A dos semanas de las elecciones para renovar la dirigencia nacional del PAN, es difícil anticipar quién será el ganador.

La incertidumbre es tal que hasta el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto ha optado por aguantar unos días las leyes secundarias que tiene pendientes de aprobación en el Congreso de la Unión mientras concluye el proceso interno del PAN.

De qué le serviría a Peña Nieto pactar con el grupo de Gustavo Madero Muñoz las leyes reglamentarias en materia político-electoral, telecomunicaciones y energética, si éste pierde las elecciones o las gana el grupo de su opositor Ernesto Cordero Arroyo.

La decisión del gobierno federal de  esperar el resultado de la contienda panista sólo confirma una cosa: que Gustavo Madero no va en caballo de hacienda, con todo y que se diga que éste domina las estructurales del partido, a través de gobernadores y alcaldes y los presidentes de los principales comités estatales y municipales.

Varios son los factores que alimentan esta incertidumbre electoral:

1. La noticia del retiro temporal de Gustavo Madero para someterse a una repentina intervención quirúrgica de columna. Cirugía que, según el equipo de campaña del chihuahuense, estaba programada desde hace tiempo, pero que hubo necesidad de practicar este viernes, a 15 días de la jornada electoral.

2. El talante y las actitudes de Ernesto Cordero y Gustavo Madero durante y después del debate del martes pasado en la sede nacional del PAN. Mientras el exsecretario de Hacienda insiste en repetir el ejercicio incluso por televisión abierta, el exdirigente nacional panista se muestra esquivo ante la posibilidad de un segundo debate.  Los expertos en lenguaje corporal aseguran que en la transmisión por internet, el senador con licencia se vio con un semblante cálido y relajado, a diferencia del chihuahuense, quien se mostró nervioso y hasta molesto por las críticas recibidas.

3. El resultado de varias encuestas aplicadas a militantes y simpatizantes del PAN, en las que Ernesto Cordero aparece por arriba de su contrincante o con una ventaja más holgada de que tenía cuando arrancó el proceso interno del PAN a mediados de marzo.

4. El nerviosismo y desesperación que muestran algunos operadores del equipo de Gustavo Madero por asegurar a como dé lugar una votación favorable para su candidato en los municipios, distritos y estados encomendados, al grado que algunos de ellos han tenido que pedir licencia, hacerse los enfermos o descuidar sus responsabilidades políticas o legislativas, en aras de entregar buenas cuentas electorales.

EN CORTO

Si de algo careció el llamado Encuentro Internacional de la Izquierda Democrática, que tuvo lugar este sábado en el Complejo Cultural Universitario de la BUAP, fue precisamente de figuras representativas de la izquierda a nivel nacional o latinoamericana.

Fuera de Los Chuchos de Nueva Izquierda, y de algunos estudiantes universitarios, los intelectuales y personajes identificados con la ideología socialista, comunista o la socialdemocracia estuvieron ausentes, al menos en Puebla.

De acuerdo con las notas y fotos que se han publicado, los figuras más sobresalientes del evento fueron: Jesús Ortega Martínez, exdirigente nacional del PRD; Carlos Navarrete Ruiz, exsenador y aspirante a la dirigencia nacional perredista; Luis Maldonado Venegas, exdirigente nacional de Convergencia y actual secretario General de Gobierno en el estado de Puebla, y Mauricio Merino Huerta, profesor- investigador del CIDE.

La convocatoria de Los Chuchos fue tan mediocre que hasta sus otrora aliados locales —el senador Luis Miguel Barbosa y el dirigente estatal del PRD, Eric Cotoñeto Carmona— se ausentaron de los trabajos, al igual que la diputada federal Roxana Luna Porquillo y los tres de los cuatro diputados locales de este partido: Carlos Martínez Amador, Carlos Ignacio Mier Bañuelos y Socorro Quezada.

El único legislador que se hizo presente Julián Rendón Tapia.

El Encuentro Internacional de la Izquierda Democrática fue tan irrelevante en Puebla que hasta los organizadores tuvieron que echar mano de algunos empleados de la SGG y militantes priístas como Alberto Jiménez Arroyo para que Luis Maldonado pudiera tomarse una foto con los asistentes a su conferencia “La Prospectiva de la Socialdemocracia”.

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Uno de los grandes hoyos negros de las finanzas públicas del estado son los rendimientos financieros.

Para tener acceso a esta información pública, no hay Ley de Transparencia que funcione.

La respuesta que invariablemente da la Secretaría de Finanzas —cuando se le requieren datos sobre la compra de Cetes y otros instrumentos de renta fija, así como sobre los intereses y ganancias que obtiene por sus cuentas bancarias e inversiones bursátiles—, es que esa información es reservada, confidencial.

Lo grave del caso es que esta confidencialidad se presta a toda clase de abusos y triquiñuelas.

A manera de ejemplo, citaré dos casos.

Uno ya conocido y protagonizado por el mismo secretario de Finanzas del estado, Gerardo María Pérez Salazar, quien invierte el dinero del gobierno en Casa de Bolsa Vector, empresa de la fue director general y en la cual labora su señora esposa, Margarita Rojas Palacios.

En febrero pasado, en el marco de su comparecencia ante la LVII Legislatura del Congreso del estado, Pérez Salazar dijo a los diputados que Vector ofrecía al gobierno una tasa de rendimiento del 9%, según él, la más alta del mercado.

Para comprobarlo se le formuló una solicitud de información, donde se le pedía detallar los rendimientos otorgados por Vector y otras casas de bolsa e instituciones bancarias contratadas por el gobierno del estado. Fue entonces cuando el funcionario decidió clasificar esa información como reservada para los próximos doce años.

¿Y la transparencia? ¿Y la rendición de cuentas?

¡Bien, gracias!

Un segundo caso está relacionado con el reintegro de 47 millones de pesos, solicitado por la Secretaría de la Función Pública al gobierno del estado después que esos recursos, provenientes del programa Procedes, no fueron aplicados en la construcción de un hospital integral en Cuetzalan, asunto que ayer le comenté.

En el reporte elaborado por la Dirección General de Operación Regional y Contraloría Social se menciona que, el 14 de diciembre de 2007, la coordinación del programa Procedes depositó a una cuenta de los Servicios de Salud del estado 47 millones de pesos, recursos que dos meses después fueron transferidos a otra cuenta de la Secretaría de Finanzas y Administración del estado, pero no así los intereses generados en ese lapso.

¿Qué pasó con el rendimiento financiero de esos 47 millones de pesos? Es algo que ni la propia Secretaría de la Función Pública sabe.

Lo único cierto, y que puede leerse en el reporte de auditoría, es que los 47 millones de pesos depositados en la cuenta número 4041779273 de HSBC, a nombre de los Servicios de Salud, generaron intereses por 61 mil 712 pesos, y que éstos no fueron transferidos a la cuenta 65-50215633-5 de Banco Santander cuando, el 15 de febrero de 2005, se hizo el traspaso de esa partida a la Secretaría de Finanzas.

¿Dónde quedaron esos 61 mil pesos por concepto de intereses?

No lo sé. Y la verdad es que, para saberlo, tengo que esperar doce largos años a que esa información, hoy reservada, sea desclasificada.

¡Vivan la transparencia y la rendición de cuentas!

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Este día no se olvide de felicitar a Enrique Doger Guerrero por su cumpleaños número 51. Debo decirle que, a diferencia de otros aspirantes a la gubernatura, el ex presidente municipal de Puebla no hará una gran comilona o festejo.

Doger celebrará su cumpleaños en corto, con el personal Instituto Nacional para el Desarrollo Municipal y la Alfabetización (Indema), y más tarde con su familia.

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Este martes estarán de visita en Puebla funcionarios de la Auditoría Superior de la Federación, para iniciar una investigación en materia de transparencia en cada uno de los municipios de más de 70 mil habitantes.

El primer municipio donde los auditores federales harán acto de presencia es Tehuacán.

Sobre este tema, hoy martes el subsecretario de Control y Supervisión de la Sedecap, Alberto Jiménez Arroyo, ofrecerá una conferencia de prensa.

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Seis son los poblanos que forman parte de la Comisión Deliberativa que cocina las reformas que serán aprobadas por la XX Asamblea Nacional del PRI, a celebrarse este fin de semana en Aguascalientes.

Ellos son: Antonio Hernández y Genis, Alejandro Gallardo Arroyo, Alejandro Armenta Mier, Pablo Fernández del Campo Espinosa, Alberto Amador Leal y Luis Ángel Carrasco Gasca.

Todos ellos se trasladarán este martes al Centro Mexicano Libanés de la ciudad de México, donde serán sometidos a su consideración los predictámenes que serán votados en las mesas de estatutos, declaración de principios y programa de acción que se instalarán en la asamblea nacional priísta.

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