Gabinete y Congreso definirán derrotero de Moreno Valle
Más de lo mismo, o apertura y conciliación en la recta final
No a Los Juanitos, y tampoco los mismos de siempre
Ahora que regrese de vacaciones, el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, deberá tomar una decisión sobre el estilo y la forma de gobierno que piensa encabezar durante la segunda mitad de su sexenio.
Y esta decisión se hará explícita cuando designe a los secretarios de despacho que faltan en su gabinete, y cuando defina cuáles de los personajes que mandó a contender por una diputación en las recientes elecciones se quedan en el Congreso y cuáles regresan a la administración pública.
Si el mandatario estatal opta por reincorporar al gabinete —ya sea en sus anteriores carteras o en otras nuevas— a Jorge Aguilar Chedraui, Pablo Rodríguez Regordosa o Salvador Escobedo Zoletto, como lo hizo con Mario Rincón González al designarlo secretario de Desarrollo Social, el mensaje que estará enviando a los poblanos es que seguirá el mismo patrón de sus primeros tres años.
Pero si, por el contrario, aprovecha la ocasión para sumar al gabinete —a nivel de secretarios, subsecretarios y coordinadores generales— a figuras poblanas ajenas a su compacta burbuja o a panistas de grupos y corrientes diferentes al suyo, pero que han demostrado capacidad en la política o el sector público, entonces mandaría una señal de apertura.
Uno de los mayores errores de Moreno Valle ha sido su negativa a gobernar con políticos y funcionarios distintos a los que se formaron y crecieron con él en la Secretaría de Finanzas y Desarrollo Social durante el sexenio melquiadista, quienes tampoco han sido muy hábiles para formar nuevos cuadros con profesionistas egresados de las universidades poblanas.
La burbuja morenovallista ha preferido importar talentos y funcionarios especializados en ciertas áreas de la administración pública, en lugar de dar una oportunidad a los poblanos que tiene en posiciones de segundo nivel, y que son los que a veces sacan la chamba, o en aprovechar a los mejores estudiantes de licenciatura y posgrado de la entidad.
Este esquema no le ha dejado buenos dividendos al gobernador del estado, al grado que su candidato a la alcaldía capitalina, el hoy presidente electo de Puebla, José Antonio Gali Fayad, tuvo que prometer una y otra vez que no gobernaría con gente traída de fuera, y que en las obras y servicios que contratara su ayuntamiento, los constructores y proveedores poblanos tendrían preferencia sobre los fuereños.
Otro asunto que Moreno Valle tendrá que evaluar a su regreso de vacaciones es la integración y el reparto de comisiones en la próxima Legislatura local.
Lo peor que podría hacer es repetir lo que hizo con Mario Rincón: nombrarlo secretario de despacho para que sea su suplente quien ocupe la curul en el Congreso del estado, mientras termina el sexenio.
La multiplicación de los “Juanitos” podría convertirse en una pésima señal de burla a los electores, que votaron por candidatos que no estarán en el Poder Legislativo, al menos en lo que concluye la gestión del gobernador, y también de, que fuera de su equipo compacto, Moreno Valle carece de cuadros y operadores leales y eficientes.
Si el mandatario estatal decide no reincorporar al gabinete a los miembros de su burbuja, pero concentra en éstos las principales comisiones de la LIX Legislatura, como la Junta de Gobierno, la Comisión de Gobernación, la Comisión Inspectora y la Comisión de Hacienda, el mensaje que enviaría también sería negativo.
Insisto: Si Moreno Valle no quiere pasar a la historia como un político elitista, obstinado y distante de las clases populares, entonces necesita mostrar mayor apertura, diálogo y tolerancia con aquellos que durante la primera mitad de su sexenio fueron marginados, excluidos u hostilizados; y también expresar disposición para negociar y ceder posiciones de relevancia a sus aliados.
Una cosa es que su grupo obtenga el control de la Junta de Gobierno y Coordinación Política de la Cámara de Diputados, y otra muy distinta que todas las presidencias de Comisión importantes queden en mano de morenovallistas.
Mal, pero muy mal, se vería el gobernador si se empeña en que nadie, además de su cuñado Fernando Manzanilla Prieto, su ex secretario de Salud, Jorge Aguilar Chedraui, su ex contralora Patricia Leal Islas y sus ex secretarios de Desarrollo Económico y Desarrollo Social, Pablo Rodríguez Regordosa y Salvador Escobedo Zoletto, respectivamente, se reparta las presidencias de la Junta de Gobierno, Comisión de Gobernación, Comisión Inspectora y coordinación del grupo parlamentario del PAN.
El mensaje sería de cerrazón, lo que confirmaría la hipótesis de que Moreno Valle tiene una personalidad en campaña o elecciones, y otra en el ejercicio del poder.
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