La madrugada del sábado, el presidente del Consejo Electoral Distrital número 4, Raúl Manuel Flores Rodríguez, protagonizó un grave accidente de tránsito, por el cual se encuentra en terapia intensiva una analista de ese órgano del Instituto Electoral del Estado (IEE), que esa noche iba con él.

El accidente, que en un principio trató de encubrirse, para proteger a este funcionario electoral, hoy se ha desvirtuado para simular un falso secuestro.

De hecho, Flores Rodríguez ya acudió ante el Ministerio Público a levantar una constancia de hechos, mediante la cual pretende ocultar lo ocurrido ese sábado, cuando destrozó una camioneta del IEE que conducía en estado de ebriedad.

Lejos de confesar su culpa y admitir su error, que hoy tiene en terapia intensiva a su compañera de juerga, el presidente del Consejo Distrital ha pretendido inventarse un supuesto secuestro, como causa del aparatoso accidente vehicular.

Sin embargo, su historia es tan inverosímil que nadie —salvo el Ministerio Público— se la cree.

Las evidencias de su falso testimonio son copiosas.

Antes de que su asistente fuera internada, grave, en el Hospital General de Agua Santa, para recibir atención médica por las fracturas y heridas que sufrió a consecuencia del choque, desfiló por el IMSS y el ISSSTEP, donde el personal de guardia de esos nosocomios se rehusó a hospitalizarla bajo el argumento de que no era afiliada ni derechohabiente.

Las llamadas telefónicas que en la madrugada y mañana del sábado realizó el presidente del Consejo Electoral Distrital a los operadores políticos de cierto candidato a la gubernatura de Puebla, para que lo ayudaran a tapar los hechos, a esconder su congestión alcohólica y a evitar su detención por el delito de lesiones.

Y la negativa de la compañía aseguradora, que se negó a cubrir los daños de la camioneta y los gastos de hospitalización de la analista, cuando los ajustadores corroboraron que el accidente fue resultado de la intoxicación etílica del funcionario electoral.

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Un dato que vale la pena rescatar de nuestro personaje de hoy es que en el proceso electoral de 2007 Raúl Manuel Flores Rodríguez se quedó a un tris de ser nombrado consejero distrital.

En esa elección, su nominación era apoyada con todo por el consejero Paul Monterrosas Román y el representante del PRI ante el Consejo General del IEE, José Alarcón Hernández.

Ambos personajes ya se habían apostado a designarlo consejero distrital, a pesar de la oposición de la representante del desaparecido Partido Esperanza Ciudadana (PEC), que echó abajo su nombramiento cuando hizo pública una denuncia por delito de lesiones y violencia intrafamiliar que le promovió su entonces esposa.

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Simón dice:

«Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería.»

Otto von Bismark (1815-1898). Político alemán.

El relevo del general Andrés Vicente Ruiz Celio al frente de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito del ayuntamiento de Puebla, es un hecho. En cualquier momento se confirmará.

Lo que aún no está claro es quién lo sucederá en el cargo. De los varios tiradores que existen, la verdad es que ninguno termina de convencer a la presidenta municipal de Puebla, Blanca Alcalá Ruiz.

La celebérrima Hermandad, que ha comenzado a ampliar su influencia, tras el arribo de Héctor Guerra Montiel a la Dirección de Seguridad Vial del estado, puja porque el sustituto del general Ruiz Celio sea el actual director de Tránsito del municipio, y ahijado político de Mario Montero Serrano, Manuel Alonso García.

Otro grupo político, estrechamente vinculado a un sector del marinismo, viene impulsando al actual director de la Policía Auxiliar, capitán Jorge Antonio Morgado Nava. Éste, sin embargo, carece del respaldo del secretario de Seguridad Pública del estado, el general Mario Ayón Rodríguez, pues en su opinión Morgado Nava es un desertor del Ejército.

Y un tercer candidato, que hasta el martes por la noche constituía la principal opción de la presidenta Blanca Alcalá, es el actual director de la Unidad de Normatividad y Regulación Comercial del ayuntamiento de Puebla, Héctor Ibarra Cadena.

Se valen apuestas.

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Simón dice:

«No se puede cambiar el curso de la historia a base de cambiar los retratos colgados en la pared.»

Sri Pandit Jawaharlal Nehru (1889-1964) Político indio.

Cuando el gobierno de Héctor Ortiz Ortiz solicitó al gobernador Mario Marín Torres su autorización para que los últimos kilómetros de la vía rápida que unirá a Tlaxcala con Puebla se efectuaran sobre predios localizados en la entidad, las autoridades poblanas se tardaron más de cuatro meses en conceder ese permiso.

Hoy que el gobierno de Marín, en sociedad con la empresa OHL, pretende construir un libramiento carretero de 34 kilómetros, paralelo a la autopista México-Puebla en el tramo de Amozoc a Xoxtla, el destino parece jugarle una mala pasada.

Y es que ahora son las autoridades poblanas las que requieren que el gobierno de Héctor Ortiz autorice que un tramo del llamado Libramiento Norte de la Ciudad de Puebla pase por territorio tlaxcalteca.

El trazo original del libramiento, concesionado a la española OHL, no contemplaba afectar predios de la vecina entidad, pero la situación cambió cuando los topógrafos se percataron que la obra se encarecería en más de 100 millones de pesos por las indemnizaciones que tendrían que pagar por las casas, bodegas y demás construcciones que resultarían dañadas.

Desde entonces, las autoridades de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, junto con los técnicos de OHL, han explorado varias alternativas, sin que ninguna les convenza. Una de ellas ha sido rodear los asentamientos en la zona conurbada de Puebla y Tlaxcala, lo que haría más largo el trayecto; otra más ha sido modificar el trazo, lo que también encarecería el proyecto, pues ahora se tendrían que comprar predios diferentes a los que ya se adquirieron.

En fin, que de todas las opciones evaluadas, la mejor ––en términos de costos, tiempo de ejecución y longitud–– resulta ser aquella que considera cruzar por territorio tlaxcalteca.

Y he ahí el problema, pues ahora lo más probable es que el gobernador Héctor Ortiz prolongue la expedición del permiso requerido por el gobierno de Puebla y la concesionaria del Libramiento Norte de la Ciudad para entrar a negociar con los tlaxcaltecas la compra de sus terrenos.

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Para colmo de males: Concepción Colotla Gonzaga ya se metió a liderear a los inconformes con el proyecto carretero de OHL. “El Concho”, quien cobró celebridad en el sexenio de Melquiades Morales Flores por echar abajo el proyecto de la autopista Milenium, que uniría en 60 kilómetros a Puebla con Tepeaca, participó este miércoles en la primera manifestación que realizan los afectados por el Libramiento Norte frente a Casa Aguayo.

Ahora sí que la pesadilla de Valentín Meneses se volvió realidad. En no pocas ocasiones el secretario de Comunicaciones y Transportes ha traído a colación el nombre del perredista como el azuzador que impidió el desarrollo de la región de Tepeaca y Tecamachalco por oponerse al Proyecto Milenium, y este miércoles Concho Colotla se le apareció, acompañando a los manifestantes que se resisten a malbaratar sus tierras en beneficio de OHL.

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Entre los cambios que la presidenta municipal Blanca Alcalá Ruiz prepara para los próximos días, puedo adelantarle el de Guillermo Alberto Hidalgo Vigueras al frente de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal.

En su lugar será nombrado el actual director de Vialidad, Manuel Alonso García, a quien la alcaldesa le encomendará la unificación de las dos áreas de la dependencia, de suerte que ahora los agentes de tránsito también serán policías y éstos agentes de tránsito.

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Simón dice:

“La venganza es el manjar más sabroso condimentado en el infierno”
 Walter Scout, escritor británico.

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