Julio Huerta y el canto de las sirenas
No deja de llamar mi atención la intentona del gobierno del estado, con el respaldo de varios medios de comunicación, de construir en la persona del secretario de Gobernación, Julio Miguel Huerta Gómez, un candidato a la gubernatura de Puebla en el 2024.
Hace cuatro años Julio Huerta era un desconocido, un político aldeano que había fracasado en su interno de llegar al Congreso del Estado como representante popular de la Sierra Negra Puebla.
Su máximo logro antes de que su primo hermano Luis Miguel Barbosa Huerta fuera gobernador constitucional del estado, había sido ser regidor de representación proporcional de Zinacatepec, su pueblo natal, en el periodo 2002-2005.
Julio Huerta comenzó a cobrar relevancia en el primer año de gestión de su primo, cuando este lo nombró director general de Gobierno y lo responsabilizó de la relación política, institucional y electoral con los presidentes municipales y diputados locales, por encima de los tres titulares que tuvo la dependencia antes de la muerte de Miguel Barbosa: Fernando Manzanilla Prieto, David Méndez Márquez y Ana Lucía Hill Mayoral.
De no ser por esa circunstancia de parentesco, dado que Miguel Barbosa sólo confiaba en sus familiares, y porque lo empoderó con recursos públicos y estructuras de gobierno para hacerse de los órganos locales de dirección de Morena y ganar las elecciones intermedias de 2021, Julio Huerta seguiría siendo un político sin muchos reflectores.
Ha participado en dos elecciones y las dos las ha perdido. En 2018 fue nominado a diputado local por el distrito 26 con cabecera en Ajalpan y pese a la ola obradorista perdió frente al perredista Jorge Armando García Avendaño. En 2021 impulsó la candidatura del expriista Rosalío Zanatta Vidaurri y volvió a perder, pero ahora con el vendedor de pollos Adolfo Alatriste Cantú.
A la muerte de su primo, el 13 de diciembre de 2022, Julio Huerta hizo equipo con Sergio Salomón Céspedes Peregrina y juntos consiguieron que este fuera nombrado gobernador substituto con el voto mayoritario de los diputados locales. En recompensa, el nuevo mandatario lo nombró secretario de Gobernación y enlace con el equipo de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, quien a su vez lo designó coordinador estatal de su proyecto presidencial.
¿Son estos méritos suficientes para que Julio Huerta pueda ser candidato de Morena a la gubernatura de Puebla?
A mí me parece que no, que le falta trayectoria, oficio y experiencia administrativa, que su figura está sobrevalorada y sobredimensionada, y que sus porristas le atribuyen méritos de convocante y organizador de multitudes, que son gracias a su cargo, y no a su popularidad y carisma.
Los actos masivos y movilizaciones que tanto le gusta presumir en realidad son resultado del uso y usufructo de recursos públicos y estructuras de gobierno en provecho propio y de su grupo político.
Si Julio Huerta no estuviera en la Secretaría de Gobernación y no se le permitiera disponer de recursos para apoyos, obras, programas sociales y puestos en las estructuras de gobierno, no tendría la injerencia que tiene para influir en presidentes municipales, diputados locales y delegados de dependencias, ni para que los medios de comunicación le rindan tributo y lo llenen de falsas e interesadas lisonjas.
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