia Leal Islas y Pablo Rodríguez Regordosa, es decir, los mismos de siempre.
Unos más podrían surgir del ayuntamiento de Puebla o el cabildo que encabezará José Antonio Galid Fayad. Por ejemplo Mario Riestra Piña, quien será nombrado secretario general, y el regidor Ángel Trauwitz Echeguren, quien se desempeñó en los primeros dos años de la administración estatal como secretario de Turismo.
Otra figura que también podría ser candidata a una diputación federal es la presidenta del DIF estatal y esposa del gobernador Moreno Valle. Martha Erika Alonso no sólo goza de buena imagen entre la ciudadanía, sino que además consejera estatal del PAN y futura integrante del Comité Directivo Municipal. ¿Quién querría enfrentársele en un distrito de la capital poblana?
Esos son los cuadros del gobernador. Ahora usted dígame a quién le ve tamaños para la minigubernatura de 2016 o la gubernatura de 2018.
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