Melitón se va por una grilla, y no por sus magros resultados en la SEP
Con la renuncia de Melitón Lozano Pérez a la Secretaría de Educación del estado se comprueba que pueden más las grillas y las intrigas al interior del gabinete de Luis Miguel Barbosa Huerta, que los desaciertos o la falta de resultados concretos para que un secretario sea defenestrado o removido de su cargo.
Melitón no fue renunciado de la SEP por no atender el adeudo de los maestros y trabajadores de base que ganan menos de 20 mil pesos al mes, tampoco porque en su gestión no se haya resuelto el problema de los aviadores y comisionados que cobran en la dependencia sin trabajar en ella, ni por haber difundido la Evaluación Diagnóstica Integral de las y los Aprendientes del Estado de Puebla, Ciclo Escolar 2022-2023, que pone en la lona a los estudiantes poblanos en matemáticas y español.
El ex presidente municipal de Izúcar de Matamoros no fue echado de la SEP por continuar las malas prácticas de sus antecesores de autorizar plazas de profesor de tiempo completo titular “A”, “B” y “C” a docentes que incumplen con los requisitos mínimos, por favorecer a su parentela con puestos y plazas en la nómina y la estructura de la dependencia, ni por descuidar sus funciones, actividades y responsabilidades por andar en campaña como aspirante a la gubernatura.
Y tampoco por nombrar como rectores y funcionarios de universidades politécnicas y tecnológicas a recomendados y operadores políticos, o a parientes de la ex subsecretaria de Educación Superior, América Rosas Tapia.
La renuncia de Melitón Lozano es resultado de una grilla y una intriga de quien le lleva chismes de oídas al gobernador Barbosa, sin corroborarlos. Le dijo que los profesores del SNTE que le gritaron y echaron bullas de protesta en Ayoxuxtla, delante del presidente Andrés Manuel López Obrador, no solo eran gente cercana y plenamente identificada con el secretario de Educación, sino que incluso uno de ellos era su sobrino.
Víctor Manuel Ríos de los Santos efectivamente está emparentado con Melitón Lozano, pero no mantiene una relación estrecha con él, pues se trata de un hijo de una media hermana varios años mayor que él.
Ríos de los Santos no llegó al acto por invitación de Melitón, o del delegado de la Secretaría de Bienestar, Rodrigo Abdala Dartigues, sino con una instrucción de la comisión que el viernes negoció con el director general de Gobierno, Julio Miguel Huerta Gómez, el pago de los adeudos que la administración estatal tiene con los maestros de base.
Víctor Manuel acaba de ser nombrado secretario General de la Delegación de Telesecundarias de la zona 34 de Cholula y, con ese carácter de maestro afectado por los pasivos que tiene el gobierno del estado, se presentó a protestar junto con otros dos miembros de la comisión negociadora, entre ellos Fidelia Lucila Martínez López, secretaria delegacional de Telesecundarias Puebla Norte y profesora de grupo de la escuela Jorge Murad Macluf.
Esa es la verdad y no la que le contó al gobernador su coordinadora de Comunicación y Agenda Digital, Verónica Vélez Macuil, y por la que Melitón Lozano fue defenestrado del gabinete, pese a ser una de las cuatro “corcholatas” del Ejecutivo estatal a sucederlo en el 2024.
Ahora entiende por qué le digo que, en este gobierno, donde se han dado 21 cambios en el gabinete estatal, es más fácil ser echado por una grilla que por un acto de corrupción, un grave yerro o la falta de resultados.
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En la integración del Consejo Estatal del Partido Acción Nacional (PAN) casi todos los grupos que lo conforman quedaron conformes, con todo y que algunos militantes fueron marginados por los acuerdos que de última hora se hicieron en aras de la unidad.
Sin embargo, es indiscutible que el grupo que se llevó la rebanada más grande del pastel, con 44 de los poco más de cien consejeros estatales, fue el del presidente municipal de la capital, Eduardo Rivera Pérez, en el que figuran principalmente funcionarios y regidores del ayuntamiento de Puebla, y miembros del Comité Directivo Estatal (CDE) del PAN.
El segundo grupo con más consejeros, unos 23, fue el de la exdirigente estatal y actual diputada federal Genoveva Huerta Villegas. Le sigue el de Mario Riestra Piña, quien también es diputado federal y aspirante a la alcaldía de Puebla, con 18 consejerías, y el del magistrado del Tribunal Superior de Justicia, Roberto Grajales Espina, con 7.
Con 3 y 2 consejerías quedaron los legisladores federales Humberto Aguilar Coronado y Ana Teresa Aranda Orozco. Otros actores políticos del PAN que también lograron colarse al Consejo Estatal son la diputada federal Carolina Beauregard Martínez; la secretaria de Fomento Económico de San Andrés Cholula, Blanca Jiménez Castillo, y los diputados locales Mónica Rodríguez Della Vecchia y Gabriel Oswaldo Jiménez López.
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