Micalco, entre la destitución y la reelección

El presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) del PAN, Rafael Micalco Méndez, se jugará el todo por el todo en los próximos días, cuando se discuta la conveniencia de adelantar las elecciones de la dirigencia estatal para empatarla con la renovación de la dirigencia nacional panista, prevista para el domingo 16 de agosto.

Y es que Micalco tendrá que decidir si deja la presidencia del partido, como quieren los morenovallistas, o los enfrenta electoralmente postulándose para un segundo periodo de tres años.

Su decisión depende de varios factores, a saber:

1. Los acuerdos que este sábado y domingo tomen los consejeros nacionales del PAN sobre las condiciones bajo las cuales se llevará a cabo la renovación de la dirigencia nacional, y posiblemente de algunos estados, y sobre los miembros de la Comisión Nacional que organizará este proceso electoral.

2. Cuántos y quiénes serán finalmente los candidatos que se inscriban para suceder a Gustavo Madero Muñoz en el CEN del PAN, ahora que el intento de impulsar una candidatura de unidad en la persona de Ricardo Anaya Cortés fracasó.

3. Con qué padrón de militantes se realizarán en Puebla las elecciones: con el impugnado ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) al que se le agregaron 22 mil 54 afiliaciones corporativas, o con el de 13 mil 857 miembros.

Hasta donde se sabe, Rafael Micalco tiene la intención de reelegirse, aun a sabiendas que el gobernador Moreno Valle tratará de impedirlo valiéndose de todos los recursos a su alcance.

Basa su expectativa en el malestar que, según él, existe entre los verdaderos panistas de la entidad en contra del gobernador y algunos de sus operadores políticos y electorales por las formas, métodos y prácticas que han utilizado para imponer candidatos a cargos de elección popular y hacerse del control de los principales órganos de dirección del partido.

Micalco cree que tendría alguna posibilidad de mantenerse al frente del CDE del PAN si Gustavo Madero sigue apoyándolo, ante las presiones e intentonas de los morenovallistas de destituirlo, pero sobre todo si las elecciones internas del partido se efectúan –el 16 de agosto o en diciembre cuando concluye su periodo– con el padrón de miembros que había hasta mediados del año pasado y no con el de más de 35 mil militantes que se conformó hacia finales de 2014.

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