Al cumplirse el plazo de los cien primeros días de su gestión al frente del ayuntamiento de Puebla, José Antonio Gali Fayad ya tiene un diagnóstico de qué funcionarios de su gabinete le son leales y quiénes tienen puesta su lealtad y prioridad en otro lado, pero también quiénes están dando el ancho con las responsabilidades que les fueron conferidas, y a quiénes el cargo les quedó grande.

Si Gali Fayad hará ajustes en su equipo de primer nivel ahora que regrese de Francia, es algo que desconozco, lo que sí sé es que el presidente municipal ya dejó claro a ciertos colaboradores que no está satisfecho con el desempeño que han mostrado en el arranque de la administración y que si no mejoran, ni dan resultados, serán relevados en el corto plazo.

¿Quiénes estarían en este escenario?

Los enterados aseguran la lista la encabeza el secretario de Gobernación Municipal, José Guillermo Aréchiga Santamaría, quien —se dice— podría pedir licencia para atender asuntos relacionados con su partido —Nueva Alianza— y el proceso de selección de candidatos a diputados federales con miras a las elecciones federales del próximo año.

De hecho, algunos asuntos propios de la Secretaría de Gobernación han comenzado a ser revisados por uno de los nombres de mayor confianza del alcalde capitalino, Erich Ziehl Loera, quien actualmente funge como secretario particular de Presidencia. Erich ya tiene experiencia en el área, pues se desempeñó como coordinador de Estructuras en la campaña de Gali Fayad y fue director general del Programa Institucional Municipal de la Secretaría General de Gobierno del estado de Puebla de 2010 a 2012.

Otro que también se encuentra en esta situación es el secretario de Desarrollo Social y Participación Ciudadana, Benjamín Lobato Fernández, y quien llegó al cargo por recomendación del secretario del ramo en el estado Luis Banck Serrato.

El expresidente municipal de Cuyoaco tiene experiencia en el área, pues fue coordinador consultivo de la Secretaría de Desarrollo Social en el estado, encargado de despacho de la Subsecretaría de Vivienda y Programas Urbanos de la misma dependencia y director general del Instituto de Adultos Mayores. Sin embargo sus resultados en el ayuntamiento de Puebla brillan por su ausencia.

A la lista hay que agregar el nombre del director general del Sistema Municipal DIF, Elyser Daniel Tato Camargo, quien a pesar de su supuesta experiencia en el manejo de organizaciones civiles y filantrópicas no ha logrado vincularse con los grupos de la sociedad poblana dedicados a apoyar a las familias y personas vulnerables.

Tato Camargo tampoco ha sabido capitalizar en provecho del DIF las largas jornadas de trabajo que lleva a cabo la presidenta municipal del organismo, Dinorah López de Gali, ni dar continuidad a las acciones de la anterior administración municipal en beneficio de los sectores más vulnerables de la población.

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El empresario poblano Alejandro Cruz Olivera, quien el pasado 15 de mayo fue removido de la Delegación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de Baja California Sur, protagonizó anoche un escándalo en el restaurante La Encomienda al enfrascarse en una discusión con los actores de la película Enamorándome de Abril que se filma en Puebla.

Testigos del desaguisado refieren que el empresario priísta quiso llamar la atención de la actriz  Ilithya Manzanilla, pero que ante el desaire de sus cortejos, éste le aventó limones, lo que sacó de sus cabales al actor Valentino Lanús, que se hizo de palabras con aquel.

Ante el riesgo de que el incidente pasara a mayores, personal de Seguridad del restaurante ubicado en la Vía Atlixcáyotl mandó a llamar a la policía, la que llegó cuando Alejandro Cruz, un poco ebrio, ya se había retirado, custodiado por dos de sus escoltas en un Passat de color blanco. Sus guaruras portaban armas largas.

Aquí la actriz Ilithya Manzanilla, de vestido blanco, y parte del electo de la película Enamorándome de Abril que se filma en Atlixco, Puebla, el día que en el gobernador Moreno Valle dio el claquetazo de esta producción.

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Un funcionario del gobierno federal que podría dejar de serlo ante sus pobres o magros resultados al frente de la Delegación del Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit) es el abogado José Manuel Treviño López.

La razón es que en los quince meses que lleva en el cargo, el funcionario no ha logrado mejorar los indicadores de la Delegación Puebla, que es la octava más grande en número de registros patronales, pero una de las últimas en cuanto a cobranza, recuperación de cartera vencida y recuperación de viviendas abandonadas.

De los 494 mil trabajadores de la entidad que cotizan ante el Infonavit, hay 134 mil que pudiendo solicitar un crédito no lo han hecho.

Uno de los rezagos que más preocupa a los directivos centrales del Infonavit es el relativo al rescate de viviendas abandonadas, pues de las más de cinco mil que hay en la entidad —concentradas en los municipios de Puebla, Tehuacán, Cuautlancingo, San Andrés Cholula y Teziutlán—, la tasa de recuperación es mínima.

El abogado José Manuel Treviño llegó a la Delegación del Infonavit como cuota del diputado federal priísta Enrique Doger Guerrero, y previo consentimiento del oficial mayor de la Secretaría de Gobernación federal, Jorge Francisco Márquez Montes.

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Sergio de la Luz Vergara Berdejo rendirá protesta en el transcurso de los próximos días como gerente del Centro Histórico de Puebla, figura que desde la administración municipal de Blanca Alcalá Ruiz se concibió pero que por diversas razones no se ha constituido, pese a las recomendaciones de la Unesco y la Organización de las Ciudades del Patrimonio Mundial.

La Gerencia del Centro Histórico será una instancia administrativa especializada que se encargará de definir las políticas públicas de conservación y protección de la zona monumental de Puebla.

Vergara Berdejo, quien es doctor en arquitectura, maestro en restauración y perito del INAH, ya tiene lista la estructura y el personal con que operará la Gerencia del Centro Histórico de Puebla, cuyo reglamento se someterá a la aprobación de los regidores en la próxima sesión de Cabildo.

El Centro Histórico de Puebla fue declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad el 8 de diciembre de 1987, es decir, hace casi 27 años.

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Alejandro Cruz Olivera, empresario poblano que hasta el 15 de mayo se desempeñó como director del Centro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Baja California Sur, me aclara que no fue destituido o removido por presiones del senador Isaías González Cuevas, sino que él renunció por decisión propia, una vez que ejerció la totalidad del presupuesto que se le asignó para 2014.

En breve entrevista telefónica, me aseguró que este miércoles se reunirá con el titular de la SCT federal, Gerardo Ruiz Esparza, en la Ciudad de México, y que después de esa reunión seguramente estará en condiciones de informar en qué área de esta u otra dependencia será reubicado. Dijo que por lo pronto tiene ofertas para encabezar la administración portuaria integral de Ensenada o de Quintana Roo.

Sobre las acusaciones que le hizo el líder de la CROC Isaías González Cuevas, en el sentido de que se dedicó a favorecer a empresas y empresarios de Puebla como director de la SCT federal en Baja California Sur, apuntó que estos señalamientos son producto de la grilla local y su simpatía hacia el senador Ricardo Barroso Agramont, rival de aquel en la puja por la nominación del PRI a la gubernatura del estado.

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Ahora será uno de los interlocutores del PAN con Peña Nieto

Hasta el PRI poblano resentirá los efectos de su victoria

No sin abollones y raspaduras, el gobernador Rafael Moreno Valle logró sacar adelante la elección de Gustavo Madero Muñoz como dirigente nacional del PAN, lo que sin duda fortalece su proyecto político en la esfera local y nacional.

A nivel estatal porque volvió a derrotar a sus adversarios del PAN —entre los hay que sumar al que fuera su coordinador general de campaña y secretario general de Gobierno en el primer tercio de su sexenio: Fernando Manzanilla Prieto—, los que ahora se quedarán prácticamente sin oportunidades  de obtener alguna diputación federal o influir en las elecciones locales de 2016.

Y en el ámbito nacional porque además de ser uno de los principales aliados y artífices de la reelección de Gustavo Madero al frente del Comité Ejecutivo Nacional, Moreno Valle se convertirá en un factor clave en la toma de decisiones y los acuerdos al más alto nivel entre la cúpula nacional panista y el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

Para el gobierno federal, era importante que Gustavo Madero repitiera en el CEN y facilitara la continuidad de la política de acuerdos que hizo posible el Pacto por México y la aprobación de un conjunto reformas constitucionales en materia energética, de telecomunicaciones, política y electoral.

En el fondo, la disputa entre Gustavo Madero y Ernesto Cordero Arroyo no obedecía a que uno estuviera a favor de los acuerdos y las reformas, y el otro los rechazara; la lucha, en realidad, tenía el propósito de definir cuál de los dos grupos marcaría la pauta o llevaría la voz cantante —en nombre del PAN— en las negociaciones con el gobierno de Peña Nieto.

Con los resultados de la elección de este domingo, la interlocución del PAN con la administración peñista seguirá en manos del grupo maderista, al que ahora se integrará —seguramente de manera relevante— el gobernador de Puebla.

La apuesta de Moreno Valle en este proceso intrapartidista fue alta: arriesgó su capital político, mandó operadores suyos al cuartel central de campaña, y financió la operación y movilización en varios estados del sur del país, por lo que hacia el final de la contienda prácticamente se apoderó de la coordinación y estrategia del equipo maderista.

Su activismo lo llevó a enfrentarse con el propio senador con licencia Ernesto Cordero y con algunos de sus más cercanos colaboradores, quienes incluso lo denunciaron ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) por peculado y desvío de recursos públicos.

Su apuesta fue grande como lo será también la factura que le pasará a Gustavo Madero por el pago de sus servicios de campaña.

Este resultado no sólo marcará el derrotero del PAN en las elecciones federales de 2015 y los comicios locales de 2016 en Puebla, sino el devenir de la próxima dirigencia del PRI en la entidad.

Como interlocutor de la dirigencia nacional panista con el gobierno federal, es obvio que Moreno Valle no desaprovechará esta oportunidad para acercarse al presidente Peña Nieto, como lo hizo cuando presidió la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago)  para ofrecerle sacar adelante sus reformas secundarias y otros proyectos que tiene atorados en el Congreso de la Unión.

¿A cambio de qué?

Seguramente a cambio de más recursos federales para Puebla y del control político del estado, al menos en lo que resta de su sexenio.

Moreno Valle —ya se lo ha dicho a los priístas— no va a entrar en confrontaciones con el presidente Peña Nieto en las elecciones federales de 2015. Para nada, lo que él quiere es negociar las diputaciones y que el PRI se quede hasta con la mitad, pero siempre que los candidatos postulados por el tricolor no sean abiertamente antimorenovallistas.

Por eso le digo que el resultado de la contienda del PAN tendrá también efectos colaterales en el priismo poblano, que seguramente optará por la negociación antes que por la confrontación, al menos hasta julio del siguiente año.

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EN CORTO

El jueves pasado fue cesado como director del Centro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de Baja California Sur, el poblano Alejandro Cruz Olivera, por supuestamente favorecer a empresarios poblanos en la realización de caminos y obras carreteras en aquella entidad del país.

En su lugar fue designado Enrique Ávalos Gutiérrez como encargado de despacho.

Antes de que se diera a conocer oficialmente su renuncia, Alejandro Cruz fue objeto de acusaciones de constructores sudcalifornianos que lo señalaron de asignar obra a empresas foráneas, señalamientos que fueron respaldados por el senador priísta y líder regional de la CROC, Isaías González Cuevas.

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