Botón de muestra de que en Puebla sí hay reos con privilegios
No es contradecir por contradecir, pero la verdad es que en los penales de Puebla sí hay reos que gozan de privilegios o que incluso tienen el control de los centros de readaptación social donde están recluidos.
Un claro ejemplo de un reo con privilegios es José Ruperto Hernández Pérez, sentenciado a 60 años de cárcel por los delitos de secuestro y delincuencia organizada, y quien desde el Cereso de San Miguel se dedica a la extorsión telefónica.
Esta ilícita actividad, en la cual tiene como socia a María Eugenia Pérez García, no es desconocida por las autoridades penitenciarias, quienes incluso les facilitan los medios (teléfonos celulares) para delinquir.
¿Por qué sostengo que Ruperto Hernández es un reo con privilegios?
De entrada, porque este tipo de internos deberían —según diversos artículos de la Ley Nacional de Ejecución Penal— compurgar sus sentencias en espacios especiales ubicados dentro de los centros penitenciarios, en módulos de aislamiento sujetos a ciertas restricciones de tránsito y espacio, en penales de mediana seguridad, como el de Tepexi de Rodríguez, o centros federales de readaptación social.
En el Cereso de San Miguel hay dos dormitorios destinados a secuestradores o delincuentes de alto impacto, el Q y el W. Este último es el de mayor seguridad, pues cuenta con 16 celdas de cristal y cámaras de seguridad que todo el tiempo vigilan a los ahí recluidos. En este lugar no se permite el uso de grabadoras, ni de televisores, y a los reclusos no se les permite hablar o estar en contacto con otros internos.
Pero Ruperto Hernández no está en ninguno de los dos y tampoco otros delincuentes que, como él, se dedican a la extorsión desde el penal de San Miguel.
Está en el dormitorio F, donde solo hay dos custodios por turno y donde no hay cámaras de seguridad que registren las extorsiones telefónicas que desde ahí hace a través de distintos celulares.
Por supuesto que ese hecho no es fortuito. Ruperto y otros extorsionadores pagan por estar en el dormitorio F, por estar en abierto contacto con otros internos y por tener acceso a dispositivos telefónicos móviles desde los cuales siguen delinquiendo.
Y todo eso, insisto, con la complacencia de las autoridades penitenciarias de San Miguel, como Jaime Mendoza Bon, encargado de la Subdirección Técnica, en ausencia del Titular del Cereso de Puebla.
De lo anterior existen al menos dos denuncias, una en la Fiscalía General del Estado (FGE) por el delito de extorsión, y otra en la Fiscalía General de la República (FGR) por delincuencia organizada en contra de José Ruperto Hernández, su cómplice externa, María Eugenia Pérez García, y el encargado del Cereso de Puebla, Jaime Mendoza Bon, por extorsiones que comenzaron en marzo de 2020.
Ruperto Hernández se comunicó vía celular para extorsionar a un exrecluso, al que amenazó con secuestrarlo a él o a sus familiares, a los que ubicada por las visitas que estos le hicieron en el penal de San Miguel.
El extorsionado entregó las sumas que Ruperto le exigió. Una cantidad la pagó en efectivo en la Ciudad de México y la otra la depositó en una cuenta de Bancomer a nombre de su madre, María Eugenia Pérez García.
En las denuncias, el encargado del Cereso de San Miguel, Jaime Mendoza Bon, es acusado de facilitar a Ruperto Hernández su actividad delictiva.
Textualmente se asienta: “…toda vez que José Ruperto Hernández Pérez se encuentra sentenciado por el delito de secuestro y delincuencia organizada, no puede poseer más objetos que aquellos que la autoridad penitenciaria le entregue, de ahí que se presuma que el medio comisivo del delito, el teléfono celular desde donde comete el delito, fuera entregado por Jaime Mendoza Bon, como director o que este facilitó la entrega y la posesión, por lo que se encuentra directamente involucrado en la comisión del delito”.
La historia arriba narrada se encuentra contenida en la carpeta de investigación FGEP/EAT/FEISE/EXTORSIÓN-1/000035/2021, presentada ante la Unidad Especializada en Investigación de Extorsión, de la Fiscalía Especializada en Investigación de Secuestro y Extorsión de la Fiscalía General del Estado de Puebla.
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