El retiro del secretario de Educación, Alonso Lujambio Irazábal, de la puja panista por la Presidencia de la República deja en claro un par de cosas: que el PAN se aleja cada vez más de la posibilidad de una candidatura ciudadana o alternativa en pro de un no-militante; y dos, que el margen de maniobra de Felipe Calderón para influir en la nominación de su posible sucesor es cada día menor.

En ambos casos, el tiempo juega en contra del presidente Calderón y a favor de sus adversarios, dentro y fuera del PAN.

Cuando el albiazul contaba con siete aspirantes presidenciales, cuatro de ellos afines al presidente, hubiera sido más fácil para éste persuadir a la diputada Josefina Vázquez Mota y al senador Santiago Creel Miranda de declinar sus aspiraciones para que el partido pudiera presentarse a las elecciones de 2012 con una figura ciudadana de prestigio, que pudiera compensar el bajo impacto que todos ellos tienen en la opinión pública.

De haber realizado esa maniobra, Calderón habría tenido sin duda el respaldo de sus cuatro secretarios de Estado: Heriberto Félix Guerra, de la Sedesol; Javier Lozano Alarcón, de la STPS; Alonso Lujambio, de la SEP; y Ernesto Cordero, de la SHCP.

Ahora, en cambio, su póker de ases se ha reducido a una sola carta: el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, toda vez que los otros tres funcionarios ya abandonaron la contienda panista.

En este nuevo escenario, no se ve cómo el Ejecutivo pueda convencer a Josefina Vázquez y a Santiago Creel de retirarse y apoyar a personalidades con mayor confianza y prestigio entre los electores, como el ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente; el ex presidente del IFE, José Woldenberg —quien ya se descartó—; el ex rector del Tec de Monterrey, Rafael Rangel Sostmann; o el presidente de la Fundación Telmex, Arturo Elías Ayub, por mencionar sólo algunos.

La apuesta de que el secretario de Hacienda crecerá en las encuestas —ahora que es evidente su posición como favorito del presidente— parece muy arriesgada, a juzgar por los resultados de estudios demoscópicos anteriores, en los que Ernesto Cordero no ha repuntado, como sí ha ocurrido con el senador Creel y últimamente con la coordinadora de la fracción del PAN en la Cámara de Diputados.

Si bien Josefina Vázquez es percibida por varios observadores políticos como la aspirante más competitiva del blanquiazul, hasta ahora no he leído ni escuchado un análisis prospectivo serio que revele cómo su potencial de voto puede crecer hasta alcanzar el registrado por el gobernador saliente del Estado de México, Enrique Peña Nieto.

Por el contrario, lo que las encuestas reflejan es que la mayoría de los ciudadanos desaprueban al gobierno de Felipe Calderón y, por consiguiente, la conveniencia de que un miembro de su partido se mantenga en la Presidencia de la República por un tercer sexenio.

Un indicador que los panistas no han sabido o no han querido interpretar como una clara señal de rechazo hacia sus precandidatos es el alto porcentaje que registra la respuesta “a otro” o “a ninguno” cuando a los votantes se les pregunta: ¿A quién de estos aspirantes panistas elegiría como candidato a la Presidencia de la República?

Lo que esta respuesta revela es que ninguno de los cuatro aspirantes presidenciales impulsados en estos momentos por el PAN es percibido como un candidato ganador, por lo que más le valdría a este partido voltear la cara hacia figuras ciudadanas de mayor arraigo y prestigio que empeñarse en ofrecer a los electores más de lo mismo.

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El ex gobernador de Puebla Manuel Bartlett Díaz sí está siendo considerado, y en serio, como un fuerte aspirante a senador en las elecciones de julio de 2012, como aliado político de Andrés Manuel López Obrador.

El ex secretario de Gobernación federal aparecería en las boletas como candidato de la primera fórmula al Senado por el estado de Puebla y como candidato a senador por la vía plurinominal.

De más está decir que el menos contento con esta posibilidad es el actual gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, pues Bartlett y López Obrador son dos de sus principales críticos en el concierto nacional.

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Este martes se reunieron a desayunar como dos viejos amigos en el Holiday Inn de La Noria el diputado local y miembro de la dirigencia nacional de Convergencia, José Juan Espinosa Torres, y el ex candidato a gobernador y aspirante priísta al Senado de la República, Javier López Zavala.

Hasta donde se sabe este es el segundo encuentro que sostienen en un menos de un mes.

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Le recuerdo que la columna que tiene a la vista también la puede encontrar todos los miércoles en el portal La Silla Rota www.lasillarota.com

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Simón dice:

“Tras un recuento electoral, sólo importa quién es el ganador. Todos los demás son perdedores.”

Winston Churchill (1874-1965) Político británico.

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