Eduardo Rivera: gabinete y alianzas de cara al 2024
Dos lecturas podrían hacerse a bote pronto de los primeros nombramientos del gabinete de Eduardo Rivera Pérez: una es que privilegió el talento y la experiencia por encima de sus afectos y lealtades partidistas; y dos, su intención de construir con ciertas figuras priístas y de otros partidos un proyecto político de cara al 2024, para la gubernatura o su reelección para un segundo periodo consecutivo.
Este primer equipo combina experiencia y juventud, y mantiene un sano equilibrio en cuanto a cuotas de género; no son las grandes figuras con proyección estatal o nacional, pero tampoco novatos que llegarán a aprender o a improvisar como sucedió con varios secretarios de la administración saliente. Otra cualidad de las y los elegidos, es que se trata de personajes que no polarizan, ni generan de entrada un rechazo social, sino lo contrario.
Eduardo Rivera optó por perfiles técnicos y con amplia experiencia en áreas clave del gobierno municipal como la Tesorería (María Isabel García Ramos), la Secretaría de Economía y Turismo (Alejandro Cañedo Priesca), y la Secretaría de Movilidad e Infraestructura (Édgar Vélez Tirado).
Y por perfiles políticos, con experticia y colmillo retorcido en la Secretaría General (Silvia Tanús Osorio); la Secretaría de Gobernación (Jorge Antonio Cruz Lepe); la Secretaría de Administración (Bernardo Arrubarrena García); la Secretaría de Medio Ambiente (Myriam Arabián Couttolenc) y en la Secretaría de Gestión y Desarrrollo Urbano (Michel Chaín Carrillo).
En este primer paquete de nombramientos también se deja entrever la intención de impulsar una nueva generación de políticos y servidores públicos, como la contralora municipal (Alejandra Escandón Torres); el gerente del ayuntamiento (Adán Domínguez Sánchez); el secretario de Bienestar y Participación Ciudadana (Matías Rivero Marines); la secretaria de Servicios Públicos (Xóchitl Zárate Tejeda); la secretaria de Igualdad Sustantiva de Género (Karina Romero Alcalá); la titular de la Unidad de Transparencia y Gobierno Abierto (Luz Rosillo Martínez) y el titular del Instituto Municipal de Arte y Cultura (Fabián Valdivia Pérez).
La segunda lectura que, a mi parecer, deja el nuevo gabinete de Eduardo Rivera, es su intención de mantener vigente la alianza electoral que hizo con algunos grupos del PRI y otros partidos, y de proyectarla hacia el 2024, ya sea para buscar la gubernatura o reelegirse en el cargo si las condiciones no fueran las óptimas en el caso del primer escenario.
El nombramiento de Silvia Tanús como secretaria general no obedece solo a su talento y oficio político, o al conocimiento que tiene del ayuntamiento y de esta oficina, sino a la intención de Eduardo Rivera de sumar y que le sumen apoyos y operadores políticos a su proyecto político.
Silvia Tanús no solo le garantiza llevar la fiesta en paz o de manera más o menos armoniosa con regidores de los partidos representados en el Cabildo, sino una interlocución con grupos y actores políticos antagónicos o distanciados del PAN.
Lo mismo sucede con Karina Romero, hija de la ex presidenta municipal de Puebla y actual diputada federal Blanca Alcalá Ruiz, y Michel Chaín, personaje cercano a morenovallistas como el senador Roberto Moya Clemente, y a dirigentes de otros partidos, como el PVEM.
Ambos fueron nombrados secretarios de Igualdad Sustantiva y de Gestión y Desarrollo Urbano no solo por su dominio en esos asuntos, sino porque le abren a Eduardo Rivera la posibilidad de alianzas futuras con grupos y actores del PRI, de otros partidos e incluso con panistas diferentes a los yunques.
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