Ha empezado a desaparecer el optimismo que, hasta hace poco, irradiaban algunos de los principales miembros del equipo estratégico de campaña de Javier López Zavala. ¿La causa? Las evidencias —léase encuestas y tracking diarios— de que sus últimas acciones resultaron poco afortunadas, a saber:

1) Las acusaciones y ataques que desde algunas columnas políticas se hicieron en contra del senador Melquiades Morales Flores y el expresidente municipal de Puebla, Enrique Doger Guerrero, por su presunta ambigüedad electoral en esta contienda política.

Al exgobernador lo acusaron de jugar doble, o de simular un supuesto respaldo a López Zavala cuando en realidad su esposa, hijas, yernos y algunos de sus principales colaboradores estaban apoyando a Moreno Valle. Lo mismo se dijo de Doger Guerrero, después de que algunos aliados suyos se sumaron a los candidatos de la coalición opositora Compromiso por Puebla.

2) La reactivación del escándalo del hoyo financiero provocado por Rafael Moreno Valle a su paso por la Secretaría de Finanzas, en el sexenio de Melquiades Morales.

La verdad es que el manejo mediático de este escándalo no le redituó al PRI los dividendos que sus estrategas habían calculado. El tema simplemente se quedó en el círculo rojo y, lo peor, fue ignorado entre los ciudadanos comunes y silvestres, quienes lo interpretaron como un ataque más entre adversarios políticos al calor de la contienda electoral.

3) La decisión de López Zavala y su equipo de campaña de replegarse, o mantener un bajo perfil, para que el escándalo del hoyo financiero fuera el tema dominante en la agenda electoral y mediática.

El candidato de la Alianza Puebla Avanza dejó de ser el actor central de la contienda durante las últimas dos semanas, cediendo ese rol protagónico a figuras como Enrique Doger, Jorge Estefan Chidiac y Alejandro Armenta Mier, así como a Moreno Valle en su doble papel de acusado y víctima.

Tales errores —que no han pasado inadvertidos para López Zavala y su jefe de campaña, que no es Jesús Morales Flores y tampoco José Luis Márquez Martínez— ya se reflejaron en los últimos tracking, que reportan un crecimiento en la intención de voto de Moreno Valle y una ligera caída del candidato de la Alianza Puebla Avanza.

De ahí la decisión de López Zavala de hacer algunas correcciones en su plan de campaña —como este martes lo adelantó la columnista Erika Rivero— encaminadas a reforzar la presencia del candidato en aquellas secciones y zonas de la ciudad y del estado donde se concentra el voto duro o leal del PRI, y a evitar su presencia —hasta donde sea posible— en actos o eventos de poca o nula rentabilidad electoral con universidades, organismos empresariales y organizaciones no gubernamentales.

A estas nuevas circunstancias, que ya no son totalmente favorables al candidato de la Alianza Puebla Avanza, se sumarán tres riesgos durante los poco más de 30 días que le restan a la contienda electoral:

Uno es la actitud beligerante de algunos directivos de medios de comunicación de alto impacto, como Televisa, que en los últimos días han mostrado actitudes hostiles hacia Mario Marín y López Zavala, alentados por la Presidencia de la República.

Un segundo peligro es el debate o debates públicos que López Zavala deberá sostener con Moreno Valle antes de que concluya el mes de junio.

El tercero es la simulación de algunos cuadros y estructuras del PRI que no están haciendo las tareas de organización y movilización electoral que tienen encomendadas, ya sea porque sus operadores se sienten marginados o excluidos del Proyecto Z, o porque los encargados de llevarlas a cabo mantienen acuerdos en lo oscurito con la gente de Moreno Valle.

Simon dice:

El optimismo es la creencia de que todo es hermoso.

Ambrose Bierce (1842-1914) Escritor estadounidense.

 A juzgar por la lista de prospectos priístas a diputados al Congreso del estado por los 26 distritos de la entidad, la próxima legislatura no será mejor que la saliente.

La mayoría de los nombres ventilados hasta el momento como candidatos a integrar la LVIII Legislatura local son pipitilla. 

No sólo se trata de hombres y mujeres que resultan desconocidos para los electores, sino de políticos de bajo perfil y con escasos, por no decir, nulos méritos profesionales o académicos.

Lo más que se conoce de varios de los candidatos a diputados del PRI son sus vínculos familiares y afectivos con políticos de más peso o trayectoria.

O dígame si no el mayor mérito del candidato a diputado por el distrito 1, Víctor Manuel Carreto Pacheco, es ser hijo del eterno líder sindical del Suterm, Víctor Manuel Fernández de Lara.

O qué virtud tiene la candidata a diputada por el distrito 2, Xitlalic Ceja García, más allá de ser la esposa del compadre y paisano de Javier López Zavala, el subsecretario de la SCT, Lázaro Jiménez Aquino.

O si la candidatura de Silvia Argüello de Julián, por el distrito 3, no depende más de una recomendación del hijo mayor del gobernador Mario Marín, que de su trayectoria o cualidades como política de nuevo cuño.

O qué pueden aportar al quehacer legislativo personas como María Luisa Conde Montaño, propuesta por el distrito 4 de Puebla; Edgar Salomón Escorza, por el distrito 7 de San Martín Texmelucan; Ana Bertha Cervantes Munguía, por el distrito 8 de Cholula; o Ricardo Urzúa Rivera, por el distrito 25 de Huauchinango.

O qué obra de valía realizaron en sus municipios, donde fueron alcaldes, Filiberto Guevara González, propuesto por el distrito 10 de Izúcar de Matamoros; Félix Alejo Domínguez, por el distrito 14 de Tehuacán; Julián Isidro Camarillo, por el 17 de Tecamachalco; Juan Manuel Jiménez, por el distrito 19 de Ciudad Serdán; y Juan Antonio Martínez, por el 21 de Teziutlán.

Para consultar la lista de aspirantes del PRI a diputados haga clic aquí.

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El candidato de la coalición opositora a la gubernatura de la entidad, Rafael Moreno Valle Rosas, no sólo se ha convertido en el gran elector de candidatos a presidentes municipales, sino en el fiel de la balanza en las intensas y complicadas negociaciones de los dirigentes partidistas que integran la alianza Compromiso por Puebla.

De hecho, cuando Moreno Valle deja de acudir a estas juntas de los dirigentes del PAN, PRD, PANAL y Convergencia, regularmente se empantanan o suspenden la reunión por falta de acuerdos.

Cuando asiste, en cambio, las discusiones y desacuerdos no desaparecen pero logran zanjarse de manera pragmática, aunque no siempre en estricto apego a lo que se firmó en el convenio de coalición total de la alianza Compromiso por Puebla.

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Tremendo pancho armó el domingo por la noche el flamante delegado de la Procuraduría Agraria, Roberto Grajales Espina, cuando amenazó y agredió a un empleado del Comité Directivo Estatal del PAN, de nombre Leobardo Mendoza, por suponer que éste hacía trampa en la elección interna de candidatos a diputados de representación proporcional, en perjuicio de Blanca Jiménez.

Testigos de los hechos refieren que Boby Grajales se puso como energúmeno al ver que del vehículo de Leobardo Mendoza descendía uno de los presidentes de estructura municipal cargando un paquete electoral diferente al que aquél llevaba.

En su rabieta, el delegado de la SRA arrancó el asiento y la alfombra del auto del empleado del Comité Estatal, al tiempo de proferirle toda clase de insultos y amenazas, que aquél aguantó de manera estoica, lo que evitó un escándalo mayor a las puertas de las oficinas del PAN de la colonia Bugambilias.

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Simón dice:

«La gente, en general, soporta mucho mejor que se hable de sus vicios y crímenes, que de sus fracasos y debilidades».

Conde de Chesterfield (1694-1773) Político y escritor inglés. 

¿Nepotismo en órganos fiscalizadores?
Contraloría y Orfise, conflicto de interés

Un personaje de bajo perfil, pero muy influyente entre los administradores públicos del gobierno marinista y las instancias encargadas del control y la fiscalización de los recursos, es José Armando Sánchez Nava.

Su nombre quizás no le diga mucho, pero se trata del director administrativo del Órgano de Fiscalización Superior del Congreso del estado (Orfise), que es la dependencia de mayor rango en la entidad en materia de auditoría y fiscalización de recursos públicos, detección y prevención de desviaciones, y la encargada de corregir y sancionar a funcionarios ineficientes o deshonestos.

La influencia de Sánchez Nava radica, como ya se indicó, en los estrechos vínculos que mantiene con directores de Administración de varias dependencias, cuyas cuentas públicas son revisadas por el Orfise, y en el poder que ejerce sobre el personal de auditoría interna y los auditores externos encargados de dictaminar las cuentas públicas de ayuntamientos, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, así como de paraestatales, paramunicipales y organismos operadores de agua potable.

Su error —y vaya que lo es— ha sido recomendar y colocar a parientes suyos en áreas y cargos no sólo muy visibles, sino que además conllevan un innegable conflicto de interés, por la posición que tiene en el Orfise y los puestos que desempeñan sus hermanos, cuñados y demás consanguíneos.

Juzgue usted si no:

Su cuñado Raúl Egremy Palomeque es jefe del Departamento Administrativo del Instituto de Artesanías e Industrias Populares.

Su cuñada Paola Verónica Cruz Castillo es la encargada de la Dirección Administrativa del Instituto Electoral del Estado.

Su hermano José Alfredo Sánchez Nava es director administrativo del Tribunal Electoral del Estado.

Y su otro hermano, Luis Sánchez Nava, es director administrativo del Hospital General de Puebla.

Ahora si que como decía el fallecido cómico Pompín Iglesias: ¡Qué bonita familia! ¡Qué bonita familia!

INTRAMUROS
Otros personajes que también cojean del mismo pie que José Armando Sánchez Nava son el contralor del estado, Víctor Manuel Sánchez Ruiz y el auditor general del Orfise, Víctor Manuel Hernández Quintana.

Entre los parientes del titular de la Secretaría de Desarrollo, Evaluación y Control de la Administración Pública (Sedecap) destacan:

Su hermano Salvador Sánchez Ruiz, quien se desempeña como auditor externo autorizado del Orfise.

Su sobrino Salvador Sánchez Martínez, quien acaba de ingresar Orfise como auditor interno.

Su hermano Alfredo Willehado Sánchez Ruiz, quien funge como director del Servicio Estatal de Empleo de la Secretaría del Trabajo y Competitividad.

Y su también hermano Roberto Sánchez y Ruiz, a su cargo la Subdirección de Planeación del Comité Administrador Poblano para la Construcción de Espacios Educativos.

Por lo que hace al auditor general del Orfise, su lista de parientes es más bien reducida, no así los conflictos de interés en que se encuentra inmerso en función de su cargo y sus subordinados.

Y es que su hijo Pául Hernández Argüelles es el contralor municipal de San Andrés Cholula; su secretario particular, Andrés Morales Hernández, es socio de un despacho de contadores — Grupo Caballero— dedicado a la asesoría de presidentes municipales; su pareja Araceli Ratoni Hernández en su asesora jurídica, y la hermana de su pareja, María del Rosario Olga Ratoni Hernández, su secretaria privada.

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