LA CORTE DE LOS MILAGROS

Luna llena de octubre y los cambios de humor de Zavala*

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Por Martín Ruiz*

Estoy seguro que la luna llena del lunes anterior generó la media vuelta de Javier López Zavala a su «congruente decisión» de declinar por el secretario de Desarrollo Social (Sedeso), Juan Carlos Lastiri Quirós, cuya causa ya convoca a la cargada, con la CTM por enfrente, tan predecible como tenía que ser.

Veinticuatro horas después fue víctima de una amnesia tan aguda que, pasó por alto las emotivas palabras en los Girasoles de Cholula, ante medio centenar de alcaldes y diputados, electos y en funciones.

 

Ante miradas incrédulas de reporteros, el ex abanderado tricolor primero negó haber protagonizado tal declinación y, hasta atizó el fuego desconociendo la reunión esa del lunes, de la que se limitó a dar largas, hasta el viernes 29, para definir su postura. Pero por ahora, insistió, sigue en pos de la dirigencia estatal de su partido.

Era de esperar semejante reacción. Había dejado el camino libre al de Zacatlán, siendo que antes del demoledor cuatro de julio tenía en sus manos el control de cada parte de la ex locomotora electoral.

¿Cómo un prospecto de líder opositor era capaz días antes, de hacer grandes a quienes según su percepción lo traicionaron?

Se supondría que era un elemento de cohesión, dispuesto a limar asperezas con el claro propósito de atrincherar a la militancia, maltrecha tras la derrota, sin rumbo y sobre todo, sensible a esta suerte de inmolación a priori.

Creo que ahí se dio la intervención del gobernador Mario Marín, para llamarlo a una actitud menos derrotista, arropada en prendas de la talla de que en: «tres o cuatro meses dejaría el cargo por ir por el Senado».

Primero, la candidatura a la Cámara Alta demanda a un militante fuerza de sobra, precisamente de lo que Zavala no puede alardear.

Y por si fuera poco, reunir a los poderosos grupos sin más alternativa que ser oposición como mandamás en el tricolor.

Ahora al manjar del partido lo ve perdido por pensar como cuando era candidato(suponiendo que su presunta madurez al dimitir sería aplaudida por unanimidad), evadiendo la tremenda división interna tras el fracaso en las urnas.

La circunstancia zavalista de este momento, sin el sencillo desdén tras la derrota, lo coloca como un inminente elemento cuya obligación es el retiro hasta mejores tiempos.

O sea, nunca.

El oportunismo del nayarita

Sin oportunidad de ejercer en sus dominios, Víctor Cánovas Moreno había aceptado la complejidad de incrustarse en el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas, como lo había dejado correr entre aquellos a los que aún puede vender sus proyectos.

Pero el mínimo resquicio lo tenía que aprovechar. Sabedor de la insana estela dejada en el vecino estado tlaxcalteca–donde explotó a placer el papel de mayordomo del gobernador panista Héctor Ortiz– en algo tenía que ser útil.

Así que no desperdició la oportunidad de enterar al inminente mandatario de sus buenos oficios para mediar con sujetos con cerradura doble, como lo son el ex alcalde Luis Paredes Moctezumay el delegado del IMSS Francisco Fraile García.

Además, su moral(¡!) le garantiza cobijo con representantes de la Iglesia católica y el poderoso Yunque poblano.

Créame, esa es la carta fuertemediante la cual, en un descuido, se cuela en las filas morenovallistasy con un nivel envidiable.

La influencia preciosa

Y cómo no van a subir los bonos del hermano precioso avecindado en Tlaxcala, Miguel Ángel Marín Torres, para ser tomado en cuenta por el gobernador electo, Mariano González, como prospecto para dirigir la Secretaría de Salud.

Pues fue por intermediación del auténtico precioso que los mandatarios, vigente, Héctor Ortiz y próximo, Mariano González, se han sentado a dialogar cuando menos un par de veces, hecho que hasta hace poco se veía menos que imposible.


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