La indefinición de Eduardo Rivera merma las posibilidades del bloque opositor en Puebla

Si sus consultores políticos le han recomendado a Eduardo Rivera Pérez que mantenga un bajo perfil y no haga explícitas sus aspiraciones a la gubernatura de Puebla para que cuando lleguen los tiempos salga con todo y su curva de intención de voto siempre vaya hacia arriba, a diferencia de otros aspirantes de Morena que habrán llegado a su tope y ya no podrán crecer más, entonces debería cambiar de asesores.

Esta estrategia que sólo el presidente municipal de Puebla y sus más allegados conocen —como Pablo Montiel Solana, Abel Hernández López y quizás Marcos Castro Martínez—, lejos de redituarle resultados y fortalecer su posicionamiento en la capital, la zona metropolitana y el resto de la entidad, está mermando al PAN y a sus partidos aliados, así como a sus potenciales operadores electorales.

¿Por qué?

Porque éstos no conocen la estrategia de campaña ni el plan de acción de sus consultores, pero además porque en el imaginario colectivo la percepción que Eduardo Rivera genera no es de respeto a los tiempos políticos y a la normatividad electoral, sino de incertidumbre e indefinición.

Incertidumbre e indefinición porque el aspirante del PAN y del bloque opositor mejor posicionado a la gubernatura de Puebla es ambiguo en su discurso. No critica ni cuestiona los actos anticipados de campaña en que vienen incurriendo sus adversarios de Morena, tampoco a las autoridades electorales ni al gobierno del estado que ha tolerado las pintas del mobiliario urbano, la contratación de espectaculares y de propaganda en los medallones del transporte público y los multitudinarios mítines en distintas cabeceras municipales.

Incertidumbre e indefinición porque ni Eduardo Rivera ni la dirigencia estatal del partido que él domina explican de manera categórica que su decisión de no hacer lo mismo que sus contrincantes es porque ellos sí respetan los tiempos políticos y la legislación electoral y porque tienen el firme compromiso de no distraerse ni desviar recursos públicos en eventos de promoción personal que claramente son actos anticipados de campaña.

Incertidumbre e indefinición porque cada vez que lo interrogan sobre su posible candidatura a la gubernatura de Puebla es evasivo, huidizo, con el prurito de que aún lo sigue evaluando y aún no toma la decisión, pues está concentrado y metido de lleno en su rol de presidente municipal.

Los efectos de esta postura están a la vista. Hacia adentro y hacia afuera del PAN lo que se dice es que Eduardo Rivera es vago sobre su futuro político porque no ve condiciones de ganar la gubernatura y porque evalúa buscar su reelección para un siguiente periodo como presidente municipal o ser el candidato al Senado de la primera fórmula del bloque amplio opositor.

Sus correligionarios del PAN también advierten que tal indecisión obedece a que el alcalde capitalino no cree que aun siendo Xóchitl Gálvez Ruiz la candidata a la presidencia, la oposición pueda ganar las elecciones en 2024 y en Puebla recuperar la gubernatura.

Otra consecuencia que provoca su vacilante postura es que sus aliados otrora del PRI, el PRD y otros partidos políticos con registro estatal, como Pacto Social de Integración y Nueva Alianza, que no hace mucho lo percibían como una opción muy competitiva si no es que ganadora, hoy han tomado la distancia o lo han abandonado como el priista Jorge Estefan Chidiac, el cetemista Leobardo Soto Martínez, el cenecista y excandidato a la gubernatura Alberto Jiménez Merino; los perredistas Carlos Martínez Amador, Roxana Luna Porquillo y Julián Rendón Tapia; Carlos Navarro Corro y Emilio Salgado Néstor, del PSI y PNA, respectivamente.

A la incertidumbre que la posición de Eduardo Rivera provoca hay que añadir las contradictorias declaraciones de Augusta Díaz de Rivera Hernández y Marcos Castro sobre el morenista Alejandro Armenta Mier. Una, la presidenta del CDE del PAN, rechazando que éste tenga alguna posibilidad de ser el candidato del bloque opositor y el otro —el secretario General— abriendo esa puerta al senador poblano.

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