Barbosa y Morena: aprenden a convivir o padecerán serios descalabros electorales
Una de las debilidades estructurales de Morena con miras al próximo proceso electoral es la falta de entendimiento y coordinación entre el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y los dirigentes de este partido. La desconfianza es mutua.
Esta circunstancia difícilmente cambiará, ya que el presidente Andrés Manuel López Obrador ni el Comité Ejecutivo Nacional o el Consejo Nacional de Morena van a intervenir para poner a una dirigencia estatal a modo del gobernador Barbosa.
Aquí sí que Morena no es como el viejo PRI.
Adicionalmente hay que anotar que a nivel nacional y local los dirigentes de los principales órganos colegiados de Morena no creen que el Ejecutivo estatal sea un activo electoral o un aliado confiable con miras al 2024. Esta percepción la comparten por igual Mario Delgado Carrillo, presidente del Comité Ejecutivo Nacional, y Bertha Lujan Uranga, presidenta del Consejo Nacional.
No lo creen Saúl Papaqui Hernández, presidente del Consejo Estatal y Aristóteles Belmont Cortés, dirigente del Comité Ejecutivo Estatal, a quien el gobernador Barbosa se ha rehusado a recibir pese a los intentos de éste por construir puentes de diálogo y acercamiento.
Y tampoco los principales aspirantes de Morena a la gubernatura de Puebla, el coordinador de los diputados federales de este partido, Ignacio Mier Velazco, y el senador Alejandro Armenta Mier, con todo y que este último ha tratado de limar asperezas o cuidado no hacer declaraciones o abordar asuntos sensibles que pudieran confrontarlos.
En el corto plazo no hay condiciones para que en Puebla se efectúen elecciones para renovar a sus dirigencias o para que los consejeros estatales afines al gobernador Barbosa designen un nuevo Comité Ejecutivo. De los 120 consejeros estatales iniciales de Morena o los 75 que siguen activos, los afines al Ejecutivo son minoría, a pesar de que entre ellos hay ex presidentes del partido como Gabriel Biestro Medinilla, ex diputados locales como Rafaela Vianey García Romero y Bárbara Dimpna Morán Añorve, ex funcionarios como Araceli Bautista Gutiérrez, y funcionarios en activo como Eduardo Elías Gandur Islas, Ebodio Santos Alejo y Delfina Leonor Vargas Gallegos.
Así las cosas, lo mejor que podrían hacer Barbosa y los dirigentes locales y nacionales de Morena sería tratar de entenderse, de convivir y hacer equipo, pues ambos tendrán que caminar y trabajar juntos —a pesar de sus diferencias y su mutua desconfianza— de aquí a las elecciones de 2024.
De lo contrario se arriesgan a sufrir enormes descalabros en los comicios locales para gobernador, presidentes municipales y diputados al Congreso del estado, y en las elecciones federales para presidente de la República y para senadores y diputados para el Congreso de la Unión.
Esta sin duda es la complicada misión y tarea que tiene pendiente el tabasqueño Rosendo Medina Filigrana, enlace nacional de Morena y enviado político del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.
La duda es: ¿Podrá con el paquete?
EN CORTO
Tómelo con reservas, pero trasciende que las elecciones para la renovación de los comités de las secciones 23 y 51 del SNTE podrían celebrarse unos días antes del periodo vacacional, posiblemente el 15 de julio.
Esto con el propósito de que los ánimos se enfríen durante las vacaciones y nuevos dirigentes sindicales del magisterio estatal y federal asuman sus cargos sin protestas.
Si las elecciones se realizaran el viernes 15 de julio, lo más probable es que la convocatoria para el cambio de Comité Ejecutivo de las secciones 23 y 51 del SNTE se publique por ahí del 13 al 15 de junio.
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