Resulta extraño que aun no habiendo acuerdos básicos sobre las reformas estratégicas en marcha, el presidente Enrique Peña Nieto y los dirigentes nacionales del PAN y PRD confíen en que estas se aprobarán antes de que concluya el año.

Una de dos: O las reformas estructurales se aprobarán con prisa o al vapor, con cambios cosméticos como la cancelación del IVA en colegiaturas y la compra-venta de vivienda con valor de hasta 689 mil pesos, o entre el presidente Peña y la partidocracia ya hay acuerdos elementales que la mayoría de los mexicanos desconocemos, pero nos imaginamos.

Si el PAN y el PRD han dicho que no aprobarán las reformas hacendaria y energética si antes no hay reforma político-electoral, y la fecha límite para votar la primera vence el domingo 20 de octubre, no veo cómo en 11 días las fracciones parlamentarias y las dirigencias partidistas que integran el Consejo Rector del Pacto por México vayan a ponerse de acuerdo en reformas constitucionales tan trascendentes.

Entre ellas la que considera la desaparición del IFE y de los institutos locales y tribunales estatales electorales, y su sustitución por un Instituto Nacional Electoral (INE) y un Tribunal único de Justicia Electoral con salas regionales.

A juzgar por lo que la prensa ha venido publicando en los últimos días, pareciera que en las altas esferas de la partidocracia mexicana se han pactado los siguientes acuerdos:

1 Que la Reforma Fiscal va con pequeñas modificaciones al proyecto original, entre las que figuran las arriba mencionadas sobre la cancelación del IVA en colegiaturas y la adquisición de vivienda popular, la ampliación del tope a las deducciones personales contra el ISR y otras concesiones menores como la eliminación del impuesto por emisión de carbono.

Que esta Reforma se aprobará antes del 20 de octubre, sin necesidad de detener el reloj legislativo, con los votos del PRI y sus aliados del PVEM y PNA y de un buen número de diputados perredistas que se han atribuido la autoría de algunos artículos de la iniciativa de marras.

Los 114 legisladores del PAN no serán un impedimento, amén de que algunos seguramente optarán por darle su apoyo en lo particular  con el prurito de que sus críticas y argumentos fueron atendidos, escuchados e incorporados en el dictamen final.

2 Que sí habrá Reforma Político Electoral pero que esta no incluirá todas las propuestas del PAN y PRD, aunque sí algunas de las sustanciales, entre ellas la sustitución del IFE por el INE y la eliminación de todos los institutos y tribunales estatales electorales.

Que la reforma tendrá como cámara de origen el Senado y como proyecto base la última iniciativa presentada por el PAN que plantea la creación del INE y la continuidad del calendario electoral nacional con comicios cada tres años de diputados federales, diputados locales, ayuntamientos y jefes delegacionales, y cada seis años de presidente de la República, gobernadores y senadores, los cuales serían única y exclusivamente organizados por el nuevo organismo electoral federal.

Y que esta reforma quizás no se apruebe antes del 20 de octubre, pero si antes de la Reforma Energética que por lo visto será avalada por el PRI con el apoyo del PAN, pero sin el respaldo del PRD.

En suma: un triunfo de la partidocracia mexicana y una derrota del federalismo mexicano.

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Con la novedad de que la nominación de Bernardo Arrubarrena García como supuesto “candidato de consenso” a la presidencia del Comité Directivo Municipal del PAN en la capital del estado no prosperó. O mejor dicho: se cayó por no contar con el visto bueno de quien lleva mano en este proceso interno del blanquiazul.

La decisión del grupo político del gobernador Rafael Moreno Valle es que el sucesor de Gerardo Maldonado Balvanera sea Pablo Rodríguez Regordosa, su ex secretario de Competitividad, Trabajo y Desarrollo Económico, ya sea mediante una candidatura de unidad o en una asamblea municipal en la que participen y voten los miembros registrados en el padrón del partido del municipio de Puebla.

Trascendió que la candidatura del ex delegado de la Condusef y diputado suplente de Jorge Aguilar Chedraui —me refiero a Bernardo Arrubarrena— ya ni siquiera será puesta a consideración del grupo del alcalde capitalino, Eduardo Rivera Pérez.

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El poderoso subsecretario de Educación Media Superior de la SEP estatal, Jorge Benito Cruz Bermúdez, ahora no sólo funge como encargado de despacho de la Subsecretaría de Educación Básica, en relevo de Víctor Manuel Barceló Rodríguez, sino no como suplente del titular de la dependencia, Jorge Alberto Lozoya Legorreta.

O al menos así ocurrirá del primer minuto del 7 de octubre hasta las 24 horas del 13 de octubre, según acuerdo suscrito por el propio titular de la dependencia, que este martes se distribuyó a subsecretarios, coordinadores, directores generales, directores de área, jefes de departamento y supervisores de la Secretaría de Educación Pública del estado.

¿Alguna duda sobre quién es el hombre de confianza en esta dependencia del gabinete estatal?

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