Y con sobrada razón, pues el invitado de honor a esta tradicional fiesta popular era ni más ni menos que el secretario de Desarrollo Social, Javier López Zavala, quien además acudió con la representación del gobernador Mario Marín Torres.

Pero lo que más incomodó al munícipe huejotzinga no fue tanto la sorpresiva presencia de Doger —ni la invitación que representantes de algunas cuadrillas hicieron a éste para que observara el carnaval desde el balcón de Palacio Municipal, al lado suyo y de Zavala— como la ausencia del senador Rafael Moreno Valle.

Y es que ahora, confesaba a los suyos en tono lastimero, tendrá que encontrar un buen pretexto para explicarle al senador de su partido por qué no lo invitó al carnaval —cuando se supone que lo apoya como aspirante a Casa Puebla— y sí estuvieron presentes dos precandidatos del PRI.

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Muchas son las interpretaciones que se han dado sobre el desayuno que el gobernador Mario Marín tuvo el viernes en Casa Puebla con seis supuestos aspirantes priístas a la gubernatura.

Que Blanca Alcalá y Enrique Agüera quedaron fuera de la contienda.

Que ni son todos los estuvieron, ni todos los que estuvieron son.

Que la reunión fue para ocultar el verdadero «Plan A» del gobernador, Enrique Agüera.

Que Marín tomó el control de su sucesión gubernamental.

Que Mario Montero Serrano acudió al desayuno, no en su condición de aspirante a la gubernatura, sino como secretario de Gobernación y prospecto a la presidencia municipal.

Que Blanca Alcalá si fue invitada, pero no quiso ir por atender asuntos prioritarios de la capital.

En lo personal creo que el cónclave del gobernador Marín con seis de los supuestos aspirantes del PRI a sucederlo no tuvo más propósito que corregir o enmendar la pifia que él mismo cometió, a mediados de enero, con el destape anticipado de Javier López Zavala.

Y es que desde aquella comilona en el Salón Country Club de San Manuel, el «fuego amigo» contra el secretario de Desarrollo Social se intensificó, tanto que las voces que abierta y soterradamente se pronunciaron dentro y fuera del PRI por un «Plan B» u otra opción alternativa al «Proyecto Z» se multiplicaron en perjuicio de su propio delfín.

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Ayer recibí en el buzón de La Corte de los Milagros una noticia que vale la pena comentar: la salida de José Cornish Zamora de la Subsecretaría de Promoción Industrial e Inversión de la Secretaría de Desarrollo Económico, y el nombramiento, en su lugar, del presidente saliente de la Canacintra, Charles Mtanous Abboud.

Según nuestro informante dicho relevo no fue bien recibido por el secretario de Gobernación, Mario Montero Serrano, no sólo porque el despedido era un amigo y recomendado suyo, sino por la forma en que el secretario de Desarrollo Económico, Antonio López Malo Capellini, manejó el asunto con Pepe Cornish.

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Simón dice:

«Nunca es tarde para el arrepentimiento y la reparación»

Charles Dickens, escritor británico.

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