¿Es Eduardo Rivera el candidato del gobernador al 2024?
En los últimos días, a raíz de que el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta descalificó al senador Alejandro Armenta Mier y al diputado federal Ignacio Mier Velazco como posibles aspirantes de Morena a sucederlo, y después de las reuniones y acercamientos que se han dado entre el mandatario estatal y el presidente municipal electo de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, ha corrido la versión de que éste último podría ser el favorito del gobernador para los comicios del 2024.
Esta percepción ha venido alimentándose con hechos, declaraciones y distintas publicaciones periodísticas, como la invitación y el posterior encuentro que tuvieron en Casa Aguayo el gobernador y el alcalde electo la noche del Grito, el discurso de la presidenta del PAN, Genoveva Huerta Villegas, asegurando que el suyo es un partido de oposición y que nadie ajeno a los panistas decidirá a su candidato con miras al 2024, y la publicación de un texto bajo la firma del periodista Jesús Ramos, donde sostiene que Eduardo Rivera es el candidato del gobernador Barbosa.
Vale la pena detenerse en esta publicación, que sugiere que el triunfo del candidato común del PAN y otros partidos políticos en las elecciones locales del primer domingo de junio —a costa de la presidenta municipal morenista Claudia Rivera Vivanco, que aspiraba a reelegirse por tres años— obedeció al apoyo que Eduardo Rivera recibió del gobernador Barbosa, del Instituto Electoral del Estado (IEE) y de un “equipo agazapado de operadores electorales” al servicio del gobierno, entre ellos Néstor Gordillo, Víctor Giorgana, Armando Díaz Arteaga, Héctor Laug Hernández y Héctor Laug García.
Dicha publicación plantea, además, que la campaña de Eduardo Rivera se vio beneficiada con 4 millones 700 mil desayunos fríos gracias al Sistema Estatal DIF, y que el equipo de mapaches arriba mencionados alteró paquetes electorales en el traslado de los mismos al Consejo Municipal Electoral y en la bodega de éste, el día anterior a la entrega de la constancia de mayoría durante un extraño operativo de sanitización.
Si Eduardo Rivera es o no el candidato del gobernador Barbosa para el 2024, es algo que todavía está por verse, pero las evidencias y la cercanía que ambos han mostrado indican que, por lo menos, quieren hacer equipo y trabajar en conjunto pese a ser miembros de partidos antagónicos.
Lo que sí es claro y manifiesto, es que tal afinidad levanta cejas, tanto en Morena como en el PAN, y en los dirigentes y aspirantes de ambos partidos políticos.
Sobre los mapaches u operadores electorales que se mencionan en la columna de Jesús Ramos, este reportero pudo corroborar con un par de ellos que sí participaron en la campaña de Eduardo Rivera, en coordinación con los panistas Marcos Castro Martínez, Pablo Montiel Solana y Alfredo Ramírez Barra, del equipo de movilización territorial.
Uno de ellos incluso me dijo que un par de esas reuniones tuvo lugar en la plaza comercial Centro Mayor, de la Recta a Cholula y Zavaleta, y que este equipo autodenominado de “asesores”, llevó la operación electoral y de movilización en zonas de riesgo, como Azumiatla, La Resurrección, La María, la Joaquín Colombres y el centro de la ciudad.
Sobre cómo llegaron y quién costeaba los gastos de estos operadores, que los mismos panistas calificaron de mapaches electorales, no existe mucha claridad. Solo trasciende que uno de los primeros en llegar fue Armando Díaz Arteaga, y que éste jaló a Héctor Laug García y a su hijo, Héctor Laug Hernández, así como a otros alquimistas.
Sin embargo, esta fuente rechazó que hubieran llegado a la campaña de Eduardo Rivera por intermediación del director general de Gobierno, Julio Huerta Gómez, o del actual director de la Policía estatal, Omar Álvarez Arronte, como se señala en la publicación del sitio Reporter Noticias.
Otro de los entrevistados rechazó que los operadores electorales estuvieran involucrados con el reparto de 4 millones 700 mil desayunos fríos, consistentes en leche, galletas, amaranto y frutos secos a los asistentes a los eventos de campaña de Eduardo Rivera, y que en la sanitización de la bodega del Consejo Municipal Electoral del IEE, donde se resguardaron los paquetes de la elección para presidente municipal, se hubiera cometido un fraude, mediante la alteración de actas y el relleno de urnas.
Lo que sí admiten ambos operadores es que varios de los mencionados sí participaron en la campaña, encargándose de las secciones difíciles o de alto riesgo para el PAN, de la acreditación de representantes de casilla y de representantes generales, a los que el día D se les pagaron 1,000 y 1,500 pesos, y de movilizar a simpatizantes y posibles votantes del candidato común del PAN, PRI, PRD, PSI y CPP, Eduardo Rivera Pérez, que venció a su contrincante de la coalición Juntos Haremos Historia, Claudia Rivera Vivanco, por más de 128 mil votos.
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Tal como se lo anticipé: Lilia Cedillo Ramírez barrió a sus contendientes a la rectoría de la BUAP. De acuerdo con reportes preliminares habría ganado las votaciones en 42 de las 43 unidades académicas de la institución. Solo habría perdido el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, donde tiene su plaza la otra candidata a la rectoría, Guadalupe Grajales y Porras.
En las elecciones habría participado el 68.13 por ciento de quienes integran la comunidad universitaria.
La BUAP tiene, pues, a su primera rectora, quien asumirá el cargo por cuatro años a partir del próximo mes de octubre.
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