Priístas comienzan a inclinar la balanza a favor de Alcalá

Qué priísta es mejor opción frente a la devaluación

 

 

El parto de la alianza PAN-PRD para la minigubernatura de Puebla está resultando más complicado de lo que se esperaba. Tan difícil que el nuevo dirigente nacional perredista, Agustín Basave Benítez, ha puesto en la mesa su renuncia si la mayoría de las corrientes del sol azteca sigue oponiéndose a un acuerdo con el PAN en varios estados del país, entre ellos Puebla y Veracruz en las personas de José Antonio Gali Fayad y Miguel Ángel Yunes Linares, respectivamente.

Como ya lo escribí hace unos días, creo que al final las dirigencias nacionales del PAN y el PRD terminarán firmando el convenio de coalición en Puebla, pero que tal acuerdo no detonará de manera exponencial las expectativas de triunfo del hoy alcalde capitalino, José Antonio Gali, de cara a los comicios del primer domingo de junio.

Y la razón estriba en que se tratará de un convenio cupular, de un acuerdo político de coyuntura, pero carente del respaldo de las bases y mandos medios de ambos partidos.

En el bando del partido tricolor la indefinición sobre quién será el candidato o candidata a la gubernatura ha comenzado a dividir a los priístas poblanos más de lo que de por sí están.

Aunque la presidenta del Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI, Ana Isabel Allende Cano, ha tratado de mantener una actitud imparcial hacia los aspirantes a la gubernatura, en su fuero interior no puede ocultar que su favorito es el ex rector de la BUAP y ex presidente municipal de Puebla, Enrique Doger.

Unos dicen que tal circunstancia obedece a la relación distante que mantiene con la senadora Blanca Alcalá y a las versiones de que ésta prefería en la dirigencia estatal del PRI al diputado federal Alejandro Armenta Mier o al delegado de la Sagarpa, Alberto Jiménez Merino; y otros a que Doger Guerrero habría garantizado a Isabel Allende su permanencia en el CDE si él fuera el nominado a la gubernatura.

El destape que este sábado hizo el diputado federal Víctor Giorgana Jiménez a favor de la senadora Alcalá, apoyándose en sus operadores y seguidores del distrito 12 de la capital, no cayó nada bien a Enrique Doger, quien señaló que este tipo de pronunciamientos, usando las estructuras del partido, no abonan en nada a la unidad del PRI. 

Para desgracia de Doger, el mismo sábado el dirigente del Comité Municipal del PRI, José Chedraui Budib, estuvo en algunas comunidades regalando juguetes en compañía de su familia, la regidora Karina Romero Alcalá y su mamá, la senadora Blanca Alcalá.

 

Con la senadora @SoyBlancaAlcala @karina_ralcala y mi familia en Coyopotrero #Puebla #ReyesMagos 👑👑👑 pic.twitter.com/b7x37g6V8s

— Pepe Chedraui (@pepechedraui) enero 10, 2016

 

¿Simple casualidad?

Así las cosas habrá que esperar lo que suceda este lunes en el Comité Ejecutivo Nacional del PRD, donde Agustín Basave va insistir en empujar algunas alianzas con el PAN en estados como Puebla, pero a cambio de que los panistas se sumen a los abanderados del sol azteca en entidades como Oaxaca, Tlaxcala o Veracruz.
Y que la dirigencia nacional del PRI, que anda metida de lleno en la elección de gobernador de Colima, y tratando de apaciguar a los no seleccionados de Chihuahua, Durango y Tlaxcala, resuelva los casos de Oaxaca, Puebla y Veracruz, entre otros estados pendientes.

EN CORTO

En Zacatecas, el candidato que se perfila a la gubernatura por una amplia coalición de partidos, entre ellos el PAN y el PRD, es un viejo conocido de algunos priístas poblanos como Juan Carlos Lastiri Quirós y Juan Manuel Vega Rayet. Se trata de Pedro de León Mojarro, quien fungía como coordinador de delegados de la Sedesol. 

Pedro de León es cuñado del gobernador priísta de Zacatecas, Miguel Alonso Reyes, a quien ahora busca suceder con el respaldo de éste y de los dirigentes nacionales del PRD y PAN.
En la campaña de 2012 de Enrique Peña Nieto a la presidencia de la República, Pedro de León fue su coordinador estatal en Zacatecas.

Antes de su obtener el apoyo de la coalición PAN-PRD, el ex coordinador de delegados de la Sedesol intentó ser postulado por el PRI, partido que lo rechazó y que hoy tiene como aspirantes a la gubernatura a Alejandro Tello Cristerna, Adolfo Bonilla Gómez, Arturo Carlos Aurelio Peña Badillo y Roberto Luévano Ruiz.

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La crisis económica en que se encuentra inmerso el país por la devaluación del dólar y la caída en los precios internacionales del petróleo puede jugar en contra de los candidatos del PRI a la gubernatura que se elegirán en 12 estados de la República el primer domingo de junio.

Para ningún candidato del PRI será fácil explicar a los votantes el bajo crecimiento del país y la devaluación del 40% del peso en los tres años de gobierno de Enrique Peña Nieto.

El PRI de Puebla ya sabe lo que es ir a elecciones en épocas de crisis. Y si no que le pregunten a Germán Sierra Sánchez que en 1995 perdió por primera vez la alcaldía de Puebla en plena devaluación del peso por el error de diciembre en el ocaso del sexenio salinista.

¿Quién de los dos aspirantes finalistas del PRI a la gubernatura de Puebla es más vulnerable frente a la devolución del peso y raquítico crecimiento económico del país?

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El jueves de la semana pasada se recibieron llamadas telefónicas en varios domicilios de la capital del estado para responder una encuesta telefónica sobre preferencias electorales y desempeño de autoridades.

Los supuestos encuestadores dijeron ser de la Universidad de Puebla.

En las preguntas que se formularon tres fueron los aspirantes al gobierno del estado evaluados: el alcalde capitalino José Antonio Gali, la senadora Blanca Alcalá Ruiz y el ex presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez.

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