1 de febrero, vida fuera del presupuesto*
*Por Fernando Pérez Corona
Tras la derrota electoral del PRI el pasado 4 de julio, más de un servidor público o funcionario estatal empezó a dibujar su futuro a partir del próximo 1 de febrero. A la fecha, los planes van desde transformarse en dueños de tiendas de gansito o choferes de taxi hasta tirarse al sol en una playa del Mediterráneo, rascarse la barriga y disfrutar de los millones de pesos obtenidos con cada una de las gotas de sudor generadas por el arduo trabajo desempeñado en la administración estatal.
A la par, también hubo algunos que empezaron a fraguar un plan para proteger su trabajo. De forma subrepticia, los empleados de honorarios comenzaron a organizarse para conformar un sindicato. Sí, leyó usted bien: un sindicato, para defender sus derechos, para acabar con las cartas de renuncia de fin de sexenio, para evitar los contratos por tiempo limitado, para tener, al menos, garantizada la indemnización, en caso de ser víctimas del gracias, ya no necesitamos sus servicios.
La revuelta empezó a planearse en el Soapap, donde dicen que su director general, Eduardo Macip Zúñiga, es el último en enterarse de lo que pasa entre sus trabajadores, toda vez que está bien concentrado en lo suyo $$$$.
Misael Huerta Castillo, gerente comercial, repicaría las campanas para convocar al personal de confianza, enarbolaría la bandera de la defensa de los derechos laborales, los conduciría en la batalla para obtener la toma de nota y trataría de entrar con su ejército a la capital del estado de Puebla a la par del nuevo sexenio, que encabezará Rafael Moreno Valle Rosas.
Pero, el complot fue descubierto. Nadie advirtió las filtraciones y los espías. Los revolucionarios fueron parados en seco. Tomás Hernández, director de Operación Hidráulica, puso el ultimátum. Advirtió despidos. Todos y cada uno de los conspiradores serían ejecutados de la nómina. Y el plan se vino abajo.
Tomás Hernández Leal salió orondo. Echó a volar su imaginación. Se vio en la Dirección General. No es para menos. Según él, apoyó con todo al candidato. Ya merece que le haga justicia la revolución, después de tantos tumbos en el servicio público, después de arriesgarse tanto en campaña, de tantas pipas y material para la construcción usados por debajo de la mesa.
De la SFA al ristorante
Otro que también ya busca donde invertir sus ahorritos es el coordinador de Presupuesto de la Secretaría de Finanzas y Administración, Mario Montenegro. En breve, abrirá un restaurante de comida italiana en la zona más cara de la avenida Juárez, cerca de la fuente de los Frailes.
El funcionario estatal rentará más de 300 metros cuadrados casi frente al banco HSBC, donde la renta mensual supera los 50 mil pesos, y hará una inversión millonaria para acondicionar el inmueble y dejarlo sensazionale.
El ristorante (para seguir ad hoc con el perfil de la cusina), según me cuentan, estará a nombre de la hija del funcionario: Mónica Montenegro de Niz, quien actualmente es directora de Proyectos y Profesionalización en la Sedecap.
Por cierto, aclaro: es pura coincidencia que los Montenegro hayan encontrado trabajo en el gobierno estatal, nada que ver con el tráfico de influencias, porque después puede prestarse a malas interpretaciones. Ajá.
Pero, de regreso al tema: Papá e hija Montenegro tienen míseros salarios de entre 37 y 54 mil pesos (sin tomar en cuenta compensaciones) en el gobierno estatal. ¿Estos sueldos dan para un negocio de este tamaño? ¿Se habrán apretado el cinturón para cubrir el gasto de la obra, rentar el local, adquirir muebles e insumos, y contratar personal? Lo bueno es que están bien parados en Sedecap.
Las dos historias dejan claro que con el nuevo gobierno, la burocracia priísta acostumbrada a ligar chamba sexenio tras sexenio, debe pensar en hacer otra cosa. Los empleados de confianza ya no serán de la confianza de la nueva administración y tendrán que dedicarse a otra cosa. !A qué tiempos aquéllos¡ -dirán a partir del 1 de febrero, mientras exhalan un suspiro que resuma la añoranza de la esplendidez del erario, que cubre el gasto de teléfonos celulares, comidas en restaurantes de múltiples tenedores, viajes al extranjero, automóviles de lujo y más, mucho más-. A partir del 1 de febrero, a vivir fuera del presupuesto.