LA CORTE DE LOS MILAGROS

¿Qué rol jugarán los gobernadores en las elecciones del 1 de julio?

.


Para nadie es un secreto que en las elecciones presidenciales de hace seis años algunos gobernadores del PRI traicionaron a su partido, instigados por la líder del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, y el entonces dirigente nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos, para inclinar la balanza a favor de Felipe Calderón Hinojosa.

Tanto la profesora Gordillo como Manuel Espino recurrieron al argumento del voto útil para persuadir a los gobernadores priístas —entre ellos Miguel Ángel Osorio Chong, de Hidalgo; Natividad González Parás, de Nuevo León; Mario Marín Torres, de Puebla; y Eduardo Bours Castelo, de Sonora— de la conveniencia de no desgastarse ni desperdiciar su capacidad de operación y movilización electoral en pro de Roberto Madrazo Pintado, a sabiendas de que no tenía ninguna posibilidad de ganar.

Es mejor que apuesten por uno de los que pueden ganar y que sabrá recompensar su apoyo siendo presidente de la República”, habría sido el mensaje a esos gobernadores priístas que hace seis contribuyeron a la causa panista en perjuicio de Andrés Manuel López Obrador, estigmatizado entonces como un peligro para México.

¿Qué rol jugarán hoy los gobernadores?

El Universal en su columna “Bajo Reserva” ya anticipa este martes el comportamiento de algunos mandatarios estatales provenientes del PAN, que hacen fila como neo-peñistas ofreciendo “resultados contundentes” en las elecciones del primer domingo de julio.

De igual forma, se sabe que algunos gobernadores blanquiazules han comenzado a construir puentes de plata con gente cercana al equipo de Andrés Manuel López Obrador y con ciertos candidatos de la izquierda, como Graco Ramírez Garrido Abreu, quien se perfila como el próximo gobernador de Morelos bajo las siglas del PRD, el PT y el PMC.

La intención de los ejecutivos estatales panistas es clara, en uno y otro caso: acomodarse a los nuevos tiempos, que no se ven nada favorables para que el PAN pueda ligar un tercer sexenio consecutivo en Los Pinos.

De los candidatos punteros a la presidencia, el de la coalición Compromiso por México (PRI-PVEM) es el que mayores amarres tiene con los gobernadores, en su gran mayoría surgidos de las filas del tricolor.

De las 32 entidades en que se divide la República Mexicana, incluido el Distrito Federal, el PRI gobierna en 20, el PAN en ocho, y los partidos de la coalición de izquierda en cuatro.

Este mapa político partidista podría volverse aún más rojo después de las elecciones concurrentes para gobernador que se efectuarán en seis estados y el Distrito Federal el 1 de julio, ya que el PRI podría arrebatarle al PAN —según encuestas recientes— tres entidades federativas que hoy gobierna: Guanajuato, Jalisco y Morelos.

Su cuota de gubernaturas se podría ampliar a Chiapas, donde también habrá elecciones, lo mismo que en Tabasco y Yucatán, entidades gobernadas por el PRI y en las que mantiene una cerrada competencia con la coalición de izquierda.

Sólo en el Distrito Federal se da como segura la victoria del candidato de la coalición Movimiento Progresista (PRD, PT y PMC), Miguel Ángel Mancera Espinosa, dada la ventaja de más de 40 puntos que saca a sus contendientes.

Si este análisis lo ampliamos a las diez entidades con mayor número de distritos y electores, como Jalisco, Guanajuato, Nuevo León, Chiapas, Oaxaca, Veracruz, el Distrito Federal, Puebla, Estado de México y Michoacán, el panorama para los adversarios de Peña Nieto luce poco alentador.

En Jalisco y Guanajuato, donde el PAN gobierna, las preferencias se inclinan hacia los candidatos del PRI, lo mismo que en Nuevo León, Estado de México y Michoacán, cuyos gobernadores provienen de las filas del tricolor.

En Chiapas y Oaxaca, donde gobierna la izquierda, López Obrador mantiene una cerrada disputa con el ex gobernador mexiquense, al igual que en Veracruz, gobernado por el priísta Javier Duarte de Ochoa.

En Puebla, el gobernador panista Rafael Moreno Valle está metido en un brete, pues hizo compromisos con la dirigencia de su partido, con el PRI de Peña Nieto y con su madrina política, Elba Esther Gordillo. Eso sin contar que en la entidad poblana, López Obrador ya encabeza las preferencias, seguido de Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota.

El Distrito Federal es la única entidad donde el triunfo de la izquierda se da por descontado, por las razones arriba citadas.

Así las cosas, me parece que si los gobernadores se meten a operar la elección, como lo hicieron en 2006 para vulnerar a López Obrador, esta maniobra podría jugar a favor del candidato priísta y quizás marcar la diferencia en una contienda que, en los escasos 18 días que restan a las elecciones, tiende a cerrarse.

***

Cuentan que ante el crecimiento en las preferencias electorales de Andrés Manuel López Obrador, el gobierno del estado finalmente accedió a prestar el estadio Cuauhtémoc a los promotores del candidato de las izquierdas, después de que en una primera instancia se rechazó la solicitud.

La rectificación hecha por el secretario general de gobierno, Fernando Manzanilla Prieto, al ex gobernador Manuel Bartlett Díaz, llegó tarde, pues los organizadores de la concentración ya tienen todo planeado para hacerla este sábado por la noche en el estadio de beisbol Hermanos Serdán.

En el nuevo mensaje, Manzanilla dijo a los promotores del Peje que el estadio de futbol está a su disposición cuando ellos quieran.

***

Simón dice:

“Ninguna situación es tan grave que no sea susceptible de empeorar.”

Federico II (1712-1786) Emperador de Prusia.

Correos rruiz@e-consulta.com y periodistasoy@hotmail.com

Twitter @periodistasoy


[pvcp_1]

Menu00fa
Popups Powered By : XYZScripts.com