LA CORTE DE LOS MILAGROS

Peña Nieto: libros y encuestas

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Que Enrique Peña Nieto se haya revelado como un político poco afecto a la literatura y que su resbalón en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara sea motivo de escarnio público en las redes sociales, especialmente en Twitter y en la comentocracia de las páginas de opinión, no lo hará perder las elecciones ni la enorme ventaja que hoy saca a sus contrincantes.

Sí le restará algunos puntos, como es lógico, y obligará a sus asesores a poner en práctica una serie de acciones que eviten —hasta donde sea posible— exponerlo otra vez al ridículo, como ocurrió el pasado sábado después de presentar su libro “México, la Gran Esperanza”.

El capital electoral del candidato presidencial de la coalición formada por el PRI, el PVEM y el Panal es todavía grande como para pensar que los contendientes del PAN y de la izquierda están en vías de remontar los más de 20 puntos con que Enrique Peña los supera, según diversas encuestas.

Lo que sí es real es que, de ahora en adelante, Peña Nieto deberá esforzarse por perder la menor cantidad posible de puntos, y que Andrés Manuel López Obrador, Josefina Vázquez Mota o el candidato que resulte de los panistas, comenzarán a repuntar.

De acuerdo con las mediciones demoscópicas de Consulta Mitofsky y Grupo Reforma, el PRI ha logrado mantenerse en el primer lugar de las preferencias electorales desde hace por lo menos dos años, al obtener porcentajes arriba del 40% en la intención de voto; el PAN araña el 30%, y el PRD se sitúa en niveles que —de diciembre de 2009 a diciembre de 2011— no superan el 17%.

Estos mismos estudios revelan que la coalición PRI-PVEM-Panal incrementa su supremacía de 5 a 8 con Enrique Peña Nieto como candidato.

Otro candidato que también aumenta la preferencia electoral acumulada del PRD, PT y Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) es Andrés Manuel López Obrador, quien suma entre 5 y 8 puntos adicionales.

Con los aspirantes panistas a la presidencia de la República sucede lo contrario. Ninguno de los tres alcanza hoy la preferencia de su partido. La que más se acerca es Josefina Vázquez Mota, pero Santiago Creel Miranda y Ernesto Cordero Arroyo la anclan.

En números redondos podríamos decir que Peña Nieto concentra hoy el 50% de las preferencias electorales y que el otro 50% se lo dividen, en porcentajes casi iguales, López Obrador y Vázquez Mota.

Mientras esta situación se mantenga, sobre todo en el caso de los candidatos de la izquierda y el PAN, Peña Nieto y sus operadores electorales pueden dormir tranquilos, aun con el descalabro político que para el ex gobernador mexiquense significó la salida de Humberto Moreira Valdés de la dirigencia nacional del PRI —por la escandalosa deuda que éste heredó en Coahuila—, y el desconocimiento de textos y autores que el precandidato exhibió en la Feria Internacional de Libro de Guadalajara.

El riesgo mayor del candidato priísta es que uno de sus opositores comience a descollar y a capitalizar sus yerros. En una contienda de tres, como la que se está configurando, Peña Nieto va en caballo de hacienda. Pero en una elección de dos, el escenario para el priísta se podría complicar y más si su contrincante logra llevarlo a terrenos donde éste tenga que debatir propuestas y proyectos, y mostrarse tal cual es ante los electores, sin intermediarios ni entrevistadores a modo.

***

Simón dice:

“La televisión será la base de la opinión pública. Ha creado un mundo esquizofrénico en el que entre el individuo y lo global no hay nada.”

Alain Touraine (1925-?) Sociólogo francés.

Peña Nieto: libros y encuestas

Por Rodolfo Ruiz R.

Que Enrique Peña Nieto se haya revelado como un político poco afecto a la literatura y que su resbalón en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara sea motivo de escarnio público en las redes sociales, especialmente en Twitter y en la comentocracia de las páginas de opinión, no lo hará perder las elecciones ni la enorme ventaja que hoy saca a sus contrincantes.

Sí le restará algunos puntos, como es lógico, y obligará a sus asesores a poner en práctica una serie de acciones que eviten —hasta donde sea posible— exponerlo otra vez al ridículo, como ocurrió el pasado sábado después de presentar su libro “México, la Gran Esperanza”.

El capital electoral del candidato presidencial de la coalición formada por el PRI, el PVEM y el Panal es todavía grande como para pensar que los contendientes del PAN y de la izquierda están en vías de remontar los más de 20 puntos con que Enrique Peña los supera, según diversas encuestas.

Lo que sí es real es que, de ahora en adelante, Peña Nieto deberá esforzarse por perder la menor cantidad posible de puntos, y que Andrés Manuel López Obrador, Josefina Vázquez Mota o el candidato que resulte de los panistas, comenzarán a repuntar.

De acuerdo con las mediciones demoscópicas de Consulta Mitofsky y Grupo Reforma, el PRI ha logrado mantenerse en el primer lugar de las preferencias electorales desde hace por lo menos dos años, al obtener porcentajes arriba del 40% en la intención de voto; el PAN araña el 30%, y el PRD se sitúa en niveles que —de diciembre de 2009 a diciembre de 2011— no superan el 17%.

Estos mismos estudios revelan que la coalición PRI-PVEM-Panal incrementa su supremacía de 5 a 8 con Enrique Peña Nieto como candidato.

Otro candidato que también aumenta la preferencia electoral acumulada del PRD, PT y Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) es Andrés Manuel López Obrador, quien suma entre 5 y 8 puntos adicionales.

Con los aspirantes panistas a la presidencia de la República sucede lo contrario. Ninguno de los tres alcanza hoy la preferencia de su partido. La que más se acerca es Josefina Vázquez Mota, pero Santiago Creel Miranda y Ernesto Cordero Arroyo la anclan.

En números redondos podríamos decir que Peña Nieto concentra hoy el 50% de las preferencias electorales y que el otro 50% se lo dividen, en porcentajes casi iguales, López Obrador y Vázquez Mota.

Mientras esta situación se mantenga, sobre todo en el caso de los candidatos de la izquierda y el PAN, Peña Nieto y sus operadores electorales pueden dormir tranquilos, aun con el descalabro político que para el ex gobernador mexiquense significó la salida de Humberto Moreira Valdés de la dirigencia nacional del PRI —por la escandalosa deuda que éste heredó en Coahuila—, y el desconocimiento de textos y autores que el precandidato exhibió en la Feria Internacional de Libro de Guadalajara.

El riesgo mayor del candidato priísta es que uno de sus opositores comience a descollar y a capitalizar sus yerros. En una contienda de tres, como la que se está configurando, Peña Nieto va en caballo de hacienda. Pero en una elección de dos, el escenario para el priísta se podría complicar y más si su contrincante logra llevarlo a terrenos donde éste tenga que debatir propuestas y proyectos, y mostrarse tal cual es ante los electores, sin intermediarios ni entrevistadores a modo.

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Simón dice:

“La televisión será la base de la opinión pública. Ha creado un mundo esquizofrénico en el que entre el individuo y lo global no hay nada.”

Alain Touraine (1925-?) Sociólogo francés.


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