* El voto de los indecisos será el que defina la elección

* Zavala y Marín se fueron de campaña a Oaxaca

Una mala estrategia, que el dirigente estatal del PRI, Alejandro Armenta Mier, advirtió en su oportunidad, fue la de presumir la delantera de 20 puntos que algunas encuestas le daban a los candidatos de la Alianza Puebla Avanza sobre los de la coalición opositora Compromiso por Puebla, al arranque de las campañas. 

Y es que era lógico que en la medida que el proceso avanzara para llegar a los comicios del 4 de julio, esa ventaja se iba a estrechar.

El problema para los estrategas priístas que participan en el cuarto de guerra, es que esta considerable diferencia, se acortó —al menos en el imaginario colectivo, con la difusión de las encuestas de Roheinsen Marketing & Consulting y de Opina Consultoría Estratégica—en la primera semana de campaña.

Situación que, por un lado, obligó al candidato del PRI a la alcaldía capitalina, Mario Montero Serrano, a pronunciarse en contra de la encuestitis aguda, que él mismo alentó con la filtración de la encuesta de Indicadores, según la cual iniciaba su campaña sacándole 18 puntos de ventaja a su contendiente de la coalición Compromiso por Puebla, Eduardo Rivera Pérez.

Y por otro lado, al candidato a gobernador de la Alianza Puebla Avanza, Javier López Zavala, a descalificar las encuestas de Roheinsen y Opina, y a declarar que la ventaja sobre su adversario Moreno Valle incluso se había incrementado de 23 a 24 puntos en el interior del estado, y de 17 a 19 puntos en el municipio de Puebla.

A estas alturas del proceso, los priístas cometerían un grave error si se confían de las encuestas que los ubican en la delantera o si minimizan a sus rivales de la coalición opositora.

Una cosa es que los opositores al PRI tengan que remar contra la corriente y cargar con los costos y efectos de la crisis económica y la inseguridad pública, y otra muy diferente que en la medida que transcurra la campaña sean incapaces de articular un discurso que ponga a los electores ante el dilema de votar por un cambio con rumbo o por más de lo mismo.

Hasta el día de hoy, los priístas tienen la fortuna de que los candidatos de la coalición Compromiso por Puebla no han logrado atraer la atención de los votantes, ni de polarizarlos con propuestas concretas y realistas, ni de involucrarlos de manera activa en la contienda electoral.

Hasta ahora su apuesta se ha centrado más en la forma, en el fondo, en la imagen, en las fotografías, en los anuncios espectaculares y en la propaganda destinada a la calle y a los medallones de autobuses y vehículos.

Su estrategia encaminada a conseguir que en esta elección, los votantes optaran entre el cambio y el continuismo marinista poco ha funcionado, pues el cambio que ofrecen suena hueco, a promesa vana. Lo mismo que sus propuestas, que distan poco de las de sus homólogos de la Alianza Puebla Avanza.

Otra circunstancia que juega en su contra, es que en estos comicios, a diferencia de otros, el PRI ya no es el partido de concentra el voto de rechazo o de castigo, sino el PRD y el PAN, y que el gobierno de Mario Marín Torres es mejor percibido que el del presidente Felipe Calderón Hinojosa, en términos de aprobación, eficacia y eficiencia.

Si López Zavala y Mario Montero quieren mantenerse a la cabeza de las preferencias, lo primero que deben hacer —además de dejarse de presumidos— es olvidar los cuatro, siete, dieciocho o veintantos puntos de ventaja que dicen tener, para ir a la conquista de los indecisos, de los switcher, que son los que definirán esta elección.

Una constante en todas las encuestas que hasta ahora se han publicado es que tres de cada 10 electores aun no definen por qué partido o coalición votarán.

Lo anterior significa que independientemente de lo que hoy reflejen las encuestas, la victoria de los candidatos de la Alianza Puebla Avanza o de la coalición Compromiso por Puebla dependerá en buena medida de quién gane el voto de los indecisos, que hoy representan un tercio de los electores que han manifestado su disposición de salir a las urnas el próximo domingo 4 de julio.

EN CORTO

Este domingo, el gobernador Mario Marín Torres y su candidato a sucederlo, Javier López Zavala, estuvieron juntos en el inicio de campaña del candidato del PRI a la gubernatura de Oaxaca, Eviel Pérez Magaña, acto al que acudieron las figuras más representativas del priísmo nacional como la diputada federal Beatriz Paredes Rangel y el senador Manlio Fabio Beltrones Rivera.

Por esta razón, en la agenda del abanderado priísta al gobierno de Puebla no se incluyeron eventos públicos, sino privados.

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Esta semana, el Tribunal Electoral del Estado resolverá sobre el recurso interpuesto por el Partido Acción Nacional en contra de la alianza formada por el PRI y el PVEM, por usar como denominación para estos comicios parte del slogan publicitario del gobierno del estado: Puebla Avanza.

El caso tiene muy nervioso al magistrado Antonio Oropeza Barbosa, pues sabe que si falla en contra de la alianza priísta estaría traicionando a quienes lo han sostenido en el Tribunal Electoral, pero que si resuelve en contra del PAN este partido se sumará a las voces que exigen su remoción, para permitir el regreso de Germán Alejandro López Brun a dicho tribunal.

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Algo raro pasa en la Secretaría de Salud.

Primero el secretario José Alfredo Arango García se encabritó cuando aquí se publicaron los nombres de quienes sería removidos, el martes se le pidió a José Mariano Casas Sánchez su renuncia como jefe del Departamento de Relaciones Laborales y Desarrollo de Personal, lo mismo a su jefa Georgina Hernández Chávez, que sería designada en su lugar, y el miércoles por la tarde la instrucción fue que todos siguieran en sus puestos, como si nada hubiera pasado.

Y este fin de semana corrió el rumor de que Carlos Alvarado está siendo impulsado por los principales proveedores de la Secretaría, Rafael Zavalza Veraza y Genaro Castillo Gómez, coludidos con el director de Administración y Finanzas, Jaime Isidro Rosas Castillo, para ser nombrado director como director de Operación e Infraestructura.

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Este domingo, antes del mediodía, el representante del PAN ante el Instituto Electoral del Estado, Rafael Guzmán Hernández, sufrió un accidente cuando un automóvil lo impactó de frente sobre el boulevard San Felipe, a la altura del boulevard Hermanos Serdán.

Tras el percance, del que Rafael Guzmán salió ileso, salvo por algunos golpes menores, fue trasladado al Hospital La Paz para una revisión más detallada.

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El candidato de la coalición opositora a la alcaldía de Francisco Z. Mena, el convergente Víctor Sosa, será sustituido este lunes por Emilio Solís Barbiaux, ante las sospechas de que su principal impulsor, el presidente municipal Marciano Hernández Hernández, no está haciendo lo suficiente para apoyarlo.

Según esta versión, el edil Marciano Hernández «Chano» mantiene ciertos vínculos con el candidato de la Alianza Puebla Avanza a la gubernatura, el priísta Javier López Zavala, que le impedirían apostarse con mayor firmeza y lealtad con la coalición Compromiso por Puebla.

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Simón dice:

«La confianza es madre del descuido.»

Baltasar Gracián (1601-1658) Escritor español.

En su comparecencia ante el pleno del Congreso del estado, el secretario de Salud, José Alfredo Arango García, no sólo ocultó información a los diputados, sino mintió sobre las compras que por más de 300 millones de pesos autorizó en agosto pasado en beneficio de dos proveedores de la dependencia: Rafael Zabalza Veraza y Genaro Castillo Gómez.

Para empezar las compras no se asignaron mediante un concurso por invitación, como dijo, sino en forma directa a empresas que él mismo escogió, y que efectivamente forman parte del padrón de proveedores de la dependencia.

En la orden de pedido y en los contratos suscritos por la Secretaría de Salud y las empresas beneficiadas con las millonarias compras, siempre se asentó que se trataba de adjudicaciones directas.

De hecho, en todos los pedidos aparece la clave AD, que en el lenguaje de la burocracia estatal significa Adjudicación Directa, no concurso por invitación.

Otra mentira —dicha como verdad a medias en su comparecencia—, fue que las referidas compras directas por más de 300 millones de pesos se habían hecho a nueve empresas y no a dos, como aseguró al legislador panista Andrés Ricardo Macip Monterrosas.

De entrada, las empresas beneficiadas tampoco fueron 9, sino 10: Grupo Naciomex, Electromedicina Asere, Soluciones Integrales en Biomedicina, Equipos y Servicios Hospitalarios Kolko, Alfredo Nava Domínguez, Profesionales IEMC, Farmacias Nacionales, Integraf, Grupo Pacif y Consorcio Forta.

Sólo que de estas diez empresas, las únicas que no pertenecen a Rafael Zabalza ni a Genaro Castillo son las últimas cuatro, que en conjunto se llevaron 33 millones de pesos.

Las otras seis empresas, de las cuales son propietarios Zabalza y Castillo a través de diferentes testaferros o prestanombres, se llevaron el grueso de las compras: 278 millones 352 mil 720 pesos.

El primero obtuvo por adjudicación directa contratos por 210 millones 327 mil 969 pesos, y el segundo por 68 millones 24 mil 751 pesos.

Una mentira más de Alfredo Arango fue su afirmación, en el sentido de que la Secretaría de Salud no mantenía ninguna relación de complicidad o compromiso con constructor o proveedor alguno.

Si ello fuera cierto, el secretario debía explicar entonces quién le recomendó a su jefe de Mantenimiento en la Secretaría de Salud, Emilio Etchegaray Velasco, o cómo éste puede tener un Ford Mustang último modelo —de la agencia Mylsa de Puebla— con un sueldo de jefe de Departamento o por qué permite que funcionarios del sector salud laboren en compañías de Rafael Zabalza y Genaro Castillo.

¿Nombres?

Con mucho gusto:

René Hernández Tecanhuey, coordinador de equipo médico de la Secretaría de Salud y asesor de las empresas Electromedicina Integral Asere, Importadora y Servicios Hospitalarios Guarapo y Profesionales IEMN, en licitaciones de mantenimiento correctivo en equipo médico.

Rubén Vega Ramos, jefe del Departamento de Mantenimiento y Servicios Generales del Hospital para el Niño Poblano, y empleado de Rafael Zabalza en Grupo Iruña.

Raymundo Cortés Mino, coordinador de radiocomunicación de la Secretaría de Salud, y empleado en distintos proyectos de Zabalza y Castillo.

Carlos Zayas, quien fue llevado como jefe de Almacén y luego fue regresado al Hospital Psiquiátrico.

Homero Ancheyta (o Ancheita) del Río, a quien se le encargó la justificación jurídica de las millonarias compras directas hechas por la Secretaría de Salud a finales del año pasado.

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Simón dice:

«Hay hombres cuya conducta es una mentira continua».

Barón de Holbach (1723-1789). Filósofo francés.

* Sin licitación, Arango adjudica 300 millones a dos proveedores

* Rafael Zabalza y Genaro Castillo sobrefacturan compras

Ahora que este martes comparezca ante el Congreso del estado el secretario de Salud, José Alfredo Arango García, ojalá explique por qué adjudicó casi 300 millones de pesos de manera directa a dos proveedores —Rafael Zabalza Veraza y Genaro Castillo Gómez—, pero sobre todo por qué pagó sobreprecios en varios de los insumos, medicamentos y equipos que adquirió en el último cuatrimestre del año pasado.

Según reportes de la propia Secretaría de Salud, a las empresas de Rafael Zabalza — Grupo Naciomex, Electromedicina Integral Asere, Soluciones Integrales en Biomedicina, y Equipos y Servicios Hospitalarios Kolko— se le adjudicaron sin que mediara licitación pública 210 millones 327 mil pesos, y a las compañías de Genaro Castillo —Alfredo Nava Domínguez y Profesionales IEMC— 68 millones 24 mil pesos.

Ambos proveedores, de quienes ya nos hemos ocupado en anteriores entregas, siguen siendo los consentidos de la Secretaría de Salud. Lo eran con el primer secretario del ramo en el sexenio marinista, Roberto Morales Flores, y lo continúan siendo ahora con Alfredo Arango, pero con mayor descaro.

Otros proveedores a los que también se les hicieron compras directas —al margen de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público Estatal y Municipal— son Farmacias Nacionales, Juan Esperón Fuentes, Juan Catarino Hipólito y Gabriel Rico.

A Farmacias Nacionales se le adjudicaron compras directas por 12 millones 676 mil pesos; a Juan Esperón por 11 millones 885 mil; a Juan Catarino por 5 millones 26 mil pesos; y a Gabriel Rico por 3 millones 348 mil pesos.

Sin embargo, lo más delicado no son tanto las adquisiciones directas, al margen de la normatividad vigente, sino los sobreprecios que la Secretaría de Salud pagó por varios de los artículos, utensilios, medicamentos y equipos médicos que le fueron surtidos.

De los muchos productos y artículos que la dependencia encabezada por Alfredo Arango adquirió con sobrecosto, le enlisto a continuación algunos ejemplos.

Refrigeradores para vacunas, con clave 533.786.0034. Estos fueron comprados en forma directa a razón de 129 mil 500 pesos, cuando en realidad valen menos de 20 mil pesos.

De estos refrigeradores, 27 fueron facturados por la empresa Profesionales IEMC, de Genaro Castillo, en más de 4 millones de pesos; y 4 por la compañía Soluciones Integrales en Biomedicina, de Rafael Zabalza, con la factura 0088.

Espejos ginecológicos vaginales, con claves 537.375.0321 y 537.375.0305, cuyas piezas valen menos de 100 pesos, pero que la Secretaría de Salud pagó a 1,100 pesos, de acuerdo con la factura 1575 de Profesionales IEMC.

Más de 400 fórceps dentales, con 16 claves diferentes, que fueron pagados al doble o triple de su precio con las facturas 1866, 1867 y 1868 a Genaro Castillo a través de la empresa Alfredo Nava Domínguez.

Más de 40 mil jarabes multivitamínicos, por los cuales la Secretaría de Salud pagó con fondos del Seguro Popular en 2 millones 701 mil pesos, a razón de 67.50 pesos el frasco, cuando éstos mismos jarabes pueden adquirirse en el mercado a menos de 50 pesos.

La lista de productos, equipos y demás insumos es muy grande, aunque no del tamaño de los abusos y las corruptelas de los funcionarios y proveedores de la Secretaría de Salud, que ha sido una de las peores en la administración de Mario Marín Torres, primero con Roberto Morales, luego con Antonio Marín y López y ahora con Alfredo Arango.

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Simón dice:

«Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella».

Joan Baez (1941-?) Cantante estadounidense de música de protesta.

“No hay peor ciego que el que no quiere ver”, y eso es precisamente lo que pasa con el contralor del estado, Víctor Manuel Sánchez Ruiz, quien ayer, para variar, desestimó las denuncias que hizo el secretario de Salud Roberto Morales Flores, y las que se han hecho en contra de éste, atribuyéndolas a diferencias personales y no a cuestiones de corrupción.

En la Secretaría de Salud claro que hay corrupción, y claro que hay auditorías en proceso, aunque no para sancionar a los responsables, sino para encubrir los abusos y desvíos de quienes los han cometido.

Si el contralor dice que en la Secretaría de Salud no hay corrupción, ni problemas que afecten la operación de la dependencia, sería bueno que explicara entonces por qué hay desabasto de medicinas en las jurisdicciones sanitarias, y al mismo tiempo se sacan de ahí 52 toneladas de medicamentos y material de curación caducados, contaminados o echados a perder.

Por qué la Tesorería de la Federación está exigiendo a la Secretaría de Salud la devolución de 47 millones de pesos de recursos no ejercidos en 2007 más 1 millón 102 mil pesos por concepto de intereses.

O cómo van las auditorías que lleva a cabo su dependencia sobre los pedidos y pagos que se hicieron a favor de Comercializadora Sevilla S.A. de C.V., y José Arturo Cedeño Díaz, por los contratos GESFAC-192/2007 y GESFAC 158/2007 sobre el suministro de papelería y ropa desechable por montos de 21 millones 187 mil pesos y 29 millones 509 mil pesos, respectivamente.

Y por qué su coordinador de delegados, Vicente Gil Díaz, acepta invitaciones a comer, en horas de oficina, con los principales proveedores de la Secretaría de Salud como Rafael Zabalza Veraza y Genaro Castillo Gómez.

¿No será que la corrupción también lo salpica?

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Aunque finalmente Luis Paredes Moctezuma ya no se presentó el martes a denunciar ante la Procuraduría General de la República al ex dirigente nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos, por traición, sedición, rebelión, sabotaje, terrorismo y conspiración en perjuicio del Estado mexicano, de buena fuente le puedo confiar que el ex alcalde de Puebla está siendo alentado por la actual dirigencia nacional panista –entiéndase Germán Martínez Cázares– para golpear a Espino y sus aliados yunquistas.

Y en ese contexto no le extrañe que el mismo Paredes sea el medio para terminar con el vergonzoso amasiato que mantienen el presidente Felipe Calderón Hinojosa y el gobernador Mario Marín Torres, ahora que se acercan las elecciones federales y la sucesión gubernamental.

Un dato que me permite arribar a esta conclusión es la demanda que, finalmente, ya no presentó Luis Paredes en contra Manuel Espino, en la que también incluía al gobernador Mario Marín como cómplice del ex dirigente nacional del PAN, en las elecciones del 2006, y como aliado de algunos jefes locales de El Yunque, que pretendían enviarlo a la cárcel por supuestos actos de corrupción cometidos durante su gestión como alcalde de la capital poblana.

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Para denunciar y hacer del conocimiento de las autoridades federales la forma en que la Dirección Regional del INEGI, a cargo de Jorge Valdovinos Espinosa, viene contratando a personal directivo de este Instituto, la semana pasada se hizo llegar a la Oficina de la Presidencia de la República y a la Secretaría de la Función Pública esta queja, que ya se investiga:

“Con el pretexto de la autonomía del INEGI, la Dirección Regional con sede en Puebla, ha empezado a realizar nombramientos de funcionarios en puestos que de acuerdo a la Ley del Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública Federal, tendrían que haber  sido concursados y fueron realizados por designación de las autoridades del INEGI.

“La semana pasada el M.V.Z. Jorge Valdovinos Espinosa, Director Regional (Calle Italia 75 Centro Comercial Plaza San Pedro, Puebla, Puebla, tel  01 22 23 00 41,  e-Mail jorge.valdovinos@inego.org.mx), presentó como la nueva Directora de Estadística (nivel directora de área) a la Mtra. Margarita Romero Centeno ( margarita romero@ inegi.org.mx), y a la Subdirectora  María Agustina Costa Genazzi ( maria.costa@ inegi,org.mx) y a un nuevo Jefe de Departamento, nombramientos que de acuerdo a lo mencionado en la Ley arriba mencionada, deben ser concursados.

“De acuerdo a la Ley que establece la autonomía al INEGI, menciona que debe nombrarse una Junta de Gobierno, misma que establecerá la normatividad interna, entre otras, la de recursos humanos, a no haberse nombrado esta Junta, la Casta Dorada de la burocracia del INEGI, realiza el acomodo de sus piezas, para seguir manteniéndose con el control del INEGI.

“Uno de los principales cuestionamientos del personal del INEGI, ante estos nombramientos es el de que la nueva Subdirectora no pasa un examen de capacidad mínimo para ocupar este puesto, ya que, del manejo de la computadora solo sabe el de los juegos especialmente el del solitario”.

La denuncia en cuestión no sólo quedó registrada bajo el folio 36422, sino que su autora recibió, con fecha viernes 25 de julio, el acuse correspondiente por parte de la Oficina del Presidente Calderón.

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Para mayor información sobre el tema principal de hoy, le recomiendo se remita a las siguientes columnas:

Roberto Morales Flores, acotado, pero sigue en Salud

Dudas metódicas

Salud, mafia de proveedores

¡Ay Dionisio!

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Ayer le comentaba que se recibió en mi oficina un sobre color manila, de parte de una persona de entre 35 y 40 años que no quiso identificarse, con información interesante sobre proveedores y funcionarios de la Secretaría de Salud involucrados en pingües negocios.

En las 10 hojas tamaño carta contenidas dentro del sobre se describen de manera cronológica algunos cambios y nombramientos al seno de la Secretaría de Salud, y el rol que han jugado algunos proveedores con esos funcionarios, ya sea en su ascenso o en su caída.

A grosso modo, el informe se centra en tres funcionarios, que en distintos momentos, fueron designados como contrapeso del secretario Roberto Morales Flores. Ellos son Marco Antonio Rivera Martínez, quien fue separado de la Dirección de Operación e Infraestructura; Alejandro del Castillo Ávila, quien por unos cuantos meses fue nombrado coordinador de Administración y Finanzas; y Leopoldo Eusa Dobbie, quien actualmente despacha como director de Operación e Infraestructura.

Y en tres proveedores que, todavía hoy, siguen haciendo millonarios negocios con la venta y renta de equipo médico, hospitalario y de oficina, con contratos y pólizas de servicios de mantenimiento y con suministro de todo tipo de bienes a la Secretaría de Salud: Rafael Zabalza Veraza, Dionisio Rodríguez y Genaro Castillo Gómez.

El documento dedica especial atención en el último de los proveedores y su intrincada red de corrupción, tejida en más de un sexenio y que involucra, según esta denuncia anónima, a una docena de funcionarios de la Secretaría, entre los que figuran el secretario, jefes de departamento, almacenistas y recepcionistas.

Además se acompaña de un mensaje a este reportero y de una presunta carta enviada en enero de 2006 a Fortino Morales Pacheco, jefe de la Unidad de Comunicación Social de la Secretaría de Salud, en la que se advierte sobre la existencia de un video que registra una conversación de negocios entre Genaro Castillo y el entonces diputado local Fernando Morales Martínez.

El anónimo, cuya información aún corroboro con funcionarios y ex funcionarios de la Secretaría de Salud, es rico en detalles sobre los padrinos políticos de los proveedores y su modus operandi.

Según estas mismas fuentes, Rafael Zabalza se mete al año entre 250 y 300 millones de pesos por la venta y renta de equipos médicos y hospitalarios por conducto de distintas empresas en las que no siempre aparece como socio, pues se vale de diferentes prestanombres.

Lo curioso es que las empresas de Zabalza únicamente le trabajan al sector salud en Puebla.

Lo mismo sucede con el compadre de Roberto Morales, Dionisio Rodríguez, que opera a través de dos compañías: D R Sagitario y Comercializadora Sevilla, y con Genaro Castillo que tiene operando a más de diez empresas como proveedoras de la Secretaría de Salud, que lo mismo arreglan un refrigerador o dan mantenimiento a computadoras y aparatos de oficina, que surten de equipo e instrumental médico a las clínicas y hospitales de las jurisdicciones sanitarias.

Conservadoramente, Dionisio Rodríguez y Genaro Castillo se embolsan cada año, sólo como proveedores del sector salud, no menos de 50 millones de pesos, descontando por supuesto lo que salpican hacia arriba, hacia abajo y a los lados.

Pronto le tendré más información.

Correos electrónicos: rruiz@e-consulta.com.mx y periodistasoy@hotmail.com