Contados serán los spots de candidatos en radio y televisión
Ahora tendrán que usar la internet con propósitos electorales

Uno de los funcionarios del ayuntamiento de Puebla que en los próximos días podría ser relevado de su cargo, más por grillas internas y “fuego amigo” que por una evaluación negativa de su desempeño, es Guillermo Alberto Hidalgo Vigueras, secretario de Seguridad Pública y Tránsito Municipal.

Los interesados en su remoción —entre quienes habría que mencionar al subsecretario de Seguridad Pública del estado, Armando Toxqui Quintero, y al secretario de Desarrollo Social del ayuntamiento, Víctor Manuel Giorgana Jiménez, entre otros— quieren poner al frente de esa dependencia al actual director de Tránsito del municipio, Manuel Alonso García.

La apuesta de Giorgana, con la salida de Hidalgo Vigueras, es incrementar su influencia al interior del ayuntamiento, y la de Armando Toxqui deshacerse de un personaje incómodo, al que no ha podido hacer entender que la Policía Municipal debe operar como una corporación dependiente de los lineamientos estatales, es decir, de los suyos.

En el ejercicio de gobierno, Hidalgo Vigueras se ha confrontado con algunos funcionarios municipales y estatales que han pretendido inmiscuirse en la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal o asumirse como su superior en algunos operativos y acciones de la Policía Municipal.

Y son estos conflictos de los que el director de Tránsito Municipal se ha valido para promoverse como el sustituto de aquel, ahora que las versiones sobre su inminente relevo se han reactivado.

Pero el problema es que Manuel Alonso no es ajeno a la red de intereses y corruptelas que aún persisten en la Dirección de Tránsito, a través del pago de cuotas “extralegales” a inspectores y comandantes por parte de permisionarios y choferes del transporte colectivo, sitios de taxi, y operadores de empresas gaseras, refresqueras y de transporte de material de construcción y sustancias peligrosas.

Uno de los últimos desencuentros de Hidalgo Vigueras con funcionarios estatales ocurrió la noche del 13 de enero, después de la recaptura del homicida José Martínez Vázquez, quien esa mañana se había fugado del Hospital General de Agua Santa.

Esa noche el secretario de Seguridad Pública recibió varias llamadas telefónicas. Ninguna para felicitarlo.

Casi todas fueron reproches.

Y no por que hubiera reaprehendido al delincuente, sino porque lo presentó a los medios de comunicación, no como resultado de una acción coordinada de todas las policías del estado, sino como un logro de la Policía Municipal.

INTRAMUROS
Uno de los mayores retos del PRI y el PAN en las próximas elecciones federales será cómo llegar a sus potenciales votantes o, mejor dicho, cómo persuadirlos para que sufraguen por sus candidatos a diputados federales, ahora que ya no podrán contratar, ni pautar de manera directa, radio y televisión.
Como consecuencia de la reforma constitucional de 2007, el nuevo Reglamento de Acceso a Radio y Televisión en Materia Electoral no sólo prohibe a partidos políticos y candidatos la contratación de spots, facultad que ahora se delegó en el Instituto Federal Electoral (IFE), sino que restringió a éstos el tiempo de promoción.

Las nuevas campañas en radio y televisión se limitarán a 60 días, en un horario de 6 de la mañana a 12 de la noche, y a 41 minutos por emisora, de los cuales el 30% se asignará de manera igualitaria, y el 70% de acuerdo con el porcentaje de votación obtenido por cada partido en la última elección federal.
El problema para los estrategas electorales —y vaya que lo es— es que las estaciones y los horarios de transmisión de los spots se fijarán al azar, pues unas y otros serán sorteados por el IFE.

Ello significa que en lugar de los 20 o 30 spots que antes el PRI o el PAN contrataban para influir sobre un determinado target o segmento electoral, hoy sólo dispondrán —en las 18 horas de programación— de 9 u 11 anuncios de 20 segundos cuando mucho.

Frente a esta nueva realidad, pocos son los partidos tanto a nivel nacional como estatal que se han preparado para encarar el reto, y sacar provecho de las nuevas tecnologías, de las que ahora tendrán que echar mano para acercarse a los electores, sobre todo a los más jóvenes de 18 a 25 años.

En las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la internet y la telefonía celular jugaron un papel crucial para que Barack Obama ganara, primero la nominación de los demócratas, y luego la contienda constitucional frente el republicano John McCain.

El primer presidente negro en la historia de los Estados Unidos utilizó el correo electrónico, la página web, el YouTube, el Hi5 y la mensajería celular para recaudar 600 millones de dólares, proyectar su imagen en todo el mundo, organizar a 35 mil grupos de voluntarios y comunicarse con miles de seguidores y simpatizantes de su campaña.

En Puebla existe un mercado de casi un millón de cibernatutas, entre los que se incluyen niños y adolescentes, que no está siendo atendido por partidos y candidatos —salvo contadísimas excepciones—, y al que los políticos no han sabido llegarle, en buena parte porque desconocen el medio y sus alcances, y porque cuando lo han intentado —sin mucha creatividad e imaginación— se les ha revertido.

En Puebla, los políticos se han valido de la internet, los blogs, el YouTube y otros medios digitales para emprender campañas negras contra de sus adversarios, más no para organizar a sus activistas y seguidores, integrar redes de apoyo, y subir mensajes que les atraigan potenciales votantes.
Sin embargo, hoy que las posibilidades de acceder a la radio y la televisión se han restrigido y que la circulación de los medios impresos viene en picada, no estaría de más que voltearan la cara a los medios digitales cuyas audiencias no sólo se multiplican, sino que ofrecen mayores ventajas en términos de costo, horarios y target idóneos.

EN CORTO
Un acusioso lector me pide no dejar de observar que en la fiesta de cumpleaños del arzobispo de la Iglesia Ortodoxa Antioqueña, Antonio Chedraoui  Tannous, celebrada el sábado de hace ocho días en el excliusivo fraccionamiento residencial Bosque Real del estado de Mèxico, varios fueron los políticos e invitados que llegaron en helicóptero, entre ellos el rector de la Benémerita Universidad Autónoma de Puebla, Enrique Agüera Ibáñez.

Y en efecto, el rector Agüera fue captado por las cámaras de la revista Quién descendiendo de un brillante helicóptero color rojo.

Otros ligados a Puebla que también llegaron en aeronave a esa comilona —por los 77 años del arzobispo Chedraoui— fueron el hermano de Luis Miguel, Alejandro Bastieri y Gerardo Islas.

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Simón dice:
“Después del poder, nada hay tan excelso como el saber tener dominio de su uso”
Jean Paul Richter, escritor alemán.

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Édgar Enrique Bayardo del Villar no sólo fue un personaje que mantuvo estrecho contacto con los jefes policíacos de Puebla, como el ex delegado de la PGR, Rolando López Villaseñor, el actual secretario ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública, Alejandro Fernández Soto; el ex director de la judicial del estado, Adolfo Karam Beltrán, y los ex secretarios de Seguridad Pública del municipio Puebla, Humberto Vázquez Arroyo y Omar Álvarez Arronte ––aunque muchos de ellos ahora lo nieguen––, sino también un policía que se movía a los más altos niveles.

Édgar Bayardo, por ejemplo, era uno de los asiduos asistentes a las comidas que cada 17 de enero se organizan por el cumpleaños del arzobispo de la iglesia ortodoxa antioqueña, Antonio Chedraoui Tannous, acontecimiento que suele reunir a secretarios de Estado, gobernadores, senadores, diputados, dueños de medios de comunicación, jerarcas católicos y a los más encumbrados políticos y hombres de negocios de México.

Este año no fue la excepción. El hoy cómplice de los hermanos Zambada García ––Isamel “El Mayo” y Jesús “El Rey Zambada”–– estuvo en la comida por los 76 años de don Antonio Chedraoui, compartiendo el pan y sal con algunos poblanos como el diputado federal Jorge Estefan Chidiac; el secretario de Finanzas, Gerardo María Pérez Salazar, el rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Enrique Agüera Ibáñez, y la presidenta municipal, Blanca Alcalá Ruiz.

Otros poblanos que este año también asistieron a la comida del arzobispo Antonio Chedraoui fueron el secretario particular del gobernador Marín, Guillermo Deloya Cobián; el ex consejero jurídico del gobierno del estado, Ricardo Velázquez Cruz; el ex delegado de la PGR, Rolando López Villaseñor; el ex director de la Judicial y ex delegado de la PGR en Tlaxcala, Adolfo Karam, y los empresarios Ricardo Henaine Mezher y Pepe Chedraui.

Hay que decir que muchos de ellos ni siquiera conocían a Édgar Bayardo, por lo que quizás hasta les pasó desapercibido, y más cuando nadie entonces sospechaba de sus vínculos con el Cártel del Pacífico.

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Otro personaje que hoy tampoco quiere saber nada de Édgar Bayardo, pero que en su momento trató de impulsar como subprocurador de Justicia del estado fue el ex secretario de Gobernación, Javier López Zavala.

Esta versión, que el propio Bayardo confió a algunos amigos suyos, en un antro de Plaza Loreto, puede ser confirmada por personajes como Carlos Talavera Pérez, presente en esa reunión.

La intención de López Zavala era que impulsar a Adolfo Karam como procurador de Justicia, en sustitución de Blanca Laura Villeda Martínez, y a Édgar Bayardo como subprocurador, cargo que ya había desempeñado en el gobierno perredista de Alfonso Sánchez Anaya en Tlaxcala.

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