Alianza opositora de membrete
Una cuestión que el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, debe evaluar con el equipo político que lo apoya para convertirse en candidato a la gubernatura del estado en el 2024, es cómo anda el ánimo de sus aliados de otros partidos políticos.
El munícipe capitalino no debe fiarse de lo que le dicen los actuales dirigentes estatales del PRI y el PRD, Néstor Camarillo Medina y Carlos Martínez Amador, respectivamente, sino ampliar su exploración hacia otros grupos y corrientes del partido tricolor y del partido del sol azteca.
Si lo hace personalmente o manda a sus operadores a hacerlo, entre ellos Pablo Montiel Solana, Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández y Marcos Castro Martínez, pronto se enterará que hay grupos del PRI y el PRD que evalúan otras alternativas diferentes a la suya.
La corriente ADN (Alternativa Democrática Nacional), que dentro del PRD es la segunda en importancia, después de Los Chuchos, cree que lo mejor es que el sol azteca vaya solo en los comicios locales del 2024, es decir con un candidato o candidata propia a la gubernatura de Puebla, que podría ser Roxana Luna Porquillo.
En el PRI suceden dos cosas distintas. Por un lado, hay grupos políticos que tampoco lo perciben como opción, entre ellos los de Javier Casique Zárate y Enrique Doger Guerero y lo que queda del melquiadismo y marinismo, y otros que ya trabajan de manera encubierta con el gobernador Miguel Barbosa Huerta y los aspirantes de Morena a sucederlo en el 2024, Alejandro Armenta Mier y su primo Ignacio Mier Velazco.
Las bases y mandos medios del PRI están emigrando hacia Morena, ante la incapacidad y falta de liderazgo de su dirigencia estatal, y las del PRD son inexistentes, casi simbólicas o muy marginales.
Para qué le serviría a Eduardo Rivera y el PAN una alianza de papel con el PRI y el PRD, una coalición de membrete y sin candidatos competitivos, o hacerse de una candidatura al gobierno del estado carente de estructura electoral y operadores de tierra en los 217 municipios y 26 distritos locales.
Eduardo Rivera debe plantearse seriamente si en verdad está en condiciones de ganar la gubernatura, si sus aliados del PRI y el PRD realmente lo van apoyar o si solo lo van a usar para no irse en blanco y hacer los negocios que quieren hacer con las candidaturas de presidentes municipales y diputados al Congreso del estado.
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