Un diputado local priísta que no oculta sus preferencias políticas entre el gobernador Rafael Moreno Valle y el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, es el cetemista Leobardo Soto Martínez.

Para comprobarlo sólo hay que visitar su oficina, en la planta alta del edificio de la Federación de Trabajadores de Puebla (FTP), para darse cuenta que en la pared principal, justo detrás de su escritorio, luce un cuadro con la foto oficial del gobernador Moreno Valle.

Por cierto.

Cuentan que el pasado 15 de enero, con motivo del tercer informe del mandatario estatal, Leobardo Soto bromeó con sus compañeros de fracción sobre los costos económicos que tendría para él y su organización la intervención de la diputada priísta Silvia Tanús Osorio en el Congreso del estado.

En tono de lamento, dijo que los cinco minutos que duró tendrían un costo altísimo, en clara alusión a los contratos que después de ésta dejaría de recibir por parte del gobierno del estado en las obras de construcción de la planta de Audi en el municipio de San José Chiapa.

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Cuatro fueron los diputados federales poblanos del PRI que el sábado 1 de febrero se ausentaron en la apertura del Segundo Periodo Ordinario de Sesiones del Congreso de la Unión: Carlos Sánchez Romero, Enrique Doger Guerrero, José Luis Márquez Martínez y Filiberto Guevara González.

La sesión de instalación duró apenas cinco minutos, y a esta acudieron sólo 317 de 500 diputados y 89 senadores de un total de 128.

El Segundo Periodo concluye el 30 de abril y en las 30 sesiones ordinarias deberán desahogarse las leyes secundarias de las reformas constitucionales en materia de telecomunicaciones, competencia económica, energética y política-electoral.

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La distancia entre el senador Luis Miguel Barbosa Huerta y la corriente de Los Chuchos, también llamada Nueva Izquierda, es cada vez más ancha, lo que en Puebla podría provocar una recomposición de los grupos perredistas, en detrimento de los operadores locales de Jesús Zambrano Grijalva y Jesús Ortega Martínez.

Se sabe que a nivel nacional el senador poblano ha tenido algunos desencuentros con los dirigentes de Nueva Izquierda y que estos (los desencuentros) han estado a punto de costarle la coordinación del grupo parlamentario del PRD en la Cámara alta.

Las diferencias entre Luis Miguel Barbosa y el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano, han propiciado un acercamiento natural entre el senador poblano y la corriente política de René Bejarano Martínez y la senadora  Dolores Padierna Luna, Izquierda Democrática Nacional (IDN).

Este acercamiento en Puebla podría favorecer al regidor saliente David Méndez Márquez, quien con el apoyo de IDN pretende hacerse de la presidencia estatal del PRD, en sustitución de Eric Cotoñeto Carmona.

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Mientras la dirigencia nacional y estatal del PRI no pase del dicho al hecho –es decir, de los amagos a las sanciones y expulsiones–, sus militantes y diputados seguirán traicionando a sus dirigentes y candidatos, como ocurrió hoy en el Congreso del estado durante la aprobación de reformas a la Ley del Agua, que abre la puerta para que el Soapap y otros organismos operadores de agua sean concesionados a la iniciativa privada.

La militancia priísta no es tonta y ya se percató de que sus dirigentes ladran pero no muerden, pues si lo hicieran ya habrían expulsado del partido a personajes como Fernando Morales Martínez, Javier López Zavala, Enrique Doger Guerrero, José Luis Márquez Martínez o Filiberto Guevara González, que le han jugado las contras al PRI, aliándose electoralmente con el gobernador Rafael Moreno Valle.

Si estos distinguidos cuadros priístas ni siquiera han sido amonestados de manera pública por el Comité Ejecutivo Nacional o el Comité Directivo Estatal, ¿Por qué tendrían que ser sancionados los legisladores del tricolor que este día se ausentaron del Congreso —Zenorina González Ortega, de Xicotepec y Elvia Suárez Aguirre, de Acatzingo— o quienes votaron a favor de la iniciativa de reformas del gobernador del estado —Juan Manuel Jiménez García, de Ciudad Serdán y Ramón Felipe López Campos, de Izúcar—?

¿Qué es peor: traicionar al PRI en elecciones o votar a favor una iniciativa del gobernador? La respuesta es obvia.

Cierto es que se reunieron en el CEN con la secretaria general Ivonne Ortega Pacheco, y que ésta les indicó que tendrían que votar en contra. También que en Puebla su delegado presidente, Pablo Fernández del Campo, les repitió lo mismo; y que hasta lo acompañaron en una conferencia de prensa, pero también que el gobernador Moreno Valle, a diferencia de sus dirigentes partidistas, no deja pasar las traiciones ni las deslealtades.

¿O me equivoco?

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Ahora que Alfonso Esparza Ortiz ya logró mantenerse, sin mayores problemas, en la rectoría de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, y que en octubre habrá elecciones de director en varias unidades académicas, sería bueno que aproveche estos procesos para deshacerse de personajes que mucho daño hacen a la institución con sus prácticas antidemocráticas y nepotistas.

Un botón de muestra es el director de la preparatoria urbana “Enrique Cabrera Barroso”, Benjamín Pérez Romero, quien pretende prologar su ya de por sí larga y torpe gestión, de casi una década, imponiendo a su hermano Augusto como sucesor por un periodo de cuatro años.

Benjamín llegó como director interino con el apoyo del director de la Facultad de Derecho, Guillermo Nares Rodríguez. Luego fue electo para un periodo de cuatro años y luego reelecto para otros cuatro, que se cumplen por estos días, pero traicionando a su padrino político dentro de la Universidad.

Convertido al agüerismo, Benjamín cobijó a familiares que contrató como profesores y administrativos en la preparatoria “Enrique Cabrera”, y que hoy son su principal soporte para perpetuarse en la dirección de esta unidad académica, en la cual laboran dos de sus hermanos —Augusto, el ya mencionado, y Flaviano, de apellidos Pérez Romero—, su hija Xóchitl Ivett Pérez Godínez, su cuñada Laura Godínez y otra pariente más de nombre Gloria.

Su ambición está provocando el resurgimiento del Narismo en la preparatoria, sobre todo después de una serie de presiones contra los profesores y alumnos que no apoyan su intentona de mantenerse en la dirección a través de su hermano.

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Ahora que es del dominio público que el empresario Armando Prida Huerta cayó de la gracia y los afectos del gobernador Rafael Moreno Valle y su compacta burbuja, valdría la pena comentar que a la par de este distanciamiento también rompieron su compromiso de matrimonio la hija de aquél, Estefanía Prida Noriega, y el director general de Puebla Comunicaciones y experto en branding, Marcelo García Almaguer.

De acuerdo con fuentes confiables, Estefanía Prida incluso ya le devolvió a Marcelo García su anillo de compromiso.

Con este distanciamiento, los rumores acerca del nombramiento del cercano funcionario morenovallista como director nacional de las ediciones de Síntesis han dejado de correr en la redacción de este rotativo.

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 A juzgar por la lista de prospectos priístas a diputados al Congreso del estado por los 26 distritos de la entidad, la próxima legislatura no será mejor que la saliente.

La mayoría de los nombres ventilados hasta el momento como candidatos a integrar la LVIII Legislatura local son pipitilla. 

No sólo se trata de hombres y mujeres que resultan desconocidos para los electores, sino de políticos de bajo perfil y con escasos, por no decir, nulos méritos profesionales o académicos.

Lo más que se conoce de varios de los candidatos a diputados del PRI son sus vínculos familiares y afectivos con políticos de más peso o trayectoria.

O dígame si no el mayor mérito del candidato a diputado por el distrito 1, Víctor Manuel Carreto Pacheco, es ser hijo del eterno líder sindical del Suterm, Víctor Manuel Fernández de Lara.

O qué virtud tiene la candidata a diputada por el distrito 2, Xitlalic Ceja García, más allá de ser la esposa del compadre y paisano de Javier López Zavala, el subsecretario de la SCT, Lázaro Jiménez Aquino.

O si la candidatura de Silvia Argüello de Julián, por el distrito 3, no depende más de una recomendación del hijo mayor del gobernador Mario Marín, que de su trayectoria o cualidades como política de nuevo cuño.

O qué pueden aportar al quehacer legislativo personas como María Luisa Conde Montaño, propuesta por el distrito 4 de Puebla; Edgar Salomón Escorza, por el distrito 7 de San Martín Texmelucan; Ana Bertha Cervantes Munguía, por el distrito 8 de Cholula; o Ricardo Urzúa Rivera, por el distrito 25 de Huauchinango.

O qué obra de valía realizaron en sus municipios, donde fueron alcaldes, Filiberto Guevara González, propuesto por el distrito 10 de Izúcar de Matamoros; Félix Alejo Domínguez, por el distrito 14 de Tehuacán; Julián Isidro Camarillo, por el 17 de Tecamachalco; Juan Manuel Jiménez, por el distrito 19 de Ciudad Serdán; y Juan Antonio Martínez, por el 21 de Teziutlán.

Para consultar la lista de aspirantes del PRI a diputados haga clic aquí.

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El candidato de la coalición opositora a la gubernatura de la entidad, Rafael Moreno Valle Rosas, no sólo se ha convertido en el gran elector de candidatos a presidentes municipales, sino en el fiel de la balanza en las intensas y complicadas negociaciones de los dirigentes partidistas que integran la alianza Compromiso por Puebla.

De hecho, cuando Moreno Valle deja de acudir a estas juntas de los dirigentes del PAN, PRD, PANAL y Convergencia, regularmente se empantanan o suspenden la reunión por falta de acuerdos.

Cuando asiste, en cambio, las discusiones y desacuerdos no desaparecen pero logran zanjarse de manera pragmática, aunque no siempre en estricto apego a lo que se firmó en el convenio de coalición total de la alianza Compromiso por Puebla.

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Tremendo pancho armó el domingo por la noche el flamante delegado de la Procuraduría Agraria, Roberto Grajales Espina, cuando amenazó y agredió a un empleado del Comité Directivo Estatal del PAN, de nombre Leobardo Mendoza, por suponer que éste hacía trampa en la elección interna de candidatos a diputados de representación proporcional, en perjuicio de Blanca Jiménez.

Testigos de los hechos refieren que Boby Grajales se puso como energúmeno al ver que del vehículo de Leobardo Mendoza descendía uno de los presidentes de estructura municipal cargando un paquete electoral diferente al que aquél llevaba.

En su rabieta, el delegado de la SRA arrancó el asiento y la alfombra del auto del empleado del Comité Estatal, al tiempo de proferirle toda clase de insultos y amenazas, que aquél aguantó de manera estoica, lo que evitó un escándalo mayor a las puertas de las oficinas del PAN de la colonia Bugambilias.

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Simón dice:

«La gente, en general, soporta mucho mejor que se hable de sus vicios y crímenes, que de sus fracasos y debilidades».

Conde de Chesterfield (1694-1773) Político y escritor inglés.