¡Benditas elecciones!
Los anuncios hechos por el gobernador Rafael Moreno Valle en el noticiario de Javier López Díaz sobre condonaciones y descuentos a los contribuyentes con adeudos de agua potable o fotomultas, no son ajenos a la coyuntura electoral y al riesgo que enfrenta el morenovallismo de perder los comicios del primer domingo de junio.
¿O usted cree que si no hubiera comicios la administración estatal estaría tan preocupada en la economía de las familias de menos recursos regalándoles tinacos azules, kits de maternidad, útiles y uniformes escolares, entradas gratuitas a los museos, recorridos turísticos y escrituras gratis, o estaría condonando multas a los usuarios del agua potable y a los automovilistas que no pueden hacer el control vehicular por las fotomultas que adeudan?
Los anuncios del mandatario estatal no sólo tienen un inocultable tinte electorero que busca matizar el descontento social que existe, sino que ponen en evidencia la discrecionalidad en la toma de decisiones y la inutilidad del Congreso local como contrapeso político del Ejecutivo poblano.
¿Cómo entender que la repentina preocupación que hoy tiene el gobernador por la mermada economía de las familias poblanas, no haya sido compartida en diciembre de 2015 por los legisladores de su partido y demás aliados morenovallistas al momento de aprobar las tarifas de agua potable en el Congreso del estado?
¿Por qué hace poco más de tres meses, cuando el Poder Legislativo local aprobó el esquema tarifario que aplicaría la concesionaria de los servicios del Soapap, Agua de Puebla, no existía esta preocupación consecuencia de los recortes presupuestales, la caída en los precios internacionales del petróleo y la depreciación del peso mexicano frente a otras monedas?
¿Por qué hasta ahora la empresa responsable del programa Monitor Vial, Autotraffic, condonará la primera multa por exceso de velocidad y hará descuentos por las multas posteriores?
Si la administración estatal fue capaz de prever una sensible baja en las participaciones federales, anticipándose con recortes de personal, la fusión de dependencias y la eliminación de fideicomisos, ¿por qué no pensó también en reactivar la economía local privilegiando a las empresas de Puebla mediante estímulos fiscales o de otro tipo, siempre que generaran nuevos empleos o reinvirtieran sus utilidades en proyectos productivos?
¿O en cancelar bonos y sobresueldos a la alta burocracia estatal, en no pagar sobreprecios en las obras asignadas a las constructoras de los hermanos García Ojeda o de Andrea Ambrogi, en no destinar recursos públicos para financiar medios y plumas cómodas, o en apuntalar estructuras y proyectos políticos de cara al 2018?
En fin… mientras tanto hay que bendecir los comicios y aprovechar los descuentos de temporada electoral.
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